La activista y periodista iraní Narges Mohammadi fue distinguida con el Premio Nobel de la Paz 2023 por su lucha por los derechos de las mujeres en Irán.
El galardón recompensa a Mohammadi, que está en prisión en su país, "por su lucha contra la opresión de las mujeres en Irán y su lucha para promover los derechos humanos y la libertad para todos".
La "valiente lucha" de Mohammadi, continuó el comité Nobel noruego, "ha tenido enormes costos personales. El régimen iraní la arrestó 13 veces, la condenó cinco veces y la condenó a un total de 31 años de prisión y 154 latigazos. Mohammadi sigue en prisión".
La activista que está cumpliendo actualmente una condena de 16 años de cárcel en el penal de Evin (Teherán) recibió este año el premio Guillermo Cano a la Libertad de Prensa de la Unesco y en 2022 ganó el Premio al Valor de Reporteros sin Fronteras (RSF).
Incluso desde la cárcel, Mohammadi ha informado sobre la "lamentable" situación de los presos en Irán, ya que ha escrito decenas de artículos desde allí, y ha sido maltratada y torturada a pesar de sufrir problemas cardiacos, según destacó RSF cuando anunció su distinción.
Según CNN, ni siquiera las oscuras celdas de la prisión aplastaron su potente voz: en una grabación de audio desde el interior de la cárcel antes del premio se escuchó a Mohammadi liderar los cánticos de "mujer, vida, libertad", lema del levantamiento desencadenado el año pasado por la muerte de Mahsa Amini, y una versión en farsi de "Bella Ciao", canción italiana himno de luchas contra autoritarismos en todo el mundo.
Entrando y saliendo
Mohammadi, de 51 años, ha vivido las últimas décadas entrando y saliendo de prisiones iraníes por su lucha contra algunos de los pilares de la República Islámica, como la pena de muerte y el uso obligatorio de velo.
La activista nació en la norteña ciudad de Zanjan en 1972 en el seno de una familia de clase media, hija de un cocinero y agricultor. Estudió Física y trabajó como ingeniera, pero enfocó su carrera al periodismo y pronto comenzó a colaborar con grupos de la sociedad civil para trabajar por los derechos de las mujeres y las minorías.
Esas inquietudes políticas la llevaron a unirse al Centro de Defensores de los Derechos Humanos, grupo fundado por la abogada iraní Shirin Ebadi, Nobel de la Paz en 2003, y centrado en la abolición de la pena de muerte.
Luego de sus 13 detenciones y cinco condenas, la Judicatura iraní tiene abiertos tres procesos más contra ella.
Su marido, Taghi Rahmani, ha pasado 14 años entre rejas, también por su activismo, y vive exiliado en París, con sus hijos gemelos, que no ven a su madre desde hace años.
"Narges Mohammadi ha sido una indómita voz contra la represión del Gobierno iraní a pesar de ser uno de sus más perseguidos objetivos", dijo de ella Kenneth Roth, el director de Human Rights Watch entre 1993 y 2022.
El Nobel reconoce así también a los miles de personas que se echaron a las calles iraníes para pedir más libertades tras la muerte de Mahsa Amini, tras ser detenida por la llamada policía de la moral en septiembre de 2022.
Lejos de sus hijos
Luego de que se anunciara el premio para Mohammadi, su hija Kiana (16 años) dijo en París, donde está refugiada junto a su padre y hermano, que no ha podido verla desde hace ocho años y no ha hablado con ella desde hace más de un año.
A pesar del aislamiento en que vive Narges, su hija señaló que "creo que sabe que ha ganado el Nobel, no sé cómo, pero creo que se ha enterado".
Y Alí, mellizo de Kiana, añadió que "estoy muy orgulloso de ella. El premio no es solo para mi madre, también para el pueblo iraní".