Durante el fin de semana, personal de Carabineros realizó un operativo en la ruta 5 Norte, producto de carreras clandestinas, práctica que se ha hecho habitual en distintos puntos, pero que ya pasó a "otra etapa" al usar las dos pistas de la doble vía.

En paralelo, un video mostró un accidente en la llamada "esquina de la muerte" en calle Del Río con Estadio en el Palomar, mientras que otro video registró el paso de un vehículo sobre la rotonda de Luis Flores con avenida El Palomar, donde vecinos ya han denunciado exceso de velocidad. Además otros accidentes ocurrieron en la capital regional.

Durante las noches se vive un frenesí automovilístico, donde los mal llamados "Rápidos y furiosos" están causando estragos ya sea por la velocidad o por la imprudencia, lo que pone en peligro a vecinos y transeúntes sin que hoy se pueda hacer mucho dado que finalmente el elemento primario para detener esto es la responsabilidad.

El conducir con imprudencia y en carreras clandestinas no es sinónimo de valentía, pero quiénes están detrás del volante poco y nada entienden de esto. ¿Realmente el sentir esa adrenalina vale la pena, poniendo en riesgo la propia integridad y la de otros?

Choferes, principalmente jóvenes y adolescentes, recorren las vías sin control y eso también tiene que ver con la poca fiscalización en las calles. Y era que no, si ante la baja dotación policial el poner puntos fijos para controles de tránsito se hace tarde mal y nunca.

Y esto lleva a otros temas. ¿Realmente sabemos cuántos menores de edad circulan por las calles manejando?

Ahora que se acerca septiembre, las autoridades deberían potenciar el mensaje y campañas para conducir con responsabilidad para tener unas fiestas patrias lo más tranquilas posible.

La promulgación de la "Ley Karin", marca un hito en la lucha contra el acoso laboral, sexual y la violencia en los lugares de trabajo. Nos recuerda a Karin Salgado, técnica en enfermería del Hospital de Chillán, quien tristemente decidió poner fin a su vida en 2019, luego de sufrir graves episodios de acoso laboral.

Esta ley introduce importantes cambios en el Código del Trabajo y otras normativas, obligando a establecer protocolos para prevenir y manejar todos los casos de violencia y acoso, tanto en empresas privadas como en organismos públicos, también refuerza el papel de la Dirección del Trabajo en la investigación de estos incidentes, asegurando confidencialidad, celeridad e imparcialidad en los procedimientos.

En el ámbito universitario, esta ley nos invita a reflexionar sobre su relevancia, pues, ofrece un marco legal que debemos adoptar y garantizar, para que nuestras universidades sean espacios seguros y respetuosos para las personas que integran la comunidad universitaria.

Las universidades, como centros de pensamiento crítico, pueden liderar la discusión sobre cómo mejorar y adaptar las políticas de acoso laboral y sexual en diversos contextos. Desde la investigación científica, esta ley abre un abanico de posibilidades para que diferentes estudios examinen su efectividad, los desafíos de su implementación y su impacto en la cultura laboral.

La Ley Karin, nos impone el desafío de ser una herramienta educativa, nos mandata a formar profesionales que comprendan y apliquen la importancia de crear ambientes laborales libres de violencia y acoso. Incluir estos temas en nuestros currículos académicos, es esencial para sensibilizar a las nuevas generaciones sobre la ética y el respeto en cualquier entorno laboral.

Como comunidad académica tenemos la responsabilidad de monitorear y evaluar la aplicación de la ley en nuestras instituciones, asegurando que las políticas no solo se adopten, sino que protejan efectivamente a nuestra comunidad. Al integrar la ley Karin en nuestras políticas y prácticas, podemos asegurarnos de que las universidades sean modelos de respeto, equidad y seguridad para todos y todas.