Aldo Lingua

Esta semana se registraron cuatro incidentes de violencia al interior de establecimientos educacionales en Atacama, todos de diversa gravedad, pero como denominador común tienen que los actos violentos fueron cometidos por estudiantes en contra de compañeros.

El lunes se registró un ataque a una menor en el liceo Jorge Alessandri Rodríguez de Tierra Amarilla, la cual terminó con cortes en su rostro causados por un arma cortopunzante. El miércoles una pelea entre alumnos del Liceo Salesiano terminó con detenidos luego de que uno de los alumnos usase un compás como arma. También se registraron riñas en el liceo Mercedes Fritis y el Liceo Tecnológico, en Copiapó. Esto ha puesto en relevancia la demanda del Colegio de Profesores, que se encuentran en conversaciones con el Ministerio de Educación y que entre sus demandas se encuentra el contar con mayores medidas de seguridad y herramientas de prevención de violencia en los establecimientos; y quienes ya anunciaron un paro para el próximo 1 y 2 de agosto por el fallo en las negociaciones.

Encerrados y solos

Jorge Gaete es psiquiatra y académico de la Universidad de los Andes. Especialista en violencia escolar, es director del centro de investigación en salud mental estudiantil (Isne) e investigador principal del Nucleo Milenio (Imhai). De acuerdo a su diagnóstico, esta escalada de violencia entre alumnos tiene una raíz compartida: el encierro de la pandemia.

"Durante la pandemia y luego de esta aumentó la depresión escolar, que aumenta la violencia al interior de los establecimientos, porque los jóvenes presentan problemas de sociabilidad, y la salud mental influye en la relación con otros y cómo la ponemos en práctica. Sabemos también que la pandemia retrasó el desarrollo de habilidades socioemocionales, porque los jóvenes no tuvieron la posibilidad de relacionarse con otros por estar cerrados los colegios, y eso produjo un desmedro. Además, al mismo tiempo, aumentó la violencia doméstica porque, como estaban encerrados en las casas, se generaban conflictos. De eso hay registro de su aumento y se relaciona directamente con la violencia escolar", explicó.

Es por eso que considera vital que existan planes integrales que aborden la prevención de la violencia al interior de los colegios, y deben incluir la participación de todos los estamentos: escolares, profesores, directiva, apoderados y representantes de la comunidad.

De acuerdo a Gaete, siguiendo los lineamientos entregados por la Unesco, la OMS y la Unicef para la prevención de la violencia escolar, los puntos más importantes que debe incluir todo plan deben contar con: datos propios del establecimiento donde reconozcan los puntos de conflicto en su interior, a las víctimas y victimario; el contar con profesores que tengan disciplinas positivas y cuenten con habilidades de resolución pacífica de conflictos; política de tolerancia cero de violencia y bullying; y trabajo conjunto con apoderados para enseñar a identificar cambios de conductas en sus hijos que den cuenta de ser víctima o victimario.

"Si no hacemos nada se producirá un deterioro en la salud mental de los estudiantes, en las relaciones que establecen entre ellos y las que llevan con adultos. Tendremos adultos que no están preparados para relacionarse con otros. Tendrán menos rendimiento a futuro, lo que incluso les puede repercutir en lo laboral. Si no actuamos ahora, el impacto social será tremendo", advierte el psiquiatra.

Planes en funcionamiento

"Desde que asumimos como Gobierno hemos estado preocupados y ocupados de los problemas de convivencia escolar, que se agudizaron con la vuelta abrupta a la presencialidad pos-pandemia. Uno de los ejes principales de la Política de Reactivación Educativa está enfocado a la convivencia y la salud mental de las comunidades educativas, acciones que apuntan tanto a la mejora de la convivencia y el desarrollo socioemocional de los y las estudiantes, como al bienestar de docentes, directivos, educadores y asistentes de la educación", explicó el seremi de educación Gabriel González.

El principal programa con el que cuentan es A convivir se aprende, cuyo objetivo es "favorecer la convivencia escolar y enfrentar y prevenir la violencia escolar a partir del desarrollo de competencias y habilidades en los equipos de gestión a nivel de sostenedores y de establecimientos educacionales de cuatro comunas focalizadas en Atacama y que son, el 2022 Caldera y Copiapó, y este año sumamos, Vallenar y Huasco, las que representan el 84% de la matrícula regional", afirmó.

El director del Slep Atacama, Luis Adasme, contó que también cuentan con planes enfocados en un abordaje multidisciplinario en sus establecimientos, y que aumentarán sus esfuerzos en prevención. "Nuestros equipos de Gestión y Vinculación iniciarán, desde el próximo lunes 31 de julio, un despliegue territorial en todos nuestros establecimientos educacionales para sostener encuentros con los padres, madres y apoderados y así en conjunto, sensibilizar y analizar la convivencia escolar de cada comunidad, con el objetivo de involucrar a la familia en la promoción de los principios y valores que deben ser el panorama en las acciones y conductas de nuestros estudiantes", dijo.

Por lo mismo, aseguró que también cuentan con planes de cooperación con instituciones como Senda o Mejor Niñez, entre otras, enfocadas en mejorar la relación entre los estudiantes.

"Además, como Servicio Local por primera vez, hemos establecido una mesa de trabajo con las distintas unidades y departamentos del Servicio, cuyo objetivo es elaborar, desarrollar y apoyar, desde el punto de vista profesional, con profesores, psicólogos, asistentes sociales y periodistas; a nuestras comunidades educativas. La violencia no es un recurso para resolver las diferencias y hago un llamado a nuestros estudiantes a mirar el futuro con esperanza. Erradicar la violencia es tarea de todas y todos", agregó.

De acuerdo con la información recogida por la Encuesta Nacional de Empleo (ENE), que elabora el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), en el trimestre abril - junio 2023 la tasa de desocupación en la Región de Atacama alcanzó 9,5%, aumentando 0,6 pp. (puntos porcentuales) en doce meses. Por su parte, las personas desocupadas aumentaron 16,4%.

A nivel nacional la tasa de desocupación se estimó en 8,5%. En tanto, Atacama se situó en el tercer lugar entre las regiones con mayor tasa de desocupación.

En doce meses, la estimación del total de ocupados aumentó 8,5%, siendo incididos positivamente tanto por las mujeres como por los hombres, quienes aumentaron 13,9% y 4,8%, respectivamente.

Según tramo etario, la mayor influencia positiva se consignó en el segmento de 15-34 años, el cual subió 16,0%.

Para el trimestre móvil de análisis, los sectores económicos que más incidieron en el aumento de la población ocupada (8,5%) fueron construcción, minería y actividades de salud, los que tuvieron variaciones de 44,2%, 11,3% y 22,9%, respectivamente.

Según categoría ocupacional, el aumento interanual de la población ocupada (8,5%) fue impulsado, principalmente, por el alza de las personas asalariadas informales (56,4%).

La desocupación de la provincia de Copiapó fue 10,3%, la tasa de ocupación de 58,0% y de participación laboral de 64,6%. En la provincia de Huasco la desocupación fue 9,0%, la ocupación 59,5% y participación 64,6%.