Con fuertes caídas en sus acciones de Wall Street arrancaron la semana varios bancos estadounidenses tras el colapso del Silicon Valley Bank, y ayer la quiebra del Signature Bank, pese a las medidas de emergencia presentadas el domingo por los órganos reguladores bancarios para proteger sus depósitos y a las palabras que ayer pronunció el presidente Joe Biden llamando a confiar en el sistema de su país.
Previo a la apertura de la bolsa de Wall Street, el First Republic Bank era el más afectado, con una caída del 62% en sus acciones, mientras que las bajas también eran pronunciadas en otras entidades como Western Alliance Bancorp (-61%), PacWest Bancorp (-24%) o Zions Bancorporation (-21%).
First Republic Bank, con sede en San Francisco, ya había emitido el domingo una nota con la que pretendía tranquilizar a sus clientes, a los que aseguraba que "reforzaba y diversificaba su liquidez" con acceso a nuevos fondos de la Reserva Federal y del banco JP Morgan Chase.
Hasta ayer, grandes bancos de EE.UU., como el ya mencionado JP Morgan, Bank of America, City Group y Wells Fargo, resistían y no se habían visto arrastrados por el pánico que comenzó el jueves.
Biden: "Así funciona"
El presidente Joe Biden quiso además entregar un mensaje de tranquilidad a los estadounidenses al destacar que el sistema bancario de su país "es seguro" y dijo a los clientes de los bancos Silicon Valley Bank y Signature Bank que tendrán su dinero. "Sus depósitos estarán ahí cuando los necesiten", dijo.
"Los estadounidenses pueden tener confianza en que el sistema bancario es seguro. (...) En mi Administración nada ni nadie está por encima de la ley", dijo el mandatario y aseguró que el contribuyente no asumirá ninguna pérdida.
Biden adelantó que los gestores de esos bancos "serán despedidos" y recalcó que los accionistas no estarán protegidos.
"Si la FDIC se hace cargo del banco, las personas que lo administran ya no deberían trabajar allí. (...) Los inversionistas no estarán protegidos. Se arriesgaron a sabiendas y cuando el riesgo falla los inversionistas pierden su dinero. Así es como funciona el capitalismo", dijo.
De esta forma, la intervención de Biden intentó disipar los fantasmas de la crisis financiera de 2008: "Debemos reducir el riesgo de que esto suceda de nuevo".
Por este motivo, dijo que va a pedir al Congreso y a los reguladores que refuercen las reglas para reducir las posibilidades de que este tipo de colapso suceda de nuevo y para proteger los empleos y los pequeños negocios.
Nueva York Y EUROPA
Por su parte, y en línea con el mandatario norteamericano, la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, dijo ayer que el sistema bancario de su territorio sigue siendo seguro.
"El mensaje principal que quiero transmitir es que los neoyorquinos deben tener confianza en que su dinero está seguro, donde sea que hayan elegido depositarlo", señaló.
"No tenemos ninguna prueba de que nadie más esté en una situación como la de Signature en este momento", dijo Hochul, refiriéndose al Signature Bank, con sede en Nueva York, cerrado por las autoridades estatales el domingo.
El ambiente de preocupación se contagió ayer también al otro lado del Atlántico, y las caídas bursátiles cerca de las 14.00 eran sobre todo pronunciadas para el francés Crédit Agricole (-14,34%) el alemán Commerzbank (-10,2%), el suizo Credit Suisy (-9,58%) inmerso en una grave crisis financiera y reputacional, y el Banco Santander de España (-8,27%).
PRIMERA DEMANDA y FED
En medio de la debacle y sus coletazos, un grupo de accionistas del Silicon Valley Bank (SVB) presentó una primera demanda por fraude contra la entidad y sus principales ejecutivos, a quienes acusan de tapar los riesgos financieros a los que se enfrentaba el banco.
La demanda colectiva fue presentada ante un tribunal federal de California, donde la firma tiene su sede, y señala a la matriz de SVB; a su consejero delegado, Greg W. Becker, y a su jefe financiero, Daniel Beck.