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Medicina UDA
Señor director: Qué hermosa noticia el saber que tenemos nuevos Doctores y Doctoras para nuestra región.
El día 13 de Marzo del año 2018 escribí a Uds. Al saber que la Facultad de Medicina de la UDA iniciaba sus actividades en Atacama, felicitaba al Gobierno Regional por haber apoyado una iniciativa tan buena para nuestros habitantes y también destacaba el gran compromiso y apoyo del Rector en aquellos momentos de nuestra Universidad el señor Celso Arias y por supuesto a Uds. el Diario Atacama que nos daban a conocer tan feliz acontecimiento.
Hoy aquella naciente Facultad ya tiene sus primeros egresados y que hermoso es que un acontecimiento tan importante sea titular y aparezcan los rostros de los y las jóvenes que han concluido sus estudios de Medicina y puedan aportar con su saber y hacer en la salud de nuestros habitantes.
Es una etapa fundamental la que concluye y ojalá que se pueda avanzar en la especialización en algún área médica, lo que sería un nuevo logro y siempre pensando en las personas que habitamos esta hermosa región.
No sólo los nuevos Doctores y Doctores sintieron orgullo y alegría al recibir su título, se unen a esta dicha sus familias y nosotros los atacameños y atacameñas que algún día podemos ser pacientes de estos destacados jóvenes.
En el Examen Único Nacional de Conocimientos de Medicina (EUNACOM) aprobaron todos los integrantes de esta generación de nuevos médicos…la calidad de la enseñanza recibida es evidente.
Vienen nuevos desafíos, las autoridades, el actual rector de la UDA y una comunidad comprometida pueden seguir avanzando en logros que sean un aporte para los que habitamos en una región en que todo se consigue con mayor esfuerzo pero por esto mismo se valora mucho más cada avance en todo aquello que nos beneficie en algún aspecto de nuestro vivir y convivir.
Y como siempre estoy seguro que ustedes como diario nos irán informando de lo que vaya aconteciendo en Atacama…como lo hicieron cuando se inició la carrera de Medicina y como lo hacen hoy que tenemos los primeros egresados.
Miguel Angel Aguirre, Chañaral
¿Quién le pone cascabel al gato?
En los últimos años, los hospitales y centros de salud se han convertido en escenarios recurrentes de violencia. Lo que debería ser un espacio seguro para el cuidado y la recuperación de la salud enfrenta diariamente amenazas que comprometen gravemente su funcionamiento y la integridad de quienes trabajan allí, así como de los pacientes.
La Urgencia del Hospital Padre Hurtado, una institución clave para la atención de salud pública en la zona sur de Santiago, estuvo paralizada unos días debido a los graves hechos de violencia sufridos en los últimos meses, lo que ha obligado a sus funcionarios a cesar actividades. A modo de ejemplo, a finales de año, un tiroteo dejó a dos enfermeras heridas con perdigones. Por ello, la consigna de los trabajadores, "menos balas, más seguridad", es un grito desesperado que no puede seguir siendo ignorado.
Este episodio no es un caso aislado. Días antes del hecho mencionado anteriormente, el Servicio de Atención Primaria de Urgencia de Alta Resolutividad (SAR) de Los Quillayes sufrió dos ataques consecutivos, que dejaron daños materiales y detuvieron la atención a la comunidad. Desde agresiones verbales hasta ataques físicos, el personal de salud enfrenta un entorno laboral cada vez más hostil, que afecta su salud mental y física. Las consecuencias no se limitan al equipo sanitario; también los pacientes ven interrumpida su atención en momentos críticos.
Entonces, ¿quién se hace cargo? ¿Cuánto más podemos tolerar que los hospitales se transformen en campos de batalla? Es urgente implementar un enfoque integral que combine medidas de seguridad efectivas, protocolos estrictos y una revalorización del rol del personal sanitario. Esto incluye controles de acceso rigurosos, refuerzo de la presencia de seguridad y campañas educativas para sensibilizar a la sociedad sobre la importancia de respetar estos espacios vitales.
El Estado y las instituciones tienen el deber de garantizar un entorno laboral digno y seguro para los trabajadores de la salud. Las palabras de apoyo son insuficientes, mientras la inseguridad se suma al agotamiento mental y físico de los trabajadores que deben interactuar directamente con los agresores. Se necesita una acción concreta que respalde a quienes, en medio de esta crisis, continúan trabajando con profesionalismo y vocación. La violencia no puede normalizarse.
El sistema de salud pública está en riesgo vital. La inacción no solo pone en peligro la integridad de los profesionales, sino también la esencia misma de un sistema que, pese a sus falencias, sigue siendo un pilar fundamental para millones de chilenos. Es hora de que autoridades, instituciones y sociedad civil asuman su responsabilidad y trabajen en conjunto para poner fin a esta alarmante situación.
Allan Mix, presidente Sociedad Chilena de Medicina de Urgencia (SOCHIMU)
Día del Veterano y desconexión con el pasado
Señor director:
El 13 de enero de 1926 se instauró el "Día del Veterano" para rendir homenaje a los valientes soldados chilenos que participaron en la Guerra del Pacífico, coincidiendo esta fecha con la histórica Batalla de Chorrillos. En 1931, en un acto solemne, se depositaron los restos del soldado desconocido a los pies del monumento al general Baquedano, como símbolo de respeto y gratitud de todos aquellos que participaron en esa guerra.
Sin embargo, hoy, la ausencia del monumento ecuestre al general Baquedano y del soldado desconocido no solo representa una pérdida patrimonial, sino también un agravio a nuestra memoria histórica. La falta de estos símbolos es un reflejo de la desconexión que hemos generado con el pasado y de la falta de conciencia sobre los valores que forjaron nuestra nación.
Lamentablemente este 13 de enero pasó inadvertido para la mayoría, con excepción de un grupo de chilenos que, con respeto se dirigieron a diferentes cementerios del país a rendir homenaje a los soldados que participaron en esta guerra.
Esperamos que la próxima conmemoración en Santiago se lleve a cabo en Plaza Baquedano, con ambos monumentos reinstalados y se recuerde esta fecha en todo Chile con solemnidad, tal como corresponde a una nación que honra su historia.
Tarea pendiente del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio.
Eduardo Villalón Rojas