¿Cómo habría sido tu vida hace medio siglo? Te invito a viajar a agosto de 1973. ¿Cómo te verías? Tendrías el pelo más largo y te llamaría mucho la atención tu ropa, que sería fea y de mala calidad. Habría estado fabricada en Chile, porque no había productos importados, salvo los plátanos, ciertas maquinarias y alguna cosa más. ¿Dónde habías comprado, por ejemplo, tus zapatos, que eran iguales a los de tus compañeros de curso? Daba lo mismo, porque todo tenía precio fijo. Sí, los zapatos, la camisa, el pan, los lápices, la leche, y las radios.
No se te ocurra preguntar cómo una mente humana, aunque estuviera en el Ministerio de Economía, podía tener la mágica capacidad de determinar el precio de cada cosa, porque esa sería una pregunta capitalista, propia de ese sistema que por fin se había destruido.
En algún momento del día vas a hacer una cola, ¿para qué? Para comprar lo que sea, porque todo era necesario: un kilo de pan, un litro de aceite de mala calidad o una cajetilla de cigarrillos. ¿Cuánto rato ibas a estar en esa fila? No mucho, quizá media hora, o una. Y eso todos los días, a menos que tu familia estuviera vinculada a una JAP (Juntas de Abastecimiento y Control de Precios) del gobierno, porque en ese caso ibas a conseguir más productos.
Tendrás tiempo para hacer la cola, porque tu Facultad lleva un par de meses tomada, sea por la izquierda o por la CODE (derecha más Democracia Cristiana) y no hay clases. También los camioneros, los mineros y muchos otros gremios están en paro, en estos casos contra el gobierno.
A la vuelta del almacén tendrás que esquivar un par de marchas. Te darán bastante susto. Si la manifestación es de izquierda, verás a unos jóvenes de barba que manejan los linchacos con maestría. Un solo golpe de ellos podría destrozarte la cara en un instante. Te acordarás de lo que contó tu mamá ayer, sobre la vecina del piso de abajo que salió a una marcha de mujeres a tocar la cacerola y le tiraron una papa con Gillette, que por suerte le pegó en el abrigo y no en la cara.
Si la marcha es de oposición, llevarán unos garrotes muy amenazantes. Ojalá que las dos marchas no se encuentren, porque, entre otras cosas, se lanzarán ácido. Sí, lo que oyes: ese líquido que te deja desfigurada la cara para siempre. Habrá atentados de Patria y Libertad (nacionalistas), contra los postes de alta tensión.
Pero volvamos a la cocina de tu casa, donde te encuentras. Hoy, tu hermano es vegetariano, porque así lo eligió. En tu casa, en cambio, no comen carne no por razones filosóficas o dietéticas, sino porque ese producto simplemente no existe. Cabe la posibilidad de comer el "chancho chino" (paté Ma Ling), aunque a ti te parece intragable. Cuando quieras lavarte los dientes lo harás con bicarbonato, porque hace tiempo que no hay dentífricos; además, cuesta hallar papel para el baño.
¿Y por qué no había carne o costaba tanto encontrar huevos o aceite? La respuesta cambiará radicalmente dependiendo a quién le preguntes. Si es gobiernista, te dirá que todo es culpa de los "acaparadores", esa gente que compra miles de productos y los guarda para producir desabastecimiento y desestabilizar al gobierno.
No se te ocurra comentar que eso te parece raro, porque si en tu época (2023) alguien hace esa tontería nadie va a notarlo y sólo perdería plata. No digas eso, porque sería un razonamiento capitalista o "reaccionario" (esto era un insulto). Y si comentas que te sorprende entrar a un supermercado y ver los estantes vacíos, mientras que en tu época están atiborrados de productos y puedes elegir entre numerosas marcas que compiten por ofrecerte cosas de buena calidad a un precio razonable, te dirán que tienes una mentalidad "pequeño burguesa" (otro insulto de la época).
Si le preguntas a la gente de oposición, te dirán que la razón es simple: los campos y gran parte de las industrias están en manos del Estado, y son administradas por personas que carecen de las mínimas capacidades. La consecuencia era esperable.
Estarás desconcertado y querrás preguntarme no sólo por esas curiosidades económicas, o por qué vemos militares en el gabinete, sino a qué se debe que en ese Chile haya tanto odio. En verdad, esa es la gran pregunta.