Hogar de Cristo en Atacama: Abriendo caminos en un territorio desprovisto
LABOR SOLIDARIA. La fundación ligada a la figura del Padre Alberto Hurtado cumple 80 años de vida institucional, y dado ese contexto, la entidad hace un repaso por los hitos más importantes a lo largo de estos 59 años de presencia en la región.
Comedores, jardines infantiles, centros de atención diurna, albergues y hospederías. A partir de 1965, año en que el Hogar de Cristo inició sus funciones en la región, poco a poco se fueron instalando distintos programas sociales, principalmente en Copiapó, Vallenar y Tierra Amarilla.
Repasamos los hitos más importantes a lo largo de estos 59 años de presencia en la zona en el marco de las 8 décadas de existencia de la fundación y de su cuenta pública anual.
La jefa de operación social territorial en Atacama, Carol Calderón, lleva 26 años trabajando en Hogar de Cristo. Ingresó en 1998 y. desde el 2018, desempeña el más alto cargo en la zona, que incluye las sedes de Copiapó, Vallenar y Tierra Amarilla. Cuenta que el 21 de julio de 1965 se inauguró la primera filial en Atacama, radicada en Copiapó con comedores, venta de viviendas y atención individual. Después seguirían las otras filiales de Vallenar y Tierra Amarilla.
"Ingresé a trabajar en el Centro de Atención Diurna para niños y niñas que existía en ese tiempo en Copiapó, pero estuve poco ahí. Luego pasé a hacerme cargo de los programas sociales en Tierra Amarilla, como los centros de encuentro dedicados a personas mayores; talleres para mujeres, comedores y atenciones sociales. Ya habían partido en ese entonces los comedores y albergues que impulsó Lina Arrieta con determinación".
Se refiere a quien fuera considerada como la fundadora de Hogar de Cristo en esa localidad: una mujer imprescindible, entrevistada en 2023, poco antes de dejar Tierra Amarilla para radicarse junto a su esposo en Bilbao, España, donde viven sus tres hijos.
Lina Arrieta, tras 36 años de total entrega a la comunidad, dijo al despedirse: "Acá se ha hecho todo pésimo. Ésta, como ya dije, es una comuna muy rica, con enorme riqueza minera, pero la explotación ha sido sin ninguna consideración por las personas. Muchas faenas partieron antes de que hubiera ni un rastro de legislación ambiental. Acá deberíamos tener de todo: un buen y gran liceo, un estupendo CESFAM, pero no hay nada de eso. Solo un socavón enorme, que nos tiene a todos convencidos de que en cualquier momento se nos va a hundir el piso".
Ese mismo sentimiento alberga Carol Calderón: "Hemos ido abriendo caminos en un territorio desprovisto. Atacama es una región minera y pese a ello, no cuenta con dispositivos para acompañar a las personas en algo tremendamente importante como es la salud mental. Muchas personas que atendemos no tienen dónde ser tratados. Hasta hace unos cuatro a cinco años, sólo Hogar de Cristo estaba cumpliendo con esa tarea".
2008: la reorganización
Después de crecer y llegar incluso a Chañaral y Caldera, Carol Calderón cuenta que a partir de 2008, se produce una reorganización de todo el Hogar de Cristo en el país. "Ya no se habla más de filiales, en el sentido de que la fundación es una sola y se establece una organización más centralizada y se ordena la oferta programática en cada territorio", explica la jefa de operación social.
Hubo también un programa de apoyo a mujeres vulneradas y víctimas de violencia intrafamiliar, además de iniciarse la creación de jardines infantiles y los programas de atención domiciliaria para adultos mayores.
"Empezamos a salir de la línea de comedores, de desayunos solidarios, para robustecer nuestra oferta con lineamientos basados en evidencia. Nos tocó hacer un estudio, por ejemplo, para determinar los lugares que necesitaban jardines infantiles y salas cuna, así como programas de atención domiciliaria para adultos mayores".
En Tierra Amarilla se instaló un programa terapéutico llamado Anawin, para el tratamiento del consumo problemático de drogas y alcohol, que este año concluye sus funciones.
"Actualmente tenemos hospederías en Vallenar y Copiapó para atender a las personas en situación de calle, además de los programas de acogida en ambas ciudades, que financia el ministerio de Desarrollo Social. Un Padam para 30 adultos mayores y un jardín infantil en Tierra Amarilla, para 62 niños y niñas de escasos recursos".