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"Uno sopla por algo, es mágico el sonido, es potente, hay una energía y la imagen es lo central de la fiesta. Todos nos entregamos a esa procesión, saltamos y soplamos por eso, repetimos el canto"
Alejandro Alegría, Baile Chino del Mapocho
tual autoconstruido por las comunidades. Tienen como particularidad su danza, y el sonido de las flautas y tambores. Y también el sentido del canto. Todo aquello habla de nuestro origen indoamericano. Y eso es lo que debemos honrar y que hemos comprometido preservar y poner en valor como Estado de Chile hace 10 años junto a UNESCO como tesoro de la humanidad", agregó Armenakis.
Estudio y valoración
Y precisamente en los últimos diez años el estudio y valoración de los bailes chinos ha avanzado.
A comienzos de septiembre se realizó el Tercer Encuentro Nacional de Bailes Chinos, en La Tirana, donde cerca de doscientos representantes de distintas agrupaciones pudieron encontrarse y trabajar en conjunto.
"Pudimos revisar los planes de salvaguardia, reflexionar en torno a la relación del Estado y los bailes chinos y poder proyectar este trabajo colaborativo en torno a una tradición devocional que tiene presencia ya de más de 350 años en nuestro país", declaró entonces Nélida Pozo, directora de Patrimonio Cultural del Ministerio de las Culturas.
Y en esta década se han multiplicado las publicaciones y acciones de valoración de esta expresión, con libros, discos y sitios web, como el registro de cada uno de los bailes chinos existentes en el Sistema de Información para la Gestión Patrimonial del Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio o la acción de distintos investigadores que sostienen la página web www.baileschinos.cl.
Los bailes chinos en atacama
Y precisamente el sistema de información ministerial del patrimonio registra la presencia de bailes chinos en siete de las nueve comunas de la Región de Atacama, desde la localidad de El Salada, por el norte, hasta la zona cordillerana de Alto del Carmen, en el sur de la región.
Y si bien las agrupaciones participan en diversas festividades, la mayor de Atacama es la Fiesta Grande de la Virgen de la Candelaria, en Copiapó, que a inicios de febrero reúne a miles de feligreses.
Y pese a que cada año son múltiples las danzas que se realizan en el santuario del antiguo pueblo de San Fernando, con una presencia cada vez mayor de bandas de bronce, quienes inician y cierran la fiesta son los bailes chinos.
Así lo explicó Violeta Carvajal, presidenta de los Bailes 1 y 2 de los chinos tradicionales: "La Fiesta de la Candelaria son tres días, en el último día nosotros estamos saliendo a las cuatro o cinco de la mañana porque los chinos tradicionales sacan la imagen y después la guardan el último día, al término de la Fiesta, son los primeros y los últimos, los chinos tradicionales son los dueños y señores de la de la imagen".
Además de la participación en la fiesta, los bailes chinos de Copiapó desarrollan una intensa actividad, con reuniones mensuales en una sede en el mismo Santuario de la Virgen de la Candelaria. Además, existen asociaciones de bailes chinos y un trabajo permanente con la Iglesia Católica, con sacerdotes que asesoran a las agrupaciones.
Junto a ello, cada agrupación suele elegir una directiva e incluso cuentan con un libro de registro. En todas esas acciones de organización hay personas que apoyan, como es el caso de Violeta: es la presidenta de los bailes 1 y 2 de chinos tradicionales, pero no baila con ellos, pues los bailes tradicionales solo son de hombres, a diferencia de las agrupaciones mixtas. Así, Violeta comentó que su rol es administrativo, de apoyo, incluso de disciplina si alguien que participa está en alguna actitud irrespetuosa, pero en los bailes tradicionales solo participan del rito mismo los hombres.
Y si bien la participación es abierta, se espera que quienes bailan sean personas que hicieron una promesa o manda a la Virgen.
Una tradición en evolución
Pero los bailes chinos no solo repiten lo que se ha hecho durante décadas antes, sino que también hay espacio para nuevas formas.
Alejandro Alegría, miembro del Baile Chino del Mapocho, en Santiago, lo explicó así: "El Baile Chino del Mapocho es horizontal, funciona con asamblea y tiene un WhatsApp, aunque nos ha costado organizarnos últimamente".
Pese a los cambios, Alegría cree que la base es la relación entre el baile y la espiritualidad: "Es la base. El trance viene de ahí, el aguantar, el canto del alférez. Uno sopla por algo, es mágico el sonido, es potente, hay una energía y la imagen es lo central de la fiesta. Todos nos entregamos a esa procesión, saltamos y soplamos por eso, repetimos el canto. Es espiritual, único, difícil de describir, algo hermoso y que tiene que ver con lo espiritual-religioso, con las creencias de cada uno y las colectivas".
"Para mí es eso, la devoción, que para mí no es cristiana-católica, pero sí a la imagen de una figura femenina potente que la iglesia adaptó a la virgen. Y el compartir en amistad y alegría con amigos", explicó el integrante del baile chino santiaguino.