La Selección Chilena de fútbol no pudo pasar del empate sin goles frente al combinado canadiense y quedó eliminado de la Copa América. Siendo esta la primera vez que se queda en el camino en la fase de grupos desde el año 2004. Adicional a ello, es la primera vez que "La Roja" es eliminada del certamen continental de selecciones sin anotar goles desde el año 1917. Eso, desde lo estrictamente estadístico.

Pero las falencias futbolísticas tampoco podemos dejarlas al margen, porque si bien los amistosos previos a la participación de Chile en la Copa América dejaron una buena sensación, la pálida presentación de la escuadra dirigida por Ricardo Gareca demuestra que al seleccionado nacional, con lo que tiene en la actualidad, no le va a alcanzar para cumplir el objetivo de clasificar al Mundial de 2026, que cada vez se mira más de lejos.

Pero lo que más enardeció a los hinchas de "La Roja", fue la sensación de haber sufrido un robo a mano armada, tanto en el cruce contra los canadienses, así como en el duelo con los argentinos, los cuales terminaron por sepultar las aspiraciones nacionales.

Y es que el pésimo cometido del arbitro colombiano Wilmar Rondán, sus ayudantes en el campo y los asistentes del VAR en el cruce con los norteamericanos, quedó en evidencia con el hecho que dejaron pasar un codazo de Moïse Bombito a Rodrigo Echeverría que era roja directa, y por el otro lado le mostraron la segunda amarilla a Gabriel Suazo (que acarreó expulsión) por una jugada que ni siquiera era foul.

Una vez terminado el partido y consumada la eliminación de Chile, vergonzosa fue la declaración del presidente de la ANFP, Pablo Milad, quien deslizó la idea que habría sido el VAR el que le dio la indicación a Roldán de mostrar la segunda amarilla a Suazo, algo que de ser cierto, sería demasiado grave.

Pero acto seguido, cuando un asertivo periodista le preguntó por el "peso" de Chile en la Conmebol, Milad se enojó y matizó sus dichos iniciales, declarando de manera textual : "No me gusta hablar cuando pasan cosas extremas, porque uno se calienta y dice cosas que después uno se arrepiente".

¿De qué se arrepentiría Milad? ¿De defender los intereses de Chile ante la Conmebol? o más bien ¿A partir del reclamo en "caliente" recibiría una buena reprimenda de Domínguez?. Lamentablemente para los fanáticos de "La Roja", Chile pesa menos que un paquete de cabritas y el reclamo -muy probablemente- quede en nada.

La inteligencia artificial (IA) y los gemelos digitales han emergido como fuerzas transformadoras en la sociedad chilena. Desde la academia, observamos un impacto profundo en la educación, el mercado laboral y la vida cotidiana, con implicaciones prometedoras y desafiantes.

En el ámbito educativo, la IA ha permitido la personalización del aprendizaje a través de tutores inteligentes y sistemas de aprendizaje adaptativo, ofreciendo soporte adicional a estudiantes con dificultades. Además, algunas instituciones de educación están utilizando gemelos digitales con fines pedagógicos. Estas herramientas crean entornos de aprendizaje inmersivos y simulaciones realistas, enriqueciendo la experiencia educativa y facilitando la comprensión de conceptos complejos. Los gemelos digitales, que replican virtualmente objetos, procesos o sistemas físicos, proporcionan una herramienta invaluable para la experimentación y el aprendizaje práctico sin los riesgos y costos del mundo real.

Sin embargo, esta transformación ha resaltado las brechas digitales existentes. La desigualdad en el acceso a tecnologías y conectividad de calidad sigue siendo un desafío crítico en Chile. Zonas apartadas y comunidades de menores recursos enfrentan dificultades para aprovechar estas innovaciones, perpetuando la inequidad educativa. La academia tiene un rol crucial en investigar y desarrollar soluciones tecnológicas, además de abogar por políticas públicas que garanticen un acceso equitativo a estos recursos.

En el mercado laboral, la IA está redefiniendo la naturaleza del trabajo. La automatización de tareas rutinarias y el análisis de grandes volúmenes de datos aumentan la eficiencia y productividad en diversos sectores. Sin embargo, surge el temor a la pérdida de empleos. Estudios indican que, si bien ciertos roles pueden desaparecer, se generarán nuevos puestos que requieren habilidades avanzadas en tecnología y análisis de datos. La academia chilena debe anticiparse a estas tendencias, ajustando currículos y ofreciendo programas de capacitación continua que preparen a la fuerza laboral para un entorno en constante evolución.

La IA y los gemelos digitales también plantean dilemas éticos y de privacidad. La recopilación y análisis de grandes cantidades de datos personales exigen una reflexión sobre la protección de la privacidad y el uso ético de la información. Es imperativo fomentar un diálogo inclusivo para desarrollar marcos reguladores que equilibren innovación y protección de derechos.

En conclusión, la IA y los gemelos digitales están redefiniendo la estructura social y económica de Chile. La academia tiene una responsabilidad fundamental en el desarrollo tecnológico, la formación de profesionales éticos y la promoción de un acceso equitativo a los beneficios de estas transformaciones. Un enfoque inclusivo y ético garantizará que estas tecnologías contribuyan al bienestar de toda la sociedad chilena.