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ciedad se ha vuelto más violenta, porque también se puede decir que se transmite más, que lo vemos más, por la existencia de redes sociales. No existen datos cuantificables de que exista más violencia que antes, pero si pensamos que antes una pelea la veían sólo quienes estaban en el lugar y ahora se difunden de manera masiva, podemos ver que se crea esta sensación", explicó.
Sobre la relación entre ambas, el académico dice que no piensa que el ver actos de violencia sean suficientes para convencer a una persona de actuar de esa manera, pero sí considera que son un factor que pueden llevar a gatillar acciones motivadas por pensamientos subyacentes.
"Existe una relación entre ambas cosas, pero es menos fuerte de lo que uno pensaría. No es porque existan los videos que se genera la violencia, no es la única causa. Eso sería reducir demasiado el problema. Estos actos se basan en algo que ya existe en la mente de la persona, pero los videos pueden gatillar un conflicto, no existe de la nada", dijo.
El problema que ve es con algo que se denomina influencia social informativa. El ver que otro realiza una acción hace que uno se sienta más dispuesto a realizarla, sobre todo si no ve resultados negativos respecto de dicha acción.
"Hay un efecto que pasa en las redes sociales que se llama influencia social informativa. Cuando veo a alguien haciendo algo que me gustaría hacer, estaré más dispuesto a hacerlo. No es que vayan a hacerlo de inmediato, pero hay menos inhibiciones para realizarlo, sobre todo porque en los videos no se ven las consecuencias que puede enfrentar esa persona. No vemos el arresto, por ejemplo, solo el conflicto. Y eso queda en el subconsciente", dijo.
Adolescentes en riesgo
Para el investigador, el principal grupo afectado por esta exposición son los adolescentes, dado que ya cuentan con una predisposición a realizar actos impulsivamente y son los mayores consumidores de contenido en las redes sociales.
"Los adolescentes tienen mayor dificultad en la regulación de impulsos y poder canalizar los conflictos de forma correcta. Este es uno de los factores que influye en que hoy en día veamos una mayor cantidad de agresiones y peleas al interior de los colegios, tanto entre ellos como agresiones a funcionarios. La pandemia fue especialmente dura en los menores porque perdieron años de sociabilidad al estar sin asistir al colegio, perdieron el desarrollo de habilidades sociales muy importantes. Y por eso es tan importante estar pendiente de las señales que dan y poder prevenir cualquier acción antisocial", afirmó Rodríguez.
El investigador hizo un llamado a los padres en ver el comportamiento de sus hijos y buscar señales de que se encuentran sufriendo acoso, o que puedan estar albergando ideas violentas. En las más importantes está el fijarse cambios de humor bruscos, comportamiento aislacionistas y mayor irritabilidad.
"En el colegio también es importante que los profesores estén atentos a los alumnos que den señales de estar pasando por algo, para que no elijan una salida violenta. Que se comuniquen con la directiva y se les haga un seguimiento, para poder ayudarlos sin señalarlos. Porque muchas veces este tipo de actos es precedido por señales silenciosas de parte del menor", dijo.
2020 año fue cuando comenzaron los eventos que desencadenaron altos niveles de violencia, principalmente en adolescentes.