El director nacional del Instituto Nacional de Desarrollo Agropecuario, Santiago Rojas, se encuentra en la región promoviendo el Programa de Transición a Agricultura Sostenible (TAS), el cual busca dar herramientas a los productores agrícolas para desarrollar nuevas técnicas.
¿En qué consiste el plan TAS?
Surge porque hoy estamos enfrentando una crisis climática a nivel mundial y Chile no es la excepción. En Atacama también hemos tenido fenómenos de variabilidad climática que generan mayor sequía y mayor variabilidad de la temperatura. Y como Indap no teníamos ningún programa específico que acompañara a los productores a transitar a una agricultura sostenible, es decir producir más y mejor con menor impacto ambiental y con ese diagnóstico surge este programa de asesorías especializadas para apoyar a los productores de todo el país. Serán mil beneficiados a nivel nacional, con una duración de dos años.
En términos sencillos ¿cuáles serían las medidas que se pueden tomar?
El manejo de suelos en una agricultura sostenible busca incrementar la materia orgánica. Si es un suelo que está muy degradado podemos incorporar en un principio compost o incorporar cultivos que generan gran cantidad de biomasa, como avena. Podemos mejorar la rotación de cultivo, incorporando algunas plantas que fijan nitrógeno como las leguminosas, o incorporar algunas especies que limpian los suelos. Otro componente es la eficiencia hídrica, que también está conectada con el suelo, porque en la agricultura sustentable esto se ve como un agroecosistema. La idea es que se genere sinergia.
¿Cuántas personas serán beneficiadas en la región?
Serán 70 usuarios, y se postularon más de 150. La concentración será en las provincias de Copiapó y Huasco, porque este es un programa que es primera vez que se aprueba y la idea es que sea una especie de piloto que pueda escalar a plan nacional. Esperamos que los resultados sean positivos. Este es un programa que está en todas las regiones, pero en cada una se priorizaron ciertos territorios por sus condiciones o por tener una mayor cantidad de usuarios.
¿También tiene contemplado el trabajo con pueblos indígenas?
Indap cuenta hace más de diez año con el programa territorial indígena, que es un programa especializado para comunidades indígenas, porque se reconoce que el programa inicial más masivo que tenemos, que es el Programa de Desarrollo Local (Prodesal), no incorporaba de manera de manera suficiente la pertinencia cultural en el extensionismo y en las propuestas productivas, así nace el programa de desarrollo territorial indígena. Y en la región hay dos grupos de trabajo importante, uno que trabaja con el pueblo diaguita, que son 52 familias de Alto del Carmen; y otro grupo con el pueblo coya, que son 28 familias en Diego de Almagro. La diferencia es que el manejo de todo el programa es muy coadministrado con las comunidades.
¿Cuál es el itinerario en lo que le queda en la región?
Estaremos (hoy) en Vallenar, donde visitaremos el mercado campesino. Luego vamos a reunirnos con un grupo de jóvenes rurales, que también es un eje importante porque como gobierno sabemos que la población campesina necesita renovarse para tener su continuidad. También haremos una intervención, junto a Conaf, de plantación de especies nativas y ornamentales para colegios. Y posteriormente vamos a conmemorar el día de la campesina y el campesino en el vivero municipal, junto a las autoridades regionales del agro, los Consejos Asesores de Área y el Consejo Asesor Regional, que son las principales organizaciones de participación que tiene el Indap hoy en día y con quienes trabajan día a día.
Las dos grandes actividades económicas en Atacama son la minería y la agricultura, que demandan mucha agua ¿Cómo se puede compatibilizar esa demanda?
Es un desafío muy grande porque es creciente la demanda de uso de agua, pero también hay cada vez mayor tecnología. Lo que se espera es que la minería en el futuro, que presenta muchos mayores ingresos y utilidades, vaya utilizando agua desalada y de esa manera liberar derechos de agua de las cuencas y que estos puedan volver a las comunidades agrícolas entonces eso sería algo interesante. También pueden hacer sinergia y ellos pueden proveer de agua desalada a las mismas comunidades. Entiendo que hay algunas conversaciones a nivel nacional de ese tipo de proyecto, cosa que la minería sea parte de la solución. Obviamente se debe cumplir con todos los estándares medioambientales para no generar afectación de contaminación de aguas, ni afectación de glaciares. Lo bueno es que la normativa ambiental ha ido avanzando.
¿Cómo ve el futuro de la región en el corto plazo?
Yo creo que por un lado está una visión más pesimista, asociada a la sequía y que es compleja, pero prefiero estar en lado optimista. Veo que el potencial agrícola de la región es muy importante, porque también hay más conocimientos donde se puede avanzar en sistemas mixtos mezclando conocimientos tradicionales y sistemas más modernos. También el hecho de que haya crecimiento de los sectores de turismo y de minería va a demandar alimentos más saludables y yo esperaría que esos alimentos no provengan de otras regiones, sino que potenciemos la soberanía alimentaria. Con eso recuperamos el empleo y los ingresos en el sector agrícola. Y todo por medio de una agricultura más sostenible.