Una de las esperanzas de los gobernadores y gobernadoras regionales estaba depositada en el compromiso del Presidente Gabriel Boric de avanzar en la descentralización del poder, eliminar la figura de los delegados y entregar mayores competencias a quienes dirigen los gobiernos subnacionales por decisión de los electores. A dos años de la asunción del Gobierno el avance en esa materia ha sido nulo, ni el fin de los delegados ni mayores competencias.

Esta es una de las críticas más sentidas provenientes de las regiones y que dilapida los afanes de autodeterminación en temas presupuestarios y en otros tan importantes como la seguridad. Un compromiso olvidado tras dos años en el gobierno, aunque puede ser entendible dado lo complejo que es un cambio de este tipo.

Recordar que se ingresó un proyecto al Congreso el que aún no se discute a cabalidad, pero como lo han manifestado los mismos gobernadores no responde a las expectativas y no se trataría más que un cambio cosmético o de nombre, porque las competencias se mantendrían en los en el futuro llamados jefes o jefas de Gobierno.

No se puede negar que los casos de tratos directos con fundaciones tuvieron su repercusión y debilitaron la figura de los gobernadores, pese a que los casos graves son de menor impacto y cuantía que otros afines, la discrecionalidad para la ejecución presupuestaria se vio en tela de juicio.

De todas formas, el Gobierno pierde toda concordancia con lo propuesto en campaña, en lo relativo a dar mayor autonomía y poder a las regiones. Salir con menos poder con el que ingresó, no pasó de ser una linda frase y quienes esperan una verdadera descentralización, que llevada de buena forma, puede dar progreso a las regiones.

El año 2020 la fundación "Elige Educar" elaboró un estudio que estima que para el 2025, Chile presentará un déficit de 19% de profesores y profesoras en el sistema educacional. En este estudio el nivel más afectado sería la educación media, con un déficit del 32%, y las asignaturas de Historia y geografía y Ciencias naturales, con un 44% y 40% de déficit, respectivamente.

Si bien algunas medidas se tomaron durante el 2020, como la implementación de la "Beca vocación de profesor" para licenciados y profesionales, con una oferta de 250 cupos para ese año, esto no impactó, como se esperaba; por el contrario el déficit aumentó y esto se vio reflejado en los resultados de una nueva investigación de la fundación "AEQUALIS", que proyecta un déficit de 32 mil docentes, para el 2025.

Frente a ello, la Universidad de Atacama, consciente de este desafío y coherente con nuestro compromiso con el desarrollo territorial y el servicio público, durante estos últimos años ha desarrollado diversos programas para responder a esta necesidad urgente de fortalecer la educación pública en nuestra región.

Los programas "Vocación y talento pedagógico", "Habilidades para la vida" en su segundo año de ejecución, "A convivir se aprende II Versión" , el Programa PACE (Propedéutico), entre otras iniciativas , han permitido instalar competencias en quienes desean dedicarse a la pedagogía y quienes ya ejercen este rol. Sumado a ello, hemos elaborando otros proyectos que pronto serán ejecutados, como lo son el "Pre Universitario-UDA", proyectado para 280 estudiantes pertenecientes al SLEP Atacama, el "Programa de Prosecución de Estudios a través de CPEIP", diseñado para acreditar a profesionales que trabajan en el área de Educación pública de Atacama. A estas iniciativas propias y desarrolladas en conjunto con el MINEDUC, se suma el inicio de los trabajos para abrir, en un corto plazo, nuevas carreras de pedagogía, con el objetivo de aumentar el número de docentes y fortalecer la calidad de la educación en nuestra región. En esa misma línea, con nuestra Facultad de Humanidades y Educación, y en colaboración con la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV) y la Universidad Metropolitana de las Ciencias de la Educación (UMCE) estamos diseñando proyectos en conjunto para dar respuesta a las necesidades en materia de educación pública en la región de Atacama.

Creo firmemente en la valoración del conocimiento, la educación como un derecho y en la función social de las Universidades del Estado en la formación de las y los docentes, quienes deben acceder a una formación continua, integral y de calidad, que nos permita restituir el valor de la educación, como el pilar fundamental sobre la cual se construye el futuro de una nación. Chile y Atacama necesitan más profesoras y profesores, seguir trabajando en esta línea es nuestro compromiso y nuestro norte.