Recientemente Atacama conmemoró una década del fatídico 25M, uno de los desastres socio naturales más relevantes en la región. Las alteraciones en los patrones climáticos, el aumento de eventos extremos y la disminución de recursos hídricos son realidades que impactan nuestro territorio. Según el Plan de Acción Regional de Cambio Climático [PARCC] de Atacama las principales problemáticas son la disminución de las precipitaciones, mayores olas de calor, mayor exposición a desastres socio naturales, entre otras.
La Estrategia Regional de Desarrollo de Atacama 2024-2034 (ERDA) es la hoja de ruta para el desarrollo sostenible de la región. Elaborada por el Gobierno Regional y la Universidad de Atacama, orienta la planificación territorial, promoviendo la modernización productiva, la diversificación económica, la conservación de los recursos naturales y la infraestructura resiliente al cambio climático.
La implementación local de la planificación es clave. Los Planes de Acción Comunal de Cambio Climático (PACCC) exigidos por la Ley Marco de Cambio Climático al 2025 permitirá que cada municipio identifique vulnerabilidades, establezca medidas de mitigación y adaptación adecuadas para prevenir desastres socio naturales. En efecto, el PARCC de Atacama plantea la necesidad de que los municipios actualicen sus instrumentos de planificación acorde a esta nueva realidad.
La planificación territorial en el contexto del cambio climático enfrenta varios desafíos: La actualización de los instrumentos en coherencia con la ERDA, una mayor integración multisectorial que coordine diferentes niveles del Estado asegurando así, acciones coherentes y complementarias. También involucrar a la comunidad en la toma de decisiones, con participación efectiva para que las soluciones respondan a las necesidades de los territorios, fomentando sentido de pertenencia y compromiso. Instrumentos como los Planes de Desarrollo Comunal [PLADECO] y los Planes Reguladores [PR] son instancias ideales para procesos de participación.
Así mismo, fortalecer las capacidades técnicas de los equipos locales y regionales para diseñar mejores estrategias con sistemas de monitoreo y evaluación para retroalimentar las medidas adoptadas.
En definitiva, los retos que nos presenta el cambio climático se juegan, en gran medida, en una planificación territorial coherente, multisectorial, multinivel, y participativa para que una nueva tragedia como el 25M no vuelva a ser parte de nuestra historia regional.