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Habitemos la ciudad: un Copiapó más decorado para una mejor calidad de vida
En el regreso a clases involucra una serie de coordinaciones y experimentos que buscan mitigar el impacto vial sobre nuestra ciudad. Sin embargo, el hacer más habitable la ciudad no pasa solo por la buena voluntad de un grupo de personas destinadas a pensar las políticas públicas, pasa también por tener la intensión de vivir en un mejor lugar.
Por eso, nos llama la atención de que obras importantes de mitigación de aguas lluvias por ejemplo, no consideren capas vegetales que hagan de nuestra ciudad un lugar más verde. Está bien construir con concreto para contener caudales, pero es sabido que una capa de plantas siempre será mejor para tener suelos que absorban agua. Existen especies como la doca, que hace suelo y con un mínimo consumo de humedad.
Busquemos alternativas prácticas. En el concejo municipal propuse desarrollar decoraciones que no necesitan agua, como los jardines secos. Tenemos paisajes xerófitos en nuestra región, los cuales se basan en cactus y suculentas de mínimo consumo de agua. Además, tenemos especies arbóreas adaptadas a suelos mineralizados y secos, como lo es el poderoso Chañar. El cual además de darnos sombra, contribuye a disminuir la polución, estabilizar los suelos y permitir que surjan más especies alrededor.
Se llena la ciudad de estudiantes y vehículos que colapsan las rutas, pero ¿y la alternativa para no usar auto? Seguimos esperando que salgan a circular todas las micros, para pagar un pasaje más barato en los necesarios recorridos por nuestra comuna. Este mes nos enteramos que apenas el 25% de los vehículos mayores andan en ruta. Esto es algo que desde esta concejalía defendemos muchísimo y seguimos reiterando.
Está súper bien conectar la ciudad con ciclovías, qué duda cabe de ello. Es un aporte, pero ¿y los decorados para hacer más verde los recorridos? Recuerdo que antes del aluvión del 2015, las ciclovías contaban con muchas capas de doca y otros tipos de vegetación alrededor. Actualmente el tramo que va desde el puente de la calle Maipú hasta la rotonda de la salida norte, son un espacio sumamente árido.
¡Ya pues! Si queremos calidad de vida, también debemos tener la intensión de vivir en un espacio más decorado y sombreado. Nos lo merecemos. No puede ser que las flores de los maceteros que vemos en las luminarias públicas, por ejemplo, sean arrendados. Ni siquiera son de la municipalidad que debe pagar por ellos y gastar muchísima agua en su regadío.
Queremos pensar en que podemos hacer las cosas bien, y hacer de la ciudad un lugar más bonito. ¡Vamos! Quienes amamos Copiapó queremos que se impulse un paisaje más bello. El municipio tiene que destinar energía para vivir en un lugar más verde. Queremos ver chañares, espinos, algarrobos, acacias y pimientos, especies que nos dan su sombra a cambio de muy poco gasto hídrico. Autoridades, si de verdad quieren a la ciudad, hagan que luzca bien.
Juan Manuel Cáceres, concejal por Copiapó
Día Internacional del Juego Responsable
Hace pocos días se conmemoró el Día Internacional del Juego Responsable, una jornada que invita a tomar conciencia y acción sobre la prevención de conductas de juego riesgosas que puedan derivar en ludopatía.
Más allá de esa definición tradicional, los actores de la industria del juego y apuestas deportivas reguladas proponen una mirada más amplia de esta problemática, al considerar como juego responsable a todas aquellas medidas encaminadas a que los usuarios tengan acceso a un producto seguro, a salvo de posibles adicciones, pero también de posibles fraudes, como la manipulación de las apuestas deportivas.
Más allá de los esfuerzos individuales, la experiencia internacional demuestra que las redes de colaboración, como las establecidas por operadores, políticos y reguladores, son fructíferas al momento de garantizar políticas y regulaciones que respaldan la lucha internacional contra el amaño de partidos, y así asegurar que los usuarios de plataformas tengan acceso a productos seguros.
En este sentido, los organismos deportivos, los reguladores y los operadores de apuestas deportivas tienen un interés compartido. No es ningún secreto que, para una lucha eficaz contra la corrupción en el deporte, la cooperación y la educación son la clave.
Por ejemplo, actores como IBIA (International Betting Integrity Association) -organización que agrupa a operadores de apuestas deportivas- ha desarrollado un papel importante en la lucha contra el fraude, manteniendo alianzas de intercambio de información sobre actividades sospechosas con los principales organismos deportivos y reguladores de juegos de azar en todo el mundo, a fin de utilizar sus datos y enjuiciar la corrupción.
Ese enfoque ha resultado exitoso en alejar a los delincuentes de los mercados de apuestas regulados. Ello, junto con la educación a los atletas sobre los riesgos del fraude de partidos, es esencial para proteger a las personas.
Esto también toca al proceso de regulación que se está viviendo en Chile, donde es muy valorable que el tema de las sanciones contra la manipulación de competiciones deportivas se aborde en el proyecto de ley. Sin embargo, creemos que la ley debería ir más allá e incluir requisitos de monitoreo y alertas de las actividades sospechosas, para garantizar la protección de la integridad de las apuestas, tanto para los consumidores como para los operadores.
Silvia Paleari, directora de Asuntos Públicos de IBIA
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Se ha dado cuenta usted, que casi todos los que ocupan cartas, bolas de cristal, solo anuncian que van a ocurrir, puras tragedias, terremotos, inundaciones, en resumen, puras malas noticias...
¿Pero por qué, cuál es la razón, que solo anuncien tragedias , y no por ejemplo, que aumentarán los sueldos, las pensiones, que se acabarán las colas de la salud, no más operaciones quirúrgicas pendientes, movilización gratis, no más campamentos, y además con fechas precisas de ocurrencia, al igual como lo hacen con los terremotos y pestes, por qué?
Luis Soler