Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta marzo de 2023, se estima que aproximadamente el 3,8% de la población mundial sufre de depresión. Este trastorno afecta al 5% de los adultos, con una prevalencia del 4% en hombres y del 6% en mujeres. Además, el 5,7% de los adultos mayores de 60 años también se ve afectado. En términos absolutos, esto representa cerca de 280 millones de personas en todo el mundo.
Es importante destacar que la depresión afecta de manera desproporcionada a las mujeres, siendo hasta un 50% más común en comparación con los hombres. Incluso durante el embarazo y el período posparto, más del 10% de las mujeres experimentan síntomas depresivos. Sin embargo, quizás lo más preocupante es que la depresión es una de las principales causas de suicidio. Cada año, más de 700.000 personas pierden la vida por esta razón, convirtiéndose en la cuarta causa principal de muerte en el grupo de edad de 15 a 29 años. Estas tragedias podrían evitarse con una atención adecuada y un acceso oportuno a los servicios de salud mental.
Es fundamental comprender los síntomas de la depresión para poder identificarla y abordarla de manera adecuada. Sepan que, durante un episodio depresivo las personas experimentan un estado de ánimo bajo, pérdida de interés en actividades y otros síntomas como dificultad para concentrarse, sentimientos de culpa, falta de esperanza, pensamientos suicidas, trastornos del sueño, cambios en el apetito, fatiga y falta de energía. Estos síntomas impactan en todas las áreas de la vida, incluyendo la comunidad, la familia, el trabajo y la escuela. Los episodios pueden variar en intensidad e impacto y se pueden clasificar en leves, moderados o graves.
Pero en nuestra sociedad hay factores como el uso excesivo de pantallas, ambientes laborales hostiles, entornos educativos sobrecargados, enfoques educativos centrados únicamente en los resultados, jornadas laborales y académicas agotadoras, así como una alimentación poco saludable, contribuyen al deterioro de la salud mental.
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