Corrupción: el peor de los males
El tema de la crisis de confianza es todavía más complejo, por lo que resulta indispensable que se apliquen las sanciones que correspondan.
La corrupción, qué duda cabe, es uno de los males más complejos a los que debe hacer frente la sociedad. Este tipo de ilícitos, además de ser un aprovechamiento inescrupuloso de los recursos públicos, genera un daño casi irreparable en la fe pública, pues socava uno de los cimientos en los que se funda la democracia.
La profunda crisis de confianza por la que atraviesa el país se fue gestando hace ya muchos años, pero que se evidenció tras la exposición mediática de una serie de casos que dieron cuenta de serias irregularidades que cruzaron desde el mundo político al privado, pasando por las Fuerzas Armadas y otras instituciones de la sociedad civil, donde el denominador común fue la transgresión de todos los códigos éticos y morales con el solo objetivo de obtener beneficios particulares a costa de lo que le pertenece a todos los chilenos.
Hoy por hoy, el tema vuelve a ocupar el primer lugar en el debate público, luego que estallara el caso Democracia Viva y la millonaria transferencia de más de $400 millones que se realizó desde la Seremi de Vivienda de Antofagasta, donde además todos los involucrados tienen conexión como militantes del partido oficialista Revolución Democrática.
No cabe duda que la situación provocó un enorme terremoto en el Gobierno, sobre todo a medida que se han ido conociendo más antecedentes, lo que ha derivado en la bajada de la mesa de la Cámara de la diputada Catalina Pérez, además de las renuncias del seremi Carlos Contreras; el director de la fundación, Daniel Andrade, quien además figuraba como asesor del Ministerio de Defensa; y la salida de la subsecretaria Tatania Rojas.
Pero el tema de la crisis de confianza es todavía más complejo. Con todo, es clave que se impulsen acciones que permitan detectar la corrupción y sancionar duramente a sus autores, ya que como se dijo, este es uno de los peores males de la sociedad y sus consecuencias pueden afectar profundamente la democracia.