El desafío de incluir en el aula
Cristián Gonzalez V. , Periodista
Un inevitable debate ha provocado la grave agresión que una profesora recibió de un estudiante con diagnóstico TEA, episodio lamentable que nos invita a revisar qué aspectos hay que abordar a tiempo para que este tipo de situacionales se puedan prever e idealmente prevenir.
Lo primero es entender que la composición de los alumnos ha variado, empujado por el principio de inclusión y el sistema de admisión escolar las características de los estudiantes se han diversificado exigiendo la aplicación de nuevas prácticas tanto pedagógicas como de convivencia escolar.
Frente a esta nueva realidad, la necesaria preparación de los equipos es un imperativo y aunque surgen críticas respecto a que si los docentes les corresponde ser especialistas en neurodivergencias frente a todas las responsabilidades que enfrentan, se debe entender como una urgencia por ser un fenómeno mundial, es un escenario que llegó para quedarse.
También urge la revisión y actualización del Programa de Integración Escolar que a la fecha no permite abordar adecuadamente las necesidades de las comunidades educativas, en la actualidad, la evidencia muestra que un importante número de estudiantes con necesidades educativas se deben atender de manera paralela al programa sin contar con todos los requerimientos necesarios.
La falta de equipamiento y dependencias están poniendo cada vez más complejo este proceso, lo que inevitablemente traerá complicaciones anexas, porque un estudiante sin las condiciones adecuadas puede terminar desertando del sistema escolar.
Por ello, revisar e incrementar el financiamiento de los establecimientos educacionales es otra prioridad, porque leyes importantes pero declarativas como la denominada Ley Tea no proporciona más recursos de lo que cuentan las instituciones exigiendo un estándar que en la práctica no se puede enfrentar de manera adecuada.
El incremento de estudiantes con diagnóstico del espectro autista es desafiante para las comunidades educativas desde la atención regular y masiva, debido que en algunos casos es necesaria una focalización de las intervenciones, pero también porque necesita la articulación con la familia para que las estrategias aplicadas en el aula se fortalezcan a nivel familiar y viceversa.
No prepararse para atender las diferencias de aprendizaje puede acarrear problemas que van desde el ausentismo crónico al abandono escolar, por ello reconocer las diferencias y abordarlas adecuadamente implica un trabajo transversal y profundo que aún no se consolida del todo.