En medio de la incertidumbre respecto de si los delegados israelíes participarían, finalmente, en una nueva ronda de negociaciones en Qatar para lograr una tregua con Hamás en la Franja de Gaza, ayer el primer ministro, Benjamín Netanyahu, insistió en que una nueva operación militar en Rafah será clave en la ofensiva contra el grupo islámico.
"Operaremos en Rafah. Esta es la única manera de eliminar al resto de los batallones asesinos de Hamas y esta es la única manera de aplicar la presión militar necesaria para liberar a todos nuestros secuestrados", aseveró el líder del gobierno de Tel Aviv, quien aseguró que las "presiones internacionales" no lo persuadirán de abandonar esta pretensión.
"Hay quienes en la comunidad internacional están tratando de detener la guerra ahora, antes de que se alcancen todos los objetivos", insistió Netanyahu, quien reiteró que seguirán avanzando en la eliminación de Hamás, la liberación de los rehenes y lograr que Gaza "ya no represente una amenaza contra Israel".
Peligro
Las palabras de Netanyahu llegan luego de una serie de pronunciamientos desde Occidente, entre ellos de Estados Unidos, en contra del plan de invadir Rafah, donde más de 1,4 millones de refugiados civiles estarían en riesgo.
"A nuestros amigos de la comunidad internacional les digo: ¿Tienen tan poca memoria? ¿Olvidaron tan rápidamente el 7 de octubre, la masacre más terrible cometida contra judíos desde el Holocausto? ¿Están tan pronto dispuestos a negar a Israel el derecho a defenderse contra los monstruos de Hamás?", lanzó.
Netanyahu pidió que "en lugar de presionar a Israel, que está librando una guerra injusta contra un enemigo que no puede ser más cruel, dirijan su presión contra Hamás y su patrón: Irán. Son ellos quienes representan un peligro para la región y el mundo entero".
El Canciller alemán, Olaf Scholz, se reunió ayer con el primer ministro israelí, con el fin de persuadirlo de abrir más corredores humanitarios y acelerar los intentos de llegar a la paz. Scholz insistió en que una operación en Rafah supondría una crisis humanitaria. "¿Cómo se puede proteger a más de 1,5 personas, adónde pueden ir?", aseguró, instando a su par a que "no podemos quedarnos de brazos cruzados y ver cómo los palestinos corren el riesgo de morir de hambre".
Opiniones divididas
Ayer, durante toda la jornada, el gabinete de guerra discutió si enviar a su delegación al nuevo intento de diálogos con Egipto y Qatar para una tregua, a la vez que definía los detalles de la anunciada operación en Rafah. La espera mostró también visiones distintas en el gobierno israelí, en medio de masivas manifestaciones de familiares de los rehenes israelíes en Tel Aviv, pidiendo acelerar un acuerdo de paz con Hamás.
El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, pidió no dialogar e "intensificar la presión militar". "Conseguimos el acuerdo anterior porque Hamás se vio en apuros y fuimos muy agresivos... El gabinete de guerra (aún) no ha acordado entrar en Rafah y esa es una decisión equivocada", aseguró.
En tanto, el ministro de Defensa, Yoav Gallant, expresó su apoyo a la postura de los familiares de los rehenes y aseguró que se agotarán "todas las vías posibles" para recuperar a los capturados.
"El compromiso de no dejar a nadie atrás es válido para la guerra que estamos librando hoy y será válido para todas las guerras de Israel", señaló Gallant en una ceremonia en memoria a los soldados en Jerusalén.