Gabriela Mistral es más que un recuerdo en Atacama
NATALICIO. Descendientes de su padre, Jerónimo Godoy, e investigadores resaltan su legado.
Destacada poetisa, profesora y una adelantada a sus tiempos, son las descripciones más comunes con que se le rinde honor a Gabriela Mistral cuyo natalicio se recordó ayer a lo largo del país.
Conmemoraciones enmarcadas, también, en la celebración de los 80 años del premio Nobel entregado a la poetisa chilena.
Un aspecto más desconocido de la vida de Lucila Godoy Alcayaga es su conexión con la región de Atacama, la que se puede trazar desde su padre quien era oriundo de San Félix, provincia del Huasco.
Otra historia que conecta a la escritora con la región, es su visita a Chañaral donde aún quedan recuerdos de esos estudiantes que pudieron saludarla.
Don Jerónimo
El padre de Gabriela Mistral, Jerónimo Godoy Villanueva pasó gran parte de su vida en Atacama. Nacido en la localidad de San Félix en Alto del Carmen, fue profesor rural, poeta y cantante popular.
Según sus biografías, Jerónimo hizo clases en el Valle de Huasco, Vallenar Quebraditas de Serena y durante sus últimos años en Tierra Amarilla.
De esta familiaridad con Atacama todavía quedan descendientes es el caso de Bahamas Cubillo hijo de Carlos Cubillo Godoy quien era familiar de Jerónimo Godoy.
Bahamas comenta que descubrieron el parentesco gracias a una investigación del historiador Jorge Zambra. "Llegó un día a nuestra casa a felicitarnos por el parentesco que había entre nosotros por parte de mi papá. Pero más allá de eso, nosotros nunca conocimos, ni por historia, ni por vecinos que podríamos tener parentesco tampoco con la señora".
Pese a la dificultad de explorar más en el árbol genealógico, don Bahamas se siente orgulloso de esta conexión. "Fue un poco emocionante, pues tener un parentesco con una escritora famosa en el mundo no es poca cosa, nos sentimos tremendamente halagados de ese descubrimiento que se nos dio a conocer".
Respecto a Jerónimo Godoy, el escritor Miguel Ángel Aguirre de Chañaral, destaca que "tuvo un paso breve por la vida de su niña Lucila, pero le dejó los bellos versos que le escribió y un jardín que cumplió su objetivo porque Gabriela amó la belleza y la expresó a través de sus escritos que la llevaron a obtener el Premio Nobel de Literatura el año 1945.
Una obra que don Jerónimo realizó para su pequeña Lucila fue un jardín con una fuente rodeada de hermosas flores para que su hija 'empezara a amar lo bello'".
Además, Aguirre destaca una obra regional. "Don Oriel Alvarez Gómez (1923-2009) tiene un texto sobre el papá de nuestra poeta, Don Jerónimo Godoy Villanueva, originario de San Félix, el artículo se llama 'El padre de Gabriela Mistral' y en él entrega antecedentes muy valiosos sobre la ilusión con que esperó el nacimiento de su hija, además los versos que le dedicó a la recién nacida primeros versos que ella escuchó".
Visita a Chañaral
Un recuerdo conmovedor de Gabriela Mistral con los estudiantes de Chañaral, también resalta la importancia de la poeta con la región.
Omar Monroy, escritor e historiador chañaralino describe la visita de esta forma: "es propicio recordar el viaje que realizó Gabriela Mistral en septiembre de 1954. En la travesía del barco Santa María, éste recaló en el puerto de Chañaral, específicamente, en la rada de mi puerto natal de Barquito, recibiendo la bienvenida del gobernador Hugo Florás, alcalde Gastón Serazzi Madariaga y una comitiva de niñas que le hicieron entrega de un bouquet de flores. En ese momento, desde la cubierta del vapor, la poeta observó hileras de niños y niñas vestidas con uniformes blancos, quienes la saludaban con pañuelos blancos y entusiastas vivas desde el muelle y sectores costeros".
Monroy relata que, "Gabriela, emocionada hasta las lágrimas, respondió con su pañuelo, preguntando: '¿No puedo yo cruzar este brazo de mar para ir a ver los rostros de esos chiquititos?'. Un tripulante le pasa una bandera chilena asida a un palo de escoba, y ella feliz toma el emblema patrio y lo agita con sus brazos, saludando de esta manera a los lejanos niños. Gabriela, se ve contenta, charla animadamente con las visitas y con el Ministro de Educación, Oscar Herrera Palacios, quien sube a bordo para continuar viaje junto a la poeta. En las retinas de Sonia Herrera, quedó para siempre esa bella imagen, cuando siendo una niña le entregó un ramo de flores junto a sus compañeras".
En relación a esta historia, Hilda Olivares escritora, también, chañaralina, destaca que las flores "no eran cualquiera si no que fue un ramo de lirios porque es nuestra flor del desierto", resaltó la autora.