Deserción escolar postpandemia
No hay duda de que la detección inicial de las posibles causas del ausentismo comienza en la sala de clases, por ello es clave dotar a los docentes y asistentes de mecanismos de observación, registro y derivación interna para facilitar la búsqueda de soluciones. Cristián Gonzalez V., Periodista
Las causas y consecuencias de una crisis social como la deserción escolar siempre han sido difíciles de identificar y de abordar, pero el escenario pandémico complejizó aún más las cosas.
El Ministerio de Educación a través de su centro de estudios cifró en más de 50 mil los estudiantes desvinculados del sistema educativo entre 2021 y 2022, cifra que alerta por las consecuencias que tiene en el desarrollo de niños, niñas y adolescentes afectando principalmente sus relaciones humanas y el proceso de aprendizaje.
Para quienes hemos trabajado por años el fenómeno de la deserción escolar sabemos que no hay recetas fáciles y que se necesitan dispositivos institucionalizados para identificar, analizar y abordar los factores de riesgo que afectan la participación escolar.
Postpandemia las comunidades educativas han reforzado diversas medidas, algunas altamente efectivas en la identificación de los problemas, pero encuentran trabas en la respuesta a lo que se detecta, en especial, cuando las brechas de asistencia son generadas por problemas económicos, de salud o dinámicas familiares en riesgo social.
Por la amplia complejidad de las variables que afectan la participación escolar en los territorios, el Mineduc puso en marcha una política de reactivación denominada "Seamos Comunidad" dirigida a los factores que inciden en la deserción de los estudiantes. La tarea es trabajar con acciones que tengan en cuenta las realidades de cada zona, pero donde el protagonismo lo tenga la comunidad escolar y sus integrantes.
No hay duda de que la detección inicial de las posibles causas del ausentismo comienza en la sala de clases, por ello es clave dotar a los docentes y asistentes de mecanismos de observación, registro y derivación interna para facilitar la búsqueda de soluciones, agotar toda alternativa a tiempo para evitar la salida de estudiantes.
Para identificar opciones de abordaje hay que ser creativos, disruptivos y tener la capacidad de adelantarse a lo que les afecta a los estudiantes. Es determinante estar atentos a sus sistemas de crianza y de paso estar impulsando instancias de información y promoción para que los estudiantes asistan a clases. El trabajo es colectivo, de la sociedad entera, pero sin duda es la comunidad escolar quien tiene el poder para revertir este abandono.