Tras los resultados cosechados el domingo en las elecciones primarias por el oficialismo, el candidato a la Presidencia Sergio Massa está ante la difícil disyuntiva de tomar medidas impopulares como ministro de Economía o lanzarse a la caza de votos para el 22 de octubre.
"Yo, cuando estoy al frente de la tormenta, agarro el timón y no lo suelto", dijo el miércoles en una entrevista, la primera aparición pública tras la noche electoral del titular de Hacienda, refiriéndose al complejo escenario que afronta Argentina en lo socioeconómico.
Cuando ayer se le consultó a la portavoz de Presidencia, Gabriela Cerruti, sobre la petición del diputado oficialista Eduardo Valdés de que Massa "baje al llano y deje el Ministerio de Economía en manos de otro" y no tener que "reflexionar sobre la cotidianidad", respondió que "es un disparate" y "un error".
El ministro anunció en el canal TN que se mantendrá en el cargo hasta el 10 de diciembre, cuando termina el mandato del presidente, Alberto Fernández, porque "lo peor que podría hacer" es irse, ya que "haría mucho daño a la estabilidad económica argentina".
Massa rechazó renunciar para dedicarse a la campaña para poder seguir "con las medidas" que el Ejecutivo está tomando y las que se van a tomar "vinculadas a compensar las medidas difíciles que ya se tomaron".
El Banco Central argentino devaluó este lunes un 22% el peso en el tipo de cambio oficial mayorista llevándolo a 350 pesos por dólar, en un contexto en que las autoridades venían defendiendo un tipo de cambio oficial a un valor de la mitad de los paralelos aplicando fuertes restricciones para acceder al mercado oficial de cambios.
La devaluación del tipo de cambio oficial en seguida se trasladó a precios, que ya en julio anduvieron al 113,4% anual, y a los tipos de cambio paralelos, ampliando nuevamente la brecha cambiaria entre el valor oficial y los que cotizan en el mercado negro (el 'blue' cotiza a 755 pesos) y los financieros que se obtienen vía compra venta de bonos que han trepado hasta 734 pesos.
"Vamos a tener que hacer correcciones en un contexto complicado", afirmó Massa, recordando que Argentina "convive" con un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
"reasignar impuestos"
Para contrarrestar la escalada de precios -que los privados prevén en agosto de entre un 10 y un 13% mensual y para todo 2023 de entre el 155 y el 170%-, Massa dijo que el gobierno va a "resignar impuestos para compensar a las empresas y no lo pague la gente".
Esta semana creó una Unidad de Negociación de Acuerdos de Precios en su cartera, que negocia un incremento fijo de precios del 5%, inferior a la inflación, durante 90 días.
"Sabemos el daño que la devaluación hace en términos de certidumbre", afirmó, y dijo que anunciará una el pago de una suma fija en el marco de las negociaciones colectivas, un refuerzo de las asignaciones familiares y de la asignación por hijo que paga el Estado a los desempleados y una negociación con el sector de venta de medicamentos.
El acuerdo alcanzado en 2022 para el refinanciamiento de la deuda de 45.000 millones de dólares contraída en 2018 con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es, sin duda, uno de los escollos que Massa tiene en su gestión y la próxima semana viajará a Washington, coincidiendo con la reunión del directorio del organismo, que debe aprobar un desembolso de unos 8 mil millones de dólares.
Argentina necesita los desembolsos, que dependen de cumplir con las metas trimestrales, para pagar los vencimientos al FMI, por lo que la demora en el ingreso del dinero en un contexto de escasez de divisas hizo que el país negociara créditos puente con el Banco de Desarrollo de América Latina-CAF y con China, a través de un 'swap' de yuanes.
Massa afronta ese viaje tras quedar como segundo más votado en las primarias, con más de 5 millones de sufragios (21,4% del padrón), por detrás del libertario Javier Milei, que logró 30,04% de apoyos (7,1 millones de votos), si bien el peronismo (27,3%) fue tercero, por detrás de La Libertad Avanza y de la opositora Juntos por el Cambio (28,3 %).