Correo
Padre Esteban Gumucio
El poeta y escritor, Esteban Gumucio, nació el 03 de septiembre 1914; se ordenó sacerdote el 17-12-1938. De 1986 a 1990 ejerció en parroquia de La Unión, donde conmemoró 50 años de sacerdocio. Desde el golpe militar, él y sacerdotes de la población Joao Goulart en Santiago, defendieron los derechos humanos. El padre Esteban escribió canciones religiosas como "El peregrino de Emaús" y, de la dictadura: El cansancio de los pobres; El Cristo del patio 29; Villa Grimaldi y Canto desde el centro de la libertad. Su obra la "Cantata de los derechos humanos", se estrenó en la Catedral de Santiago (1978). El padre Gumucio, estando mal de salud; por los 50 años de sacerdocio del padre Pablo Fontaine, escribió "Pasó una sonrisa madura por la humanidad, un cuerpo de arcilla leve con ojos de tierna paz, algo de león valiente y de paloma en palomar; verso y silencio de amigo en su espiga espiritual, hecha de humor de la vida su palabra de cristal, ancho corazón de hermano forjado en comunidad, yo sé de dónde te nace tu miel y tu pedernal, esta tarde cuando vuelvas de rodillas al altar se va posando en tu alma, de Jesús, el verbo amar". El padre Esteban Gumucio, falleció el 06-05-2001 a los 86 años. Sus restos están en Memorial de la parroquia San Pedro y San Pablo en Santiago.
Derico Cofré
El paisaje se planifica
Señor director:
En el contexto de la crisis de los socavones y luego de asertivos diagnósticos realizados por los especialistas y la evidencia científica referida al cambio climático, es momento de mirar en prospectiva y proyectar el futuro: el paisaje se planifica. Es por esto que se hace imperativo revisar la experiencia internacional y tomar en cuenta que esta coyuntura nos obliga a entender que la elaboración de políticas públicas de paisaje es un proceso clave para seguir adelante.
El paisaje es holístico, es un constructo cultural, es dinámico, se transforma, y es nuestro soporte en el territorio, y ante esto, Chile y su heterogeneidad de paisajes nos ofrece la oportunidad de ver múltiples escenarios. Debemos evitar mirarlo de manera nostálgica, es momento de reconciliarnos con el sistema natural, impulsar el trabajo interdisciplinar y, desde el campo de la arquitectura, aplicar el trabajo multiescalar, reconociendo las múltiples relaciones, dinámicas e interacciones de las escalas, desde la geografía hasta el diseño.
Es tarea de todos poner en valor el bien común.
Pamela Zúñiga, académica Escuela de Arquitectura UDP
Paso valiente
Señor director: La adhesión de la Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo (ANID) al Acuerdo sobre la Reforma de la Evaluación de la Investigación (COARA) representa un paso valiente hacia una evaluación de la ciencia más justa y equitativa. Propone una visión en la que se valora la diversidad de resultados, prácticas y actividades que impulsan la calidad y el impacto de la investigación. La evaluación ya no debiera ser un mero recuento de publicaciones o citas, sino una valoración más profunda de la excelencia.
Es innegable que el actual sistema basado en métricas cuantitativas ha perpetuado sesgos y obstaculizado el progreso equitativo de jóvenes investigadores y mujeres en las carreras científicas. La rigidez actual ha excluido a muchos talentosos científicos, limitando la diversidad y la riqueza en la investigación. COARA ofrece una oportunidad de cambio, un giro hacia un enfoque más inclusivo no solo en términos científicos, sino también tecnológicos, económicos y sociales, reconociendo que el impacto puede variar según las disciplinas y los tipos de investigación.
A medida que avanzamos en este camino, es esencial que todos los actores involucrados se unan para impulsar este sistema. Solo entonces podremos alcanzar todo el potencial y contribuir de manera significativa al avance del conocimiento y la sociedad. Esperamos con interés que esta transformación de las formas se aplique en los programas, concursos y todo tipo de evaluación de ANID y se materialice prontamente.
Dr. Iván Suazo, director Cátedra UNESCO Ciencias para la ciudadanía y vicerrector de Investigación y Doctorados de la Universidad Autónoma de Chile
Inteligencia humana versus artificial
Señor director:
En un contexto marcado por la revolución que supone la Inteligencia Artificial (IA) para la vida de las personas, las empresas, la economía y el país; es relevante reflexionar qué papel debe jugar la inteligencia humana. Las transformaciones que podría generar la IA en los próximos cinco años son profundas. Según Ipsos, un 60% de los chilenos estima que podría cambiar la forma en la que hace su trabajo. Por otro lado, 77% de las empresas cree que el uso de esta tecnología tendrá un impacto significativo o disruptivo en la productividad de su industria.
Su revolución requerirá de una fuerte capacitación laboral, educación en todas sus dimensiones y la formación de nuevos talentos, pero, sobre todo, de nuevos tipos de liderazgos que acompañen estos procesos, donde aborden el éxito económico y la tecnología como medios para alcanzar un fin más noble que es el "buen trabajo", entendido como el desarrollo de la persona llevada a su mayor expresión. Para ello, es fundamental que todos los actores sociales tengan la capacidad humana, además de contar con políticas regulatorias claramente establecidas, de garantizar que la dignidad de las personas esté siempre en el centro del desarrollo de esta herramienta.
Herramientas como la inteligencia artificial son una oportunidad para los procesos de la empresa, pero también presentan riesgos. Si vemos a la IA como un medio, y no un fin en sí mismo; el trabajo para garantizar que la dignidad de las personas esté en el centro de cada decisión debiese facilitarse. La IA puede acompañar los esfuerzos en la empresa para promover el desarrollo material, cultural y espiritual de cada colaborador, potenciando su inteligencia humana.
Enrique Cruz, presidente USEC