Luis Urzúa: "Estamos atrapados en un mal contrato sin poder contar nuestra historia"
LOS 33. El último minero en salir a la superficie habla a doce años del rescate en la Mina San José.
Un 13 de octubre del año 2010 en que tras pasar más de dos meses encerrados a 700 metros de profundidad tras el derrumbe de la mina San José, finalmente los 33 mineros de Atacama fueron rescatados desde las entrañas de la tierra a través de la cápsula Fénix, diseñada exclusivamente para esta tarea. A pesar que fue noticia mundial, hoy paradójicamente los mineros buscan relatar su historia.
Un día como hoy, pero hace doce años, Chile y el mundo estuvo pendiente de que salieran vivos, de verlos y acompañar a las familias que inicialmente se habían instalado en las afueras de las instalaciones de la mina San José con carpas y toldos, a exigir cualquier noticia del turno completo que había quedado sepultado tras el derrumbe que a eso de las 15 horas de un jueves 5 de agosto, captaría la atención de todo Chile durante dos meses y días.
Aquí, a doce años, nadie recordó el 5 de agosto, no hubo autoridades que pudieran revisar y hacer un check list de las promesas cumplidas, ni ceremonia, ni foto, ni si quiera un llamado.
Hoy no es fácil ubicarlos, pero al teléfono Luis Urzúa, quien fuera jefe de turno de ese equipo, nos atiende y cuenta que "son los primeros en llamarnos, así que gracias por eso.
Ya no pueden ser una marca o un nombre y que esta situación los ha distanciado y ha encerrado cualquier posibilidad de hacer de su historia una causa. "Estamos atrapados" dice Urzúa y reflexiona "si pudiéramos reunirnos y reconocer nuestros errores, nuestras ignorancias, juntarnos sólo nosotros en la Mina, que hoy debería ser un lugar especial".
Urzúa relata que se han realizado varios estudios y proyectos para convertir la mina en un lugar apropiado para visitar, pues aún hoy suscita el interés de quienes recorren Atacama. Pero nada de eso se ha materializado aún.
¿Justicia? 20 millones de dólares debían pagar al Estado de Chile los dueños de la mina San José, de eso hasta hoy, nada se materializó porque la investigación determinó que no había pruebas suficientes para responsabilizarlos por el derrumbe. Los mineros recibieron el año pasado el equivalente a 55 mil dólares de indemnización luego de que se determinara en un fallo judicial que sí había existido negligencia por parte del Estado chileno al no fiscalizar la faena en donde ocurrió el accidente, resultando el Sernageomin, la Dirección del Trabajo y el Servicio de Salud como responsables de estas negligencias en la fiscalización.
Inicialmente la indemnización había sido de 100 mil dólares pero la Corte Suprema dictaminó que quedara en la mitad y ésta fue pagada a 31 de los 33 mineros afectados.
La suerte ha sido desigual para los 33, algunos de ellos han podido volver a las minas; otros arrastran traumas tras el accidente. Algunos requieren oxigeno y ya cargan con los años, y así suma y sigue la lista.
Y mientras salían en la cápsula Fénix entre las ropas de la entidad de seguridad y salud que estaba instalada en el lugar junto a tantas empresas que colaboraron en la titánica tarea de rescatarlos, además de varios rostros del Gobierno de turno, quienes no dudaron en rescatarlos ni en repetir esta buena intención hasta el estruje, era fácil imaginar que saldrían como héroes nacionales.
Urzúa nos relata también que hasta la fecha "no hemos sabido jamás de ganancias por el libro o la película y las personas piensan que hemos recibido mucha plata y eso no es así".
Actualmente la relación con una destacada firma de abogados tiene divididos a los 33 mineros. De hecho, como nos relata Urzúa "es triste que estemos así, divididos. Los derechos de autor sobre lo que pasó en el interior de la mina nos mantiene divididos", comentó que firmaron contratos con una firma de abogados que ahora posee los derechos de autor de su historia y que, ellos ya nada pueden contar sin pasar por ellos.
La gestión del rescate fue realizada por el Gobierno de Sebastián Piñera y Urzúa atribuye a eso que "otros Gobiernos quizás no han querido vincularse a nuestra imagen, a pesar de que podemos y tenemos la voluntad de siempre seguir aportando a explicar que la seguridad es clave en cualquier labor" pero más aún en la minería.
Hace un año fueron convocados por las autoridades regionales con la promesa de seguimiento a sus necesidades y colaboración y gestión, pues al principio el mal paso de ceder los derechos de su historia fue provocando que se alejaran y perdieran la motivación, pero ya saben de promesas incumplidas y al menos Urzúa al teléfono, agradece "Yo me quedo con la inmensa gratitud de estar vivo, siempre pienso en esas personas que oraban por nosotros, en las que estaban afuera buscándonos y en los mineros que llegaron a prestar su ayuda, en cómo fuimos rescatados por un país entero y me siento agradecido, hemos visto otros rescates donde se han perdido vidas y nosotros estamos todos para contarlo" aun cuando hoy ya nadie parece querer escucharlos.