La sensación de inseguridad entre la comunidad va realmente en aumento. Las encuestas dan cuenta de un tema que causa preocupación entre las personas y que hasta el momento pareciera ser no se han tomado medidas para remediar este problema que no se concentra solo en la capital, sino que lentamente se va extendiendo a todas las comunas del país, incluso a más alejadas.
Sin bien se han hecho esfuerzos para aumentar el contingente de Carabineros a disposición de la ciudadanía, parece ser que nada es suficiente. Hace algunos días llegaron 41 nuevos funcionarios a la región, pero esa cifra estuvo lejos de dejar conforme a la comunidad, que sigue esperando más personal desplegado en las calles para combatir la delincuencia.
Hoy además nos enfrentamos a un nuevo escenario, uno que podría ser incluso más complejo y es la llegada de los Maras, grupos organizados de delincuentes que no se descarta, puedan estar migrando desde El Salvador a nuestro país, esto tras las duras medidas adoptadas por el gobierno para controlar e intentar erradicar la delincuencia.
Las autoridades han sido consultadas al respecto, sin embargo hasta el momento si bien no han descartado su presencia en territorio nacional, nadie ha salido a desmentir que puedan existir algunas agrupaciones delictuales que estén ligados a ellos. Basta con recordar lo que ocurrió con el tren de Aragua, llegada que comenzó con un rumor y que terminó con importantes operativos para intentar desbaratar las células que han montado en Chile.
Aquí la tarea es compleja pero no imposible. Se deben articular los poderes del Estado y además, entregar más apoyo a las policías para combatir el crimen organizado. Un plan de control migratorio que impida la llegada de gente indocumentada por los pasos no habilitados y ser exhaustivos con aquellos que ya se encuentran instalados aquí, es un primer paso.
La gente necesita sentir que seguimos viviendo en un país seguro, algo que hace un tiempo no ocurre. Hoy existe temor no solo de salir a las calles por temor a ser víctima de algún delito, sino también sentir que esto ocurre incluso en los propios hogares.
Es momento de articular un verdadero trabajo de inteligencia para ver dónde se deben poner los esfuerzos a fin de desplegar de forma efectiva el capital humano actualmente disponible.