Manchester City le ganó al Inter y por fin se coronó campeón de Champions
EUROPA. En un encuentro marcado por dos estilos de juego opuestos, Rodri hizo el único gol del partido y le dio un ansiado título al equipo de Pep Guardiola.
Quince años después de comenzar su ambicioso y multimillonario proyecto, el Manchester City por fin tiene la preciada Orejona. Un gol del español Rodrigo Hernández, con un pase a la red entre el tumulto de jugadores italianos, decidió una estudiada final y le entregó la gloria europea a su compatriota Pep Guardiola, que por fin puede presumir del tercer título continental en su palmarés y de un triplete histórico para el fútbol inglés.
Terminó la maldición en esta competición de los ciudadanos, que estalló en alegría cuando el disparo de Rodri, a poco más de media hora para el final, besó la red. Un envío delicado, para salvar a los jugadores del Inter agrupados frente a la portería, pero con la potencia de querer derribar de una vez por todas la barrera mental de este equipo en la competición más importante.
Un muro contra el que el City ya estaba estampándose desde el primer minuto, con una imprecisión atípica, con nervios en todas las líneas y con un Ederson Moraes que pudo costarle más que un disgusto al jeque -presente por segunda vez en quince años en la grada-, pero que terminó de héroe.
Al Inter, metido atrás, confiando en que ya caería alguna contra, le salió el plan durante 60 minutos, en los que apenas recibieron un par de ocasiones claras, un remate de Bernardo Silva que se fue por alto y un otro a media altura de Erling Haaland que repelió André Onana. Además, Hakan Calhanoglu forzó la lesión de Kevin de Bruyne, que se fue sustituido en el minuto 36, rememorando el doloroso recuerdo de hace dos años, cuando se retiró antes de tiempo en la final contra el Chelsea.
Y si al Inter no le salió mejor el esquema es porque Lautaro Martínez desperdició la más clara de los suyos hasta ese momento. Con 0-0, el argentino se aprovechó de un malentendido entre Bernardo Silva y Akanji para plantarse, con poco ángulo, delante del portero. Estrelló su disparo en el portero y el City despertó.
Repitiendo los protagonistas del error, Akanji filtró el balón para la aparición de Silva. El portugués, en la línea de fondo, centró como pudo y rebotó en un defensa. Mientras todos los jugadores celestes reclamaban mano, Rodri puso los ojos en el balón, colocó el interior del pie y sorteó, casi por arte de magia, los cuerpos de los defensas. La pelota entró y se desencadenó esa escena con la que soñaban los hermanos Gallagher desde hace décadas.
El City, quince años después, es campeón de Europa. Guardiola ya tiene su tercera Champions y el equipo inglés el segundo triplete de la historia del fútbol de su país, igualando a sus al United.