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La (in)seguridad que busca la izquierda
Señor director:
La crisis de seguridad surge del deterioro de la autoridad de la ley. La fuente de esa autoridad es la soberanía nacional y su destino es regular la convivencia; sin embargo, entre su origen y la aplicación, se advierte la debilidad de un eslabón clave: las instituciones. Ese deterioro responde, al menos, a tres razones.
La primera es el ataque a la legitimidad institucional. Desde el reemplazo del Congreso por las juntas de vecinos y sindicatos, pasando por la propuesta constitucional para refundar la república (asamblea constituyente), hasta llegar al cuestionamiento de toda actuación policial ante la delincuencia afín a sus protestas y el empoderamiento vecinal, el progresismo intenta "sepultar" las instituciones del sistema liberal.
La segunda es la pérdida de fuerza vinculante de la ley. Al abrigo de una particular visión sobre la defensa de los derechos humanos y del medio ambiente (victimización), la distinción de lo justo recogida en la ley reduce su eficacia. Por un lado, al permitir que sus adherentes actúen impunemente (indultos) infringen la igualdad ante la ley y anulan a los tribunales. Por otro, al buscar estándares internacionales, la izquierda del gobierno y del congreso (colegisladores) recogen una reflexión de lo justo realizada por personas que no viven en Chile, con una visión ajena a la experiencia republicana y, quizás, un interés contradictorio. El soft law provee criterios cuya recepción judicial trastoca los límites de la soberanía nacional.
La tercera es la destrucción del sentido común. Carabineros como agentes de diálogo en patrullas multicolor (con perspectiva de género), delincuentes que son víctimas o "héroes", hombres que pueden ser mujeres (autopercepción), o una insurrección (F. Villegas) llamada "estallido social"; son ejemplos que, según Aristóteles, exceden los límites de la deliberación posible, destruyen la percepción compartida de la realidad y nos conducen, como expone V. Kaiser, a la imposibilidad de entendernos.
Manipulando el concepto de justicia, la izquierda debilita la convivencia pacífica. Las tácticas de refundar carabineros, crear un ministerio o, simplemente, reunir más recursos, no revierten la inseguridad de los chilenos, sino que revelan una estrategia de apropiación del Estado y propiciar un enfrentamiento civil.
Patricio Urquieta, ex delegado presidencial de Atacama (RN)
Adultos mayores: el futuro de Chile
Señor director:
Cada cierto tiempo escuchamos que el futuro de Chile está en las niñas y niños. Sin embargo, los resultados del Censo 2024 nos obligan a repensar esta afirmación: por cada 100 menores de 14 años, ya hay 79 personas de 65 años o más. En la Región de Valparaíso, esta cifra llega a 98,6.
Mientras seguimos centrando políticas públicas en la infancia -sin duda relevante-, ignoramos que serán las personas mayores quienes marcarán el rostro demográfico del país en las próximas décadas. Y, aun así, la tan esperada Ley Integral de las Personas Mayores lleva 4 años durmiendo en el Parlamento.
¿Qué dice esto sobre nuestras prioridades? Si el envejecimiento es el presente, ¿por qué seguimos planificando como si viviéramos en otro país, uno más joven que el que realmente habitamos?
Dra. Agnieszka Bozanic Leal, psicogerontóloga y presidenta de Fundación GeroActivismo
Guarismos sacan guarismos
Señor director:
Controversia han causado las recientes cifras de las cuentas nacionales publicadas por el Banco Central. Con sorpresa nos enteramos de que la economía habría crecido no un 2,5% sino más bien un 2,6% en 2024. ¿Qué implicancias tiene aquello? Para poner la cifra en perspectiva, lo primero que debemos reconocer es que con una tasa de crecimiento de 2,5%, la economía sólo será capaz de duplicar su Producto Interno Bruto (PIB) en un período de 28 años. Sin embargo, con el nuevo guarismo de 2,6%, podremos lograr aquello antes, esto es, en 27 años. ¿Sacamos el champán?
Por otro lado, una situación que deberíamos mirar con cuidado, tiene que ver con la resiliencia que ha mostrado la inflación en nuestro país durante el último tiempo, la cual ha permanecido ya por largos 47 meses por sobre la meta del Banco Central (3%). ¿Qué papel está jugando el gasto fiscal en la resiliencia que está exhibiendo la inflación?
Más aún, ¿cuál fue el rol del gasto fiscal en el crecimiento del PIB en 2024, el cual se situó bastante por sobre el crecimiento tendencial (2%)? Según el reporte del ente rector ya citado "el incremento del PIB se sustentó en las exportaciones y, en menor medida, en la demanda interna, la que reflejó un mayor consumo de hogares y gobierno".
Décimas más, décimas menos, es mejor que nos focalicemos en cómo podemos plasmar en un documento distintas propuestas, para elaborar una agenda procrecimiento que contenga acciones de corto, mediano, y largo plazo.
Rodrigo Montero, decano Facultad Administración y Negocios de la Universidad Autónoma de Chile