"Hasta algo tan tremendo como una secuoya muere"
El chileno Julio Espinosa Guerra publicó su poemario "Secuoya" en la editorial española Pre-Textos, uno de los sellos más reconocidos de este género en español.
Las secuoyas son árboles que duran siglos, hasta 3.000 años, sobrepasan los 100 metros de altura y ahora dan nombre al nuevo poemario de Julio Espinosa Guerra. El autor chileno en marzo cumplirá 24 años radicado en España, actualmente en Zaragoza, donde "vivo de mi escuela de escritura creativa, que fundé en 2007, y una editorial", MilMadres, aunque "Secuoya" fue publicado por Pre-Textos, una de las casas más importantes para este género en español.
A través de versos como "cada casa que se levanta /lleva en su interior una demolición" o "no basta con habitar las palabras necesarias /Al levantar una casa /Hay que construir todo un nuevo lenguaje /hecho de signos pero también de danzas /de silencios y desapariciones /Un lenguaje vivo /Que crezcan en todas direcciones /sus raíces y su frondosidad", el también autor de la novela "La fría piel de agosto" avanza con miras al árbol milenario.
Algunos tienen nombre, como la secuoya Hyperion, en Estados Unidos, hoy "la más antigua de todas, sobre 600 años. El libro va de la idea de que hasta algo tan tremendo y duradero como una secuoya muere en algún momento. Todo muere, todo caduca aunque pongas toda tu fuerza, te dejes la piel. Lo bueno es que en una vida tenemos muchas vidas y somos muchas personas a lo largo de ellas, pero todo acaba. Y, al mismo tiempo, está el deseo de hogar como concepto, aquello que da calor al espíritu, al corazón".
Asimismo la secuoya, explica el ganador del Premio Sor Juana Inés de la Cruz, es "lo identitario, lo que eres y no tienes que renunciar nunca a eso, pese a que cueste o te mantenga en soledad. Es un símbolo que se va transformando a lo largo del libro: parte con la soledad, la semilla, con las ruinas donde no hay nada, el concepto del campo yermo, baldío. El libro es una búsqueda de las raíces de lo identitario, el desprendimiento del yo lírico en busca de algo que sólo puedes encontrar a partir de la pérdida, que es el hogar también, pero el hogar en el sentido de dónde eres, hacia dónde vas".
El volumen anterior de Espinosa, "La casa amarilla", es "sobre la identidad, pero desde el pasado, la niñez, las raíces, una despedida que escribí cuando murió mi padre. (El editor en Pre-Textos, Manuel) Borrás decía que también es el hogar porque ya se titula 'La casa amarilla'. Cuando escribí 'Secuoya' no me di cuenta, porque para mí eran dos cosas muy distintas: una, el hogar que se me había quemado y destruido; y otra, el del pasado, como diría (Jorge) Teillier ('Cuando todos se vayan'), el lar, el lugar de tus dioses, los espíritus de tu pasado. (...) Mientras 'La casa…' era esa identidad del pasado, 'Secuoya' es la búsqueda de identidad en la casa futura, el hogar futuro, pero en ambos libros está buscar el hogar como la hoguera, el fuego que te calienta y da sentido".
-El libro comienza con una cita de Gordon Matta-Clark, que dice "sólo hay problemas a causa de la resistencia humana -atravesar la resistencia. La sorpresa es atravesar y ver lo que siempre se ha esperado". La obra más recordada del hijo de Roberto Matta son los "cortes de edificios" o perforaciones, de las cuales la única que se conserva es la del Museo de Bellas Artes, en Santiago.
-Son obras efímeras realmente, porque él pedía permiso, por ejemplo en un edificio que estaba en París, donde hace el gran agujero en que se ve la escalera y la perspectiva con la calle, lo iban a demoler, entonces él pidió permiso para intervenirlo antes. Lo interesante de esa cita es eso de que al final tú haces ese agujero cuando se está cayendo todo. Y descubres lo que habías pensado que ibas a descubrir. Eso es súper bueno porque también "Secuoya" habla de de las renuncias y cómo estas se transforman en corazas, aunque no está explícito, y terminas siendo alguien que no eres.
-¿Y cómo entraste a Pre-Textos?
-A veces digo que juego en la primera división de, por lo menos, el mundo hispanoamericano. (...) A uno de los editores, Borrás, lo conozco desde hace años, cuando publiqué "NN" en Chile por Libros La Calabaza del Diablo, y en España con Gens. Fuimos coincidiendo, hablando, Manuel nunca cierra la puerta de la editorial, a todo el mundo le dice "ahora no estamos editando autores de manera directa, pero manda tu texto a algún concurso de los que hacemos". Le mandé "La casa amarilla", recuerdo, y me dijo que le gustaba mucho, pero que no había espacio, así que lo enviara a un concurso y gané.
Sin embargo, "soy desconfiado por naturaleza, entonces como ya teníamos una relación buena pensé 'a Manuel le gustó el libro y me regaló el premio', pero después con otros libros que también le gustaron no pasó eso. Es muy bueno que las cosas sean así, porque eso quiere decir que el libro ganó porque el jurado pensó que lo merecía, no porque hubiese estado arreglado. Es muy sano mentalmente saber que la editorial donde publicas no tiene esos chanchullos de por medio", afirma el autor.
El editor español "conoce 'Secuoya' desde 2021", agrega Espinosa, cuando la industria literaria quedó en una suerte de suspensión por la pandemia, sin poder imprimir. Entonces los poemas los "mandé a dos concursos y esta vez no pasó nada, eso demuestra que son honestos, por lo cual siento que mi mejor premio es publicar en Pre-Textos sin haberme ganado un premio, porque quiere decir que soy lo suficientemente bueno para entrar de manera directa, ya que hay lugares donde sólo te publican si vas con premios. (... Entrar directamente) es muy bonito, porque creo que cuando un autor llega a este nivel ya no vale la pena que siga participando en concursos, porque estos deberían ser para la gente que necesita emerger, no para quienes ya están en un nivel. Tengo la suerte de estar en Pre-Textos y espero seguir ahí mucho tiempo".
-Puedes trabajar todo el día en la literatura, entre tu obra y los talleres de narrativa que das. Estos espacios también se nutren de lo que llevan los estudiantes.
-Si digo la verdad, estoy cansado de dar clases. Llevo 23 años sin parar, empecé en 2002 y agota. En realidad, depende de los grupos, pero no agota la gente, sino la repetición del gesto, por decirlo de alguna manera. Por eso me estoy enfocando cada vez más a la editorial, MilMadres, (donde...) se consigue recuperar el dinero (de la publicación) y ganar un poco, es interesante y también muy bonito porque va concretando los sueños de mucha gente.
"Secuoya"
Julio Espinosa Guerra
Pre-Textos
78 páginas
$22 mil
"Tengo la suerte de estar en Pre-Textos y espero seguir ahí mucho tiempo", dice el autor.