Falta de matices en nuevo proceso constitucional
El modo de redacción de la nueva Constitución se movió de un extremo a otro, lo que hace muy complicado que navegue por aguas tranquilas. La falta de matices puede ser un factor que defina la creación de este nuevo proyecto constitucional y si no es tomada en cuenta en lo inmediato, puede conducir a un nuevo fracaso.
El sistema definido para la redacción de la nueva Constitución sigue generando críticas. Una de ellas, es que se pasó de un modelo anterior en el que se abrían las puertas a los sectores minoritarios, a los independientes y pueblos originarios a otra en que la cabida que tendrán será casi nula.
Es cierto que el anterior método fracasó con el triunfo del Rechazo y había que reformularlo. No borrarlo, completamente, porque es muy necesario que el país siga avanzando en temas de inclusión, y si bien, en el actual sistema están presente, es muy difícil que estos sectores logren una representación.
Por ejemplo, los pueblos originarios tienen muy pocas opciones de que uno de sus representantes se siente en el Consejo Constitucional. De hecho, esa realidad se refleja en que se inscribieron solo tres candidaturas a diferencia de las 95 del proceso anterior, que aseguraba 17 escaños reservados.
Hoy no hay reserva, pero sí la posibilidad de incluir a alguno de los tres postulantes si logran cumplir con las reglas eleccionarias. Para que uno salga tiene que obtener al menos el 1,5% de la votación total y para que sean dos un 3,5%.
Analistas, sobre la base del plebiscito de salida en que sufragaron 13 millones de chilenos, explican que para que uno llegue deben sumar entre los tres 195 mil votos. Cifra difícil de alcanzar si se toma en consideración que en la elección pasada todos los postulantes de los pueblos originarios totalizaron poco más 220 mil preferencias. Qué decir para elegir dos.
La situación es similar para los independientes, que también se inscribieron tres candidatos. Dos de ellos aún reúnen firmas para ratificar sus postulaciones y apelan a un milagro para poder ser electos.
Claramente que no se quiso repetir la experiencia pasada, en la que independientes crearon dispersión al abogar por demandas acotadas a un sector reducido, casi individuales, en desmedro de los acuerdos. Así y todo, una mayor consideración habría sido justa.
La falta de matices puede ser un factor que defina la creación de este nuevo proyecto constitucional y si no es tomada en cuenta en lo inmediato, puede conducir a un nuevo fracaso. Escenario que no es descartable conociendo los desaciertos de la clase política.