Casen 2022: De dulce y de agraz
Rodrigo Rojas Veas , Rector Santo Tomás Copiapó, María Karina Guggiana Varela, Abogada y Doctor en Derecho Universidad de Los Andes
Recientemente hemos conocido los resultados de la encuesta CASEN 2022, la que contra toda previsión mostró una inédita reducción de la pobreza en nuestro país. Los datos de la encuesta revelaron que la pobreza por ingreso en Chile bajó a 6,5% su menor nivel histórico. El dato duro muestra una disminución respecto a 2020 (10,7%) de 4,2 puntos y a 2017 (8,5%) de 2 puntos. En tanto, la pobreza extrema aumentó de un 2,3% en 2017 al 4,3% en 2020 y disminuyó a 2,0% en 2022.
Desde lo estadístico y especialmente para lo social, para cualquier país sería una gran noticia, pero por la contingencia o por las preocupaciones del mundo político ha tenido un tratamiento bastante breve y superficial. Sin perjuicio de estos factores, creo que hay que mirar con detención los datos para entender que la baja en la pobreza evidenciada en esta medición es lábil.
En primer término se ha planteado que existe una gran proporción de los ingresos del quintil más pobre explicada por los subsidios y bonos entregados por el Estado, alrededor de un 62% mientras que los ingresos autónomos, vale decir aquellos generados por las mismas personas, alcanzan alrededor de un 38%. La acción del Estado se muestra como eficaz, pues reduce la pobreza, pero cabe la preocupación de que pasaría si no es capaz de sostener dichos beneficios en el tiempo y también, si es conveniente para una persona y su familia presentar tal grado de dependencia.
Otro ámbito para revisar es lo que ocurre con la pobreza multidimensional. Esta mide las múltiples carencias que enfrentan los hogares de manera simultánea en su acceso y la calidad de factores como la educación, la salud, el trabajo y la seguridad social, la vivienda, las redes que poseen las personas y el grado de cohesión social. Con relación a este indicador, registró un valor de 16,9%, lo que implica una disminución significativa respecto al 20,3% que se registró en 2017.
Otra buena noticia, pero… si bien la pobreza multidimensional disminuyó, la carencia en los indicadores de ocupación, entorno y trato igualitario aumentó respecto a 2017, mientras que respecto de 2020 aumentaron significativamente los indicadores de carencias en atención en salud y seguridad social.
En una aproximación regional los datos muestran que entre 2020 y 2022 casi todas las regiones disminuyeron su tasa de pobreza. Pero nuevamente encontramos un dato preocupante, particularmente para nuestra región, ya que las mayores tasas de pobreza multidimensional corresponden a las regiones de Tarapacá (23,8%), Atacama (20,3%), La Araucanía (19,8%) y Los Lagos (19,7%). Para nuestra región se debería analizar con mayor detalle este dato pues en el se incluyen variables en que sabemos que tenemos particulares complejidades. En el caso de educación se consideran tres factores, asistencia, rezago escolar y escolaridad. En salud, los indicadores son malnutrición en niños, adscripción al sistema de salud, y atención. La dimensión de trabajo y seguridad social, en tanto, está compuesta por ocupación, seguridad social y jubilaciones. Aquí se comprende que mientras no mejoremos la asistencia de nuestros niños y niñas a sus escuelas y liceos, mientras no superemos nuestros resultados educacionales, no obtengamos el acceso a salud oportuna y especializada y no superemos nuestras cifras de desempleo tendremos la incomoda posición de ser una de las regiones con mayor pobreza multidimensional.
El verdadero sentido de reconocer
"Es la sociedad chilena, la que está en deuda con las víctimas de las violaciones de derechos humanos, (…) por eso es que yo me atrevo, en mi calidad de Presidente de la República a asumir la representación de la nación entera para en su nombre pedir perdón a los familiares de las víctimas. Por eso también pido solemnemente a las FFAA y de orden y a todos los que hayan tenido participación en los excesos cometidos, que hagan gestos de reconocimiento del dolor causado y colaboren para aminorarlo (…)". Estas palabras, relatadas con profundo pesar, fueron utilizadas por don Patricio Aylwin Azócar en su calidad de Presidente de la República, con ocasión de la entrega de los resultados obtenidos producto de la elaboración del Informe Rettig, ello, con fecha 04 de marzo 1991.
Al restar poco más de un mes en que se conmemorará el quincuagésimo aniversario del Golpe de Estado, es que nuestro actual Jefe de Estado ha hecho un gesto similar respecto de quienes también siendo víctimas del gobierno de facto, lo fueron en calidad de exiliados políticos.
Es así como ambos mandatarios, en épocas diversas y en contextos sociales y políticos complejos, han asumido la necesidad de reconocer la responsabilidad que el Estado ha tenido y tiene, en la conculcación de las garantías vinculadas, -finalmente- al derecho a la vida, a la integridad física y psíquica y otros, que fueron vulnerados con ocasión de las atrocidades habidas durante el período golpista.
A unas víctimas se les privó de la vida, a las familias de dichas víctimas se les rehusó forzadamente la presencia de su familiar - incluso hasta hoy en centenares de casos -, a otros, les dejaron marcas de por vida; a muchos y muchas se les obligó a emigrar, despojándoseles de sus raíces y de su Patria. Nótese que todas dichas personas, - por haber nacido en suelo chileno-, merecen sin un hálito de duda que estos actos de reconocimiento se efectúen con el afán de dejar plasmado, -en la enciclopedia histórica de nuestra Patria-, que en Chile SI hubo violaciones sistemáticas a los derechos humanos en el período en cuestión.
El negacionismo constituye un acto de mediocridad intelectual, que debe ser erradicado del todo de la cultura política, social e histórica actual, debiendo dejar paso al reconocimiento, esto es, volver a conocer / saber / entender, ya que ello permitirá que nuestras futuras generaciones sean capaces de albergar en su marco conceptual, de que dichos hechos efectiva y dolorosamente acaecieron.
Como sociedad estamos a tiempo de dedicar nuestros respetos a todos y todas las víctimas de derechos humanos, exiliados políticos y sus familiares, siendo innegable la oportunidad de reivindicarnos con el dolor de aquellos en la conmemoración que se avecina.
Finalmente, estas palabras lo son especialmente en homenaje de José Guggiana Espoz -profesor normalista, copiapino, hermano de mi padre - a quien hasta el día de hoy, se le tiene en calidad de detenido desaparecido.