Alrededor 65 voluntarios de Atacama, Coquimbo y la Región Metropolitana entre 16 y 25 años apoyan esta semana a dos comunidades en asentamientos precarios de Copiapó.
Durante los trabajos de verano de la fundación Techo Chile, voluntarios y residentes están construyendo un centro comunitario para cada de una las dos comunidades más una cancha de baseball y fútbol en la comunidad "Valle luna" y un espacio recreativo para niños y niñas en la comunidad "Las Vegas". Los dos asentamientos están ubicados en el sector alto de Colonias Extranjeras.
En el campamento "Valle luna" viven 60 familias sin alcantarillado, acceso a agua o recogida de residuos. El presidente de la comunidad "Valle luna", Jose Vega Varela, contó que la sede les da la oportunidad de reunirse con los vecinos, a llegar a acuerdos para mejorar la calidad de vida de la comunidad y ayudarse entre ellos, por ejemplo haciendo ollas comunes.
Sylvia Muñoz, directora regional de Techo en Atacama, explicó: "Consideramos fundamental que las comunidades estén organizadas para que ellos puedan acceder a redes de apoyo. Entendemos que, el no tener un espacio físico ya limita la capacidad para poder desarrollar capacidades de corresponsabilidad, organización, participación y vinculación con redes del estado o privadas que pueden mejorar la calidad de vida".
La cancha deportiva también tiene mucha importancia para la comunidad, en palabras de la vocera de la comunidad, Mairu Davila: "Creo que es la mayor cosa que podemos aportar nosotros para que los niños jueguen, se entretengan y ocupen la mente para cosas positivas. Si bien es cierto que eso es una toma, hay que demostrar que nosotros no somos personas malas, siempre hay buena gente aquí y gente con muchas necesidades".
El presidente de la comunidad añadió: "No hay áreas deportivas, entonces nosotros queremos hacer el cambio para que las autoridades se fijen un poco, en que nosotros también necesitamos espacios para los muchachos, para darles una oportunidad a los que vienen atrás. Nosotros vamos a luchar para eso y a ver si en algún momento podemos salir de acá o que nos ayuden".
La voluntaria Catarina Ramos de Ovalle relató: "Es bonito conocer las historias de los vecinos porque uno empatiza mucho y es bueno escuchar de primera fuente cómo se vive acá".
Anaís Santana, 18 años, con su dupla lidera la organización en una de las escuelas donde duermen los voluntarios. Señaló: "Los vecinos nos han ayudado bastante y los voluntarios también están supermotivados, unidos. Es el segundo día y ya han fundado lazos bien fuertes. Nos gusta mucho, porque si bien somos una fundación que trabaja para las familias, también queremos generar a gente de cambio y que los voluntarios se puedan llevar una linda experiencia y personas en sus corazones".
Ignacio Chulak, 23 años, es uno de los jefes de trabajos cuáles organizan los trabajos de verano en la región. También habla del efecto que puedan tener los trabajos para los voluntarios: "Hace que los voluntarios comparen su normalidad personal con la vida que viven las familias de campamento, que puedan ver y convivir con varias culturas, aprenden cosas constructivas y tienen muchas experiencias buenas".
Según los catastros de Techo, la cantidad de familias viviendo en campamentos sigue creciendo en Atacama por la crisis habitacional y los arriendos caros, que sobre todo afectan a la población de migrantes. En el último conteo en 2022 contaron 6.015 familias viviendo en asentamientos precarios. Sylvia Muñoz, directora regional de Techo en Atacama, señala que la meta de Techo es "que esas familias logren una solución definitiva a salir del campamento de manera colectiva, de manera individual o poder urbanizar el campamento".
"También necesitamos espacios para los muchachos, para darles una oportunidad a los que vienen atrás"
Jose Vega Varela, Presidente de "Valle luna"