El fenómeno de la inflación sigue afectando el bolsillo de las personas, el aumento del costo de la vida ha complicado a las familias a la hora de comprar los productos básicos para el hogar. De igual manera es que, un sector importante de la economía nacional se ve severamente perjudicado por esta alza de precios, los almacenes de barrio. A la fecha, distintos factores han provocado que los negocios locales pasen por números negativos en sus ventas.

Ya no es ninguna novedad que cada vez podemos acceder a menos bienes y servicios con la misma cantidad de dinero que hace algunos años, la pandemia, los conflictos internacionales y políticas de Estado han influido en que, en agosto del 2022, la inflación alcanzara su tope con un 14,1%. Hoy en día esta va en un 12,8% y si no pasara algún acontecimiento de gran magnitud, debería mantenerse a la baja.

¿Pero cómo afecta esto a los almacenes de barrio? Betty Rojas y la pequeña Talia atienden los 365 días del año el almacén El Ofertón, el más antiguo de la población Francisco de Aguirre. Betty, tras la protección de plástico que instaló para prevenir el coronavirus, relata cómo es la situación para los locales del sector en el último tiempo "la gente ya no compra lo que compraba antes. La carne, el pollo, está todo caro, el pan ha subido casi el doble. Eso hace que la gente compre menos pan, si antes le compraban dos al niño, ahora es solo uno. Se sigue vendiendo aquí, a mucha gente no le da para ir al supermercado a comprar dos plátanos, dos manzanas, acá en el barrio puedes comprar de a poquito".

Es una constante la reducción del consumo de clientes, Natalia Campos, dueña del Mercado Villa Esperanza, almacén icónico del sector con 25 años de funcionamiento, detalla cómo han evolucionado sus ventas estos últimos meses. "Nos afecta, si compramos un producto que vale mil pesos hoy día, mañana lo compramos y vale $1.100, eso le afecta también a quien viene a comprar. La gente compra mucho menos ahora, vamos a tener que volver al cuartito, al octavo de un producto, como todo viene envasado de kilo, vamos a tener que envasar de a cuarto de kilo los productos. Han dejado de comprar mucha carne, lo reemplazan por el huevo y la vienesa", cuenta precisamente tras la vitrina de las cecinas.

"Las ventas han disminuido en un 70% en comparación a un año normal antes de la pandemia. Ahora compran para el día nomás. Hay que ir viendo como va la situación económica, porque acá en el barrio han cerrado muchos negocios, entonces he podido sostenerme en el tiempo porque tengo harta clientela", nos termina de relatar Natalia.

A pesar de que hay negocios que han podido sustentarse, otros dan cuenta de números muy bajos que se acrecentan principalmente en la temporada estival. Eric Olivares del Almacén Tía María en la población Santa Elvira y Claudia Arias del almacén Las Alicias en la Av. Los Loros, coinciden en que en estos meses el negocio se relentiza, "en verano el negocio va lento, después de marzo en adelante nos empieza a ir un poco mejor", sincera Eric.

Claudia, por su parte, indica que "ahora en verano bajan harto las ventas porque la gente se va a la playa, entonces enero-marzo es más lento, ya después se mantiene, hay días buenos, malos, más o así".

Vox experta

Felipe Salce, académico magister en Economía de la Universidad de Atacama, detalla de manera sencilla la inflación, "como concepto en economía es el aumento sostenido en el nivel de precios, esto significa el aumento del valor de los bienes en un periodo de tiempo prolongado, por lo que ahora estos son más caros. El Banco Central tiene la meta de mantener la inflación entre un 2% y un 4% en un horizonte de 24 meses. Eso había sido bastante