Al verla, impacta. Primero, por su estatura de un metro ochenta y tres con la que no pasa inadvertida; y segundo, por el parecido que tiene en la forma de correr y en el físico con su mamá, Ximena Restrepo, la medallista olímpica de 400 metros en Barcelona 92.
Es Martina Weil, la velocista chilena de 24 años que hizo del Estadio Nacional su fortín en la noche del miércoles, un recinto en el que el público estalló de júbilo al verla conquistar el oro en la final de los 400 metros de los Juegos Panamericanos con una marca de 51.48.
No era para menos. Los chilenos celebraron su tercera medalla dorada en el atletismo y llegó gracias a las veloces zancadas de Martina, que lleva el deporte en las venas.
Practicó básquetbol antes de decidirse por el atletismo, ya que no quería inclinarse por lo mismo de sus padres. "(El atletismo) No era el deporte que más me gustaba, prefería los deportes colectivos", reconoce.
Con su linaje deportivo, su herencia, también es hija del exlanzador de bala Gert Weil, sexto en Seúl 88 y bicampeón panamericano, lo tiene todo para poder lograr la marca mínima para los Juegos Olímpicos de París 2024, establecida en 50.95 segundos.
"Estoy sin palabras. La gente soñaba con el oro antes que yo", dijo Martina al ganar los 400 metros ante unos 30 mil aficionados que soportaron una temperatura de ocho grados Celsius bajo la lluvia y nunca dejaron de gritar su nombre ni de aplaudirla.
Ellos la empujaron en los metros finales cuando las piernas ya le pesaban, dice.
Oírla hablar con algunas palabras de la jerga colombiana la acercan más al país cafetero, que vibró el 5 de agosto de 1992 con la primera medalla olímpica obtenida en atletismo y que fue ganada precisamente por su madre, un bronce que se festejó en toda Latinoamérica como si fuera oro y que todos aún recuerdan.
Ximena corría en los 400 y en los 200 metros, ahora es gerente de Deportes de la Corporación Santiago 2023 y vicepresidenta senior de la Federación Internacional de Atletismo (World Athletics).
La colombiana después del triunfo de su hija dijo que Martina "no quería ser atleta, porque ella decía 'yo no quiero ser la hija de Weil, ni la hija de Ximena Restrepo', y ahora nosotros somos los papás de Martina, ya pasamos a un segundo plano completamente".
Martina, la campeona panamericana de 400 metros, sueña con romper el récord de su madre, quien ostenta desde ese día en Barcelona la marca sudamericana de 49.64. Han pasado 31 años.
Pero "ojalá en un día mejor que este", añadió, porque el miércoles fue quizá uno de los peores días para salir a correr en Santiago. Hacía un frío de espanto que congelaba los dedos, pero el calor que sintió Martina al momento de entrar a la pista y cuando cruzó la meta hizo rugir a todo el Estadio Nacional, que parecía venirse abajo cuando logró el oro en los 400 metros.
Sensible y vegana
Se considera sensible y quizá por eso lloró al ganar la prueba, lloró cuando lanzó un beso al público y volvió a llorar cuando en medio de las entrevistas vio a Gert, quien comenta para TVN los Panamericanos, y corrió nuevamente pero para darle un largo abrazo.
Dice que no le molesta que muchos la identifiquen como la hija de Gert y Ximena, y menos que la comparen con ella. "Mi mamá me aconseja, pero más afuera de la pista que dentro", agregó Martina, a quien su madre acompañó en el calentamiento previo a la final.
Su meteórica carrera se inició a nivel internacional en el 2017. Este año en la Liga de Diamante de Silesia (Polonia) quedó en el octavo lugar con 51.07, su mejor marca personal, y en el Mundial de Budapest se ubicó entre las 25 corredoras más rápidas.
Vive en Bélgica y estudia negocios, tiene una dieta vegana, se entrena de lunes a sábado cuatro horas al día y mantiene una disciplina constante, cualidad heredada de sus padres.
Pero antes de esta luna de miel con el atletismo, Martina vivió un periodo difícil en Estados Unidos, donde probó suerte en la competencia universitaria. Algo que no resultó como esperaba, pues con la pandemia le empezaron a exigir resultados deportivos inmediatos al estar becada.
Pero allí, en Tennessee, conoció a Jacques Borlée, el entrenador que la llevó a Europa a conseguir el gran salto en su carrera. "Me queda harto todavía por dar", aseguró la atleta que en la primavera más invernal de Santiago comenzó a escribir su propia historia como campeona.
Ducó finaliza séptima en bala
Ayer se llevó a cabo la final femenina del lanzamiento de bala, con la canadiense Sarah Mitton quedándose con el oro gracias a un lanzamiento de 19.19 metros. En la final participaron las chilenas Natalia Ducó e Ivana Gallardo. La primera finalizó en el séptimo lugar con un lanzamiento de 16.58 metros, mientras que Gallardo terminó undécima con una marca de 15.30 metros. La plata fue para República Dominicana.