En varios sectores empezaron a brotar las semillas de las flores que embellecen los paisajes de la región de Atacama debido a las lluvias de estos dos últimos meses. Entre estos lugares privilegiados, las costas de la caleta Chañaral de Aceituno se destacan como las más favorecidas por el fenómeno que ya empezó a atraer numerosos turistas.
"Se llevaron mi celular, computador e informes de la Fundación... no temo ser detenida"
Camila Polizzi
Ex candidata a diputada
Por caso "lencería"
Un incendio de proporciones afectó en la madrugada de ayer a tres locales del centro de Copiapó, dejando a uno de ellos completamente destruido.
Pasadas las dos de la madrugada, por causas que se investigan las llamas comenzaron a consumir el ex local comercial llamado El Rey del Colchón, ubicado en calle Chacabuco.
"!Cómo le pudieron hacer esto a mi chinita, tanta maldad!" El rostro de Rodrigo Leyton estaba triste.Su madre lo había entregado a la virgen de la Candelaria porque no podía aprender a caminar cuando era pequeño, y es un ejemplo del sentir de los de votos. Por segunda vez roban la corona, el primer caso ocurrió hace unos 25 años y aquella corona no fue recuperada.
El Padre Alberto Hurtado es uno de los personajes insigne en la historia del país producto de su legado solidario y una frase que es ampliamente recordada como es "dar hasta que duela".
Se preocupó de los obreros, de luchar contra las desigualdades sociales, de abolir el trabajo infantil y de que en el país haya un orden social cristiano.
Hoy en el marco del Día de la Solidaridad, que surge a partir de la muerte de Hurtado un 18 de agosto de 1952, bueno es preguntarse ¿cuál es el estado actual de la solidaridad en Atacama y el país?
A diferencia de otros años, no hay un estudio que se conozca al menos masivamente, pero sí podemos decir que se ha perdido mucho el sentido de solidaridad y que la frase "dar hasta que duela" parece ir perdiéndose con el paso del tiempo.
En el país el individualismo parece haber crecido especialmente y de ello nos debemos preocupar.
Si en Atacama los aluviones trajeron consigo innumerables muestras de solidaridad (lo que fue refrendado en estudios), la pandemia terminó por encerrarnos y preocuparnos de lo que sucedió puertas adentro, mientras el entorno pasó a segundo plano.
Si le sumamos la ausencia de referentes como Alberto Hurtado que inspiren obras y acciones y el rechazo a la estructura social dominada por la política, estamos ante un escenario del cuál debemos hacernos cargo.
Y es que el individualismo termina afectando distintas capas. Los adultos mayores sufren con el desamparo; los afectos y muestra de cariño van decayendo y con ello una repercusión en las propias personas; se rompe el sentido colectivo de establecer logros y con ello la misma sociedad termina a los tropiezos; y la indiferencia y apatía termina por incluso crear violencia.
Hoy debemos preguntarnos ¿estoy en el camino correcto de ayuda al prójimo? ¿qué podría hacer para mejorar yo y el entorno?
No esperemos que haya un aluvión o una Teletón para fomentar solidaridad, porque esta se construye de forma fuerte en el día a día.
En el segmento más pobre del país, integrado por 1.890.860 personas, el ingreso autónomo mensual promedio es de 95 mil pesos. Esto significa que en el decil más desfavorecido ese es el monto que una persona genera con su trabajo y sus iniciativas productivas contra el ingreso autónomo promedio mensual del país, que es de un millón 200 mil pesos.
O sea, hablamos de gente que lo está pasando muy, muy mal. Otro dato elocuente es que en ese segmento poblacional, en 2022, los ingresos autónomos representaron el 37% y los subsidios el 63%, mientras que el 2017 los ingresos autónomos fueron 63% y los subsidios 37%. Es decir, exactamente la proporción inversa.
Resulta obvio que no estamos frente a un buen escenario, porque la economía chilena no es capaz de resistir estos niveles de subvenciones y apoyos. Es imposible sostenerlos en el tiempo. Son esfuerzos correctos para tiempos de crisis. Medidas que cumplieron un rol importante para que las familias pudieran enfrentar la precariedad en la que viven, sin embargo, no son la acción permanente que nos permitirá ir reduciendo sostenidamente la pobreza.
Representan además una enorme paradoja, porque como Hogar de Cristo sabemos que para erradicar la vulnerabilidad y precariedad social se requiere que las personas desarrollen eso que los sociólogos llaman "capacidad de agencia", que es la habilidad de un individuo de cambiar activamente las condiciones estructurales que lo rodean. Los subsidios y apoyos atentan contra esa capacidad. Y se terminan convirtiendo en una trampa infantilizante, que vuelve a los seres humanos dependientes.
Cuando enfocamos la lupa sobre datos específicos de la encuesta CASEN 2022, donde este contrasentido resulta más evidente es en el caso de los adultos mayores.
En el ámbito de la pobreza multidimensional, los resultados corroboran una tendencia: los mayores presentan una menor proporción de personas en situación de pobreza por ingresos, en comparación con la población menor de 60 años. Esta realidad se explica por la Pensión Garantizada Universal (PGU), que es el principal mecanismo de transferencia monetaria para esta población.
Sin embargo, la proporción de personas en situación de pobreza multidimensional continúa siendo superior en las personas mayores al compararlas con el segmento etario menor de 60. De modo más específico, mientras que el 16,5% de las personas entre 0 a 59 años se encuentran en situación de pobreza multidimensional, en las personas de 60 años y más la proporción alcanza un ¡19%!
Estos datos reflejan que, a pesar de contar con ingresos mensuales suficientes como para satisfacer necesidades básicas alimentarias y no alimentarias, este ingreso resulta insuficiente para resolver problemas asociados a aspectos fundamentales de la inclusión social y el desarrollo de capacidades.