La comida rápida no conoce de bajas ventas: aumenta consumo e inquietan índices de sobrepeso en adolescentes
SALUD. La comida rápida ha cobrado mayor protagonismo tras la pandemia y con el estilo de vida actual, cada vez más caro y acelerado. Profesionales explican las consecuencias de la malnutrición, especialmente en jóvenes.
Cada día son más personas que ven en la comida rápida una solución de alimentación frente a la acelerada rutina diaria o también como una opción más económica frente a otras preparaciones saludables.
Una realidad que cada día es más frecuente, en especial en la población más joven, donde papas fritas, completos, hamburguesas son ampliamente cotizadas y accesibles.
De acuerdo a un indicador elaborado por la Asociación Chilena de Gastronomía (ACHIGA), y el Departamento de Estudios de la Cámara Nacional de Comercio (CNC), las ventas de este tipo de alimentos anotaron un alza real anual de 17,2% a nivel nacional durante el primer trimestre de este año, lo que contrasta con otros sectores del comercio que viven muy bajas ventas en Atacama y otras zonas. Mientras que en el último cuarto del año 2022 las cifras habían retrocedido un 1,8%.
Ahora bien, durante los meses de enero, febrero y marzo, se registró un incremento de un 17,3%, 19,4% y 15,1%, lo que podría asociarse al periodo de vacaciones, donde muchos aprovechan de darse un gusto, salir más y por ende a comer de forma menos saludable.
En cuanto a la composición de las ventas, se observa que durante el primer trimestre de este año, las ventas en regiones representan un 40% del total y la Región Metropolitana un 60%.
De esa forma, en regiones, el alza en el primer semestre fue de un 17,4% y de un 2,2% respecto al trimestre anterior. Asimismo, al analizar el comportamiento mensual, enero registra un alza real anual de 18,1%, febrero creció 20,8% real anual y marzo marcó un incremento de 13,3% real anual.
Por lo mismo, según el indicador y en términos de locales equivalentes, las ventas en regiones tuvieron un alza anual de 13,4% en el primer trimestre del año y un alza trimestral de 2,3%.
Al respecto, el presidente de ACHIGA, Máximo Picallo, señaló que "este escenario se da en un contexto donde la inflación ha comenzado a ceder, cayendo de los dígitos en términos anuales, lo que también debiese impactar positivamente en las ventas. Igual comportamiento se observa en las ventas del sector en regiones, mostrando un alza importante en esta primera parte del año. Hay que esperar lo que ocurrirá en el segundo trimestre para determinar si se trata de una recuperación sostenida de este rubro, en un escenario económico que continúa siendo complejo".
Ahora bien, pese a las cifras, ha habido diversos factores que no han ayudado al sector gastronómico, como el aumento de los costos de arriendo, de insumos, del salario de sus trabajadores, lo que ha incidido directamente en la cantidad de personas que concurren a los diversos restoranes y locales de comida rápida.
Así al menos lo expresó Jessica Fuentes, fundadora y una de las socias de Pizzaría Pelícano, quien sostuvo que en relación a años anteriores las ventas han estado bajas, ya que, ha habido un incremente importante en la cantidad de locales de comida rápida que han abierto los últimos años y la clientela es cada vez menos, repartiéndose las pocas personas en todos los locales que hay actualmente.
No obstante, comentó que el tema del encarecimiento de la vida le ha pasado la cuenta a muchos emprendedores del rubro, que hoy no ven con buenos ojos el futuro de sus negocios, debiendo implementar diversas estrategias para mantenerse a flote, como lanzar diversas promociones y diversificar sus productos, como el caso de Jessica que incorporó en su carta variedad de sándwich.
Otro aspecto que ha ayudado en las ventas es el tema del reparto y las aplicaciones, en el caso de Pizzería Pelícano están hace cuatro años asociados a una aplicación de reparto a domicilio, lo que representa cerca del 30% de las ventas del local.
Problemas asociados
Ahora bien, pese a lo sabrosa y llamativa que puede ser la comida rápida, el exceso en su consumo representa un grave problema para la salud de las personas y también para la salud pública, que debe atender a una población cada día con más enfermedades asociadas