Correo
Cine con aliento de Gorard
Era el más joven integrante de esos rebeldes que querían desintegrar el academicismo del cine francés desde la revista "Cahiers du Cinema", a fines de los 50 del siglo XX. Y lo lograron.
Comenzando por esa incesante "Sin Aliento" (1959), que Jean Luc Godard plasmó con imágenes de planos secuencia, filmadas en exteriores con Jean Paul Belmondo y Jean Seberg, en ese París admirado por todos los jóvenes de esos tiempos. Sobre todo los que asistimos a la proyección de "Sin Aliento" en el Cine Atacama de Copiapó, de Toufic Nehme.
El plano secuencia es filmar sin corte técnico con cámara de mano que permite seguir a los personajes en forma continua, como la vida que no se detiene hasta el momento final, demostrando con ello la Nueva Ola que su motivación era la realidad sin intromisión.
Pero el antecedente obligado de la Nueva Ola es "Los Tramposos" (1958), del academicista Marcel Carné, exponiendo a una juventud que se engañaba a sí misma en actitudes y consecuencias de aquellas, en personajes del guión de J. Sigurd, cuyos actores se integrarían al nuevo cine: Pascale Petit, Andrea Parisy, Jacques Charrier, Laurent Terzieff; y un muy secundario Belmondo.
Godard irrumpió con "Sin Aliento" y los personajes de Belmondo y Seberg caminando con celeridad por las estrechas calles parisinas buscando sus identidades incluyendo el ingreso vertiginoso al Museo del Louvre con la cámara corriendo detrás de los protagonistas, sorprendiendo a los visitantes y a los airados custodios del arte.
Con un guión semi improvisado, el recientemente fallecido J.L. Godard recibió el apoyo de sus amigos Francois Truffaut ("Los 400 Golpes") y Claude Chabrol ("Los Primos"), emblemas de la Nouvelle Vague.
Ese era el tipo del nuevo cine expresionista a la luz del día, desechando las luces indirectas del expresionismo alemán de las dos primeras décadas del siglo con el advenimiento premonitorio de la opresión del totalitarismo de Hitler en "Nosferatu" (1922), de Friederich Wilhem Murnau.
Otras cintas de Godard: "El Pequeño Soldado" (1960); "Una mujer es una mujer" (1961); "Vivir su Vida" (1962), con su actriz hecha a cincel, Anna Karina; "La China de Avecina"( 1967).
El cine de Godard es un dique para aquellos que quieren crear la improvisación planificada sin conocer lo que plasmaron sus verdaderos creadores.
Osman Cortés Argandoña
Politiquear
La desprestigiada clase política chilena en todos sus ámbitos y por años, no ha sabido legislar en bien de todos los chilenos.
Últimamente, se ha saltado la constitución las veces que le ha convenido y hoy post plebiscito, están en lo mismo, velando por los problemas de los políticos y no por los problemas reales de los chilenos.
Tanto el gobierno como el Parlamento están haciendo caso omiso del resultado del 62% del plebiscito, que tuvo una tremenda votación del padrón electoral, nunca antes visto. El primero, legislando un sistema de pensiones que ya se les dijo que no y el segundo, no respetando el art 142 de la constitución.
Jorge Porter
Ciencia médica
Desde remotas épocas, la medicina ha ejercido una gran "poder", en la vida de los seres humanos, al certificar "la vida y la muerte". En tiempos actuales lo único que nos queda es preguntarnos ¿es siempre transparente la naturaleza de las interacciones médico-paciente como forma de comunicación? Paracelso (1493- 1541) en escribió "la Medicina no se estudia, se adquiere como un don divino". Es uno de los "padres de la medicina", baluarte de la ciencia médica. Hipócrates, también, (460 AC- 370 AC), autor del "juramento" que "recitan" los médicos cuando reciben sus títulos. Ese juramento establece que "no se hará nunca negocio con la medicina" estableciendo que, "se atenderá por igual al rico y al pobre". F. Hartmann (1838-1912), médico, teosófo alemán nos legó "el verdadero médico no es un producto de las escuelas científicas, sino luz de la sabiduría (divina)".
Paracelso enseña que "hay dos formas de conocimiento: una ciencia médica y una sabiduría médica". Mientras la ciencia descubre remedios de patente, hay una antiquísima sabiduría médica que tiene su origen en los primeros fundamentos del mundo y que jamás han cambiado sus fórmulas que se conservan en "santuarios" alejados de la falsa civilización materialista, inaccesibles a "mercaderes del templo". La medicina, en el tiempo, se ha vuelto un "negocio" en el que intervienen intereses farmacéuticos, y administrativos como "cofradías": ¡PERDON AL MÉDICO DE VOCACIÓN REAL, PORQUE SÍ LOS HAY! (son los "Hijos del Sol Luminoso").
En la antigua China, el médico era un sujeto al que se le pagaba una especie de diezmo, mientras las personas no enfermaran. Sí enfermaban, se les dejaba de pagar, pues se consideraba que ese "médico" no había sido capaz de evitar la enfermedad. Recuperado(a) se volvía al diezmo. Mientras curaba, no cobraba, porque los antiguos médicos chinos sabían que "no se podía cobrar, pues el arte de curar era/es un don de Dios". Paracelso e Hipócrates fueron "maestros de la medicina eterna", "adeptos que poseían este don" pero, hoy se piden evidencias. Ortega y Gasset llamó "barbarie del especialismo". ¿La OMS hoy es confiable en las advertencias sobre los virus que circulan en el mundo? ¿somos sujetos de experimentaciones farmacéuticas?
La medicina, afirma el D. Lama, debiera ser un sacerdocio donde ningún "déspota orgulloso pudiera ejercer" como el Dr. Tanju en "El Dr. Milagro".
Omer Silva
Cotización
Me parece razonable elevar la edad de jubilación y la tasa de cotización previsional desde el actual 10% a un 16% -o a un 20%, como era antes del sistema de AFP- y que la cotización adicional vaya íntegramente a las cuentas individuales de los trabajadores. La solidaridad debería financiarse con ingresos generales de la Nación, a través de la Pensión Garantizada Universal (antiguo Aporte Previsional Solidario de Vejez), no mediante un sistema de reparto.
Adolfo Pául Latorre, abogado y Diplomado en Economía y Administración