La economía conductual reconoce que las decisiones humanas están influenciadas por una variedad de factores emocionales, cognitivos y sociales.
En lugar de considerar a las personas como seres puramente racionales, la economía conductual reconoce que las decisiones económicas están influenciadas por sesgos cognitivos, emociones, heurísticas y el contexto social en el que se toman estas decisiones. Algunos de los principios clave de la economía conductual incluyen la aversión a la pérdida, el sesgo de confirmación, la heurística de disponibilidad y el efecto marco.
Aplicar la economía conductual implica comprender estos sesgos y heurísticas para diseñar políticas y estrategias que ayuden a las personas a tomar decisiones más informadas y beneficiosas. Algunas formas de aplicar la economía conductual incluyen:
•Diseño de políticas públicas: Utilizar conocimientos de economía conductual para diseñar políticas que promuevan comportamientos beneficiosos para la sociedad.
•Marketing y publicidad: Las empresas pueden aprovechar los principios de la economía conductual para influir en las decisiones de compra de los consumidores.
•Gestión financiera personal: Ayudar a las personas a mejorar su gestión financiera al entender y contrarrestar los sesgos que pueden llevar a decisiones financieras subóptimas. Por ejemplo, utilizar recordatorios o alarmas para evitar gastos impulsivos.
•Diseño de productos y servicios: Desarrollar productos y servicios que estén alineados con las preferencias y necesidades humanas, teniendo en cuenta cómo las personas toman decisiones en la práctica. Por ejemplo, diseñar aplicaciones de salud que utilicen incentivos y recordatorios para fomentar hábitos saludables.
•Educación financiera: Enseñar a las personas sobre los sesgos y heurísticas que afectan sus decisiones financieras, y proporcionar estrategias para evitar caer en trampas cognitivas. Por ejemplo, ofrecer talleres que enseñen a las personas a reconocer y resistir la presión social para gastar más de lo necesario.
En resumen, la economía conductual proporciona un marco poderoso para comprender y mejorar las decisiones económicas y financieras de las "Personas" de Atacama, tanto a nivel individual como en la "Sociedad en su conjunto". Al aplicar los principios de la economía conductual, es posible diseñar políticas, estrategias y sistemas que promuevan decisiones más informadas, beneficiosas y alineadas con los objetivos de las personas y la sociedad, mejorando cada una de las dimensiones que hoy la región requiere.