El alza de tarifas eléctricas: ¿podría impulsar la energía solar domiciliaria?
ELECTRICIDAD. Por años los paneles fotovoltaicos han sido una alternativa que no termina de despegar en el segmento de los hogares, pero los nuevos precios eléctricos podrían darles un inesperado empuje.
La Región de Atacama se prepara para vivir el alza de las tarifas eléctricas, que en algunos casos llegará hasta el 40% de aumento en el precio a pagar mensualmente, si se trata de un hogar que consume entre 180 y 400 kilovatios hora mensuales.
La situación ha crispado el ambiente político a nivel nacional, con amenazas de interpelaciones y hasta una Acusación Constitucional contra el ministro de Energía, Diego Pardow, pese a que la ley que hará aumentar en las próximas semanas el precio de la electricidad fue aprobada por amplia mayoría de todos los sectores políticos en el Congreso Nacional.
Pero en la región surge una pregunta ante ese contexto: ¿será este el momento en que despegue definitivamente la energía solar como fuente de producción eléctrica a nivel residencial?
"Yo creo que sí va a estimular, producto del impacto que va a provocar esta alza, no solamente hablando de las personas de manera individual, sino que pequeñas empresas que tienen altos consumos de energía. Si nos enfocamos en el tema residencial, ya es rentable hacer una instalación solar para bajar los consumos, solo hay que enfocarse bien de acuerdo al tipo de consumo para saber cuanto tiempo va a demorar en recuperar la inversión, que hoy todavía puede llegar a los 10 años", adelanta Edward Fuentealba, director del Centro de Desarrollo Energético de la Universidad de Antofagasta.
Energía industrial v/s residencial
En todas las regiones de la macrozona norte del país ya se están haciendo una postal común las múltiples plantas eléctricas que se alimenta de energía solar fotovoltaica, que en algunos casos llegan a ocupar amplias extensiones de territorio en el Desierto de Atacama, donde aprovechan el alto índice de radiación solar y un gran porcentaje de días sin nubosidad.
Pero, en general, esas plantas eléctricas tienen un sentido industrial: grandes empresas de generación eléctrica, muchas de ellas de capitales transnacionales, levantan centrales de producción energética de amplias capacidades desde las cuales venden la energía producida a través del Sistema Eléctrico Nacional, mediante el cual se distribuye a todo el país.
En tanto, algunas otras plantas fotovoltaicas se construyen para energizar proyectos de gran envergadura en áreas económicas clave, como la minería o el transporte.
Pero además de esa producción industrial, existe otra modalidad de generación eléctrica, la residencial, de baja escala pero capaz de satisfacer las necesidades eléctricas de un hogar promedio.
Y, además, existe un tercer tipo de producción eléctrica solar, intermedia, la denominada "de Pequeños Medios de Generación Distribuidos", que superan la capacidad residencial pero llegan hasta los nueve megavatios y están orientados a empresas.
Y en las regiones de Antofagasta y Atacama se vive la contradicción de que mientras lideran la producción industrial de energía solar fotovoltaica, se encuentran notablemente rezagadas en la producción residencial de este tipo de energía, pese a que muchas viviendas en ambas regiones se encuentran en óptimas ubicaciones para poder autoabastecerse de energía solar a través de paneles fotovoltaicos.
Según datos de la Asociación Chilena de Energías Renovables y Almacenamiento, ACERA, las regiones de Antofagasta y Atacama concentran juntas el 55% de la capacidad instalada de generación de Energías Renovables No Convencionales (ERNC) en Chile, llagando casi a los 9 mil megavatios, cuya amplia mayoría es en base a la energía solar fotovoltaica.
Pero en medios de generación de pequeña escala, ambas regiones no logran sumar el 10% de la producción del país. Y a nivel residencial, las regiones de Antofagasta y Atacama suman juntas menos de 2.800 instalaciones, muy atrás de las 7.285 de la Región Metropolitana, que lidera el ránking.
En definitiva, el norte chileno es la gran zona de producción industrial de energía solar del país, pero se encuentra lejos de haber podido instalar la producción fotovoltaica a nivel residencial, que es el modo en que más directamente las familias podrían ahorrar en su consumo eléctrico mes a mes, pues la legislación actual permite el autoconsumo eléctrico e incluso la entrega de energía a las distribuidoras eléctricas, logrando descuentos en la cuenta.