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Extranjeros en el Plebiscito
El plebiscito del 4 de septiembre convoca a toda la ciudadanía que vive en Chile a decidir si aprueba o rechaza la propuesta constitucional. Especialmente, quienes poseemos derecho a votar tenemos la responsabilidad de asistir a las urnas electorales ese día, para tomar una decisión, pero también para dotar de mayor legitimidad nuestra democracia, que incrementa su calidad cuando hay mayor participación política electoral.
Hay 514.623 electores extranjeros, representativo del 3,4% del padrón total de electores (Servel, Infomigra, 2022). Cuando se habla de una sociedad inclusiva, donde es central la participación de grupos minoritarios, o grupos históricamente excluidos, parece necesario recordar a los actores políticos que la población migrante forma parte de este registro, y es un imperativo ético y democrático favorecer su voz y su voto.
Dra. Neida Josefina Colmenares, Red de Politólogas
Nuevos actores sociales para Chile
Los niños, niñas y jóvenes representan casi el 25% de la población del país y si bien hoy forman parte de los discursos políticos, académicos y de expertos en niñez, continúan siendo un grupo olvidado en momentos electorales, no solo por no tener derecho a voto, sino que, además, por no tener espacios para que se escuchen sus propias voces, siendo siempre "representados" por adultos y adultas.
En su artículo 12, la Convención sobre los Derechos del Niño y la Niña reconoce que las personas de menos de 18 años "son individuos con derecho en pleno desarrollo físico, mental y social, y con derecho a expresar libremente sus opiniones". Establece, además, que los Estados firmantes les garantizarán el derecho de expresar su opinión libremente y que les tendrán en cuenta en todos los asuntos que les afectan.
Aquel mandato, firmado y ratificado por Chile en 1990, nos obliga a actuar para garantizar esos derechos, especialmente frente a la invisibilización de la niñez y adolescencia, tanto en los diagnósticos como en las propuestas de solución que se dan a las problemáticas que enfrentan: los más pobres entre los pobres (CASEN 2017), baja participación electoral (SERVEL 2017), víctimas de violencia (SubPRevDel, 2017), crisis del SENAME - Mejor Niñez (2006 a la fecha), entre otros datos, nos delatan como una sociedad donde no son ellos y ellas, ni sus necesidades, la prioridad.
Hay consenso en el mundo sobre que, para revertir esta tendencia, es clave educar desde temprana edad sobre la importancia de sus derechos, la democracia y sus valores. Al educar a niños y niñas, para que participen y expresen su opinión, se contribuye a la formación de sociedades más democráticas, basadas en el diálogo y el respeto.
La familia y el colegio se constituyen como espacios principales para fomentar la participación, especialmente al generar instancias de diálogo y conversación que permitan crear interés en niños, niñas y adolescentes en el ejercicio de sus derechos, fomentando su espíritu cívico y la información responsable.
Por todo lo anterior es que este 4 de septiembre propiciaremos la participación simbólica de la niñez y adolescencia en el plebiscito de salida del proceso constituyente, a través de la plataforma online "L@s Niñ@s también votan", una instancia que posibilita que, en un diálogo intergeneracional virtuoso con sus familias y cuidadores, "l@s niñ@s se representen a sí mism@s" y tengan espacios efectivos de opinión sobre intereses y temas relevantes, haciéndose parte del discurso público.
Nos queda mucho por avanzar como país en el reconocimiento pleno de niños, niñas y adolescentes como sujetos de derechos, en la promoción de su participación efectiva e incidente, que recoja y escuche sus propias opiniones y necesidades.
Harry Grayde Klenner, director ejecutivo World Vision Chile y Patricia Muñoz García, defensora de la Niñez
Proyecto laboral 40 horas
El Gobierno avanzó recientemente en su promesa de disminuir la jornada laboral a 40 horas con la presentación de un set indicaciones que reimpulsarán el proyecto original. Siempre es una noticia positiva que se persiga el objetivo de dar más espacio a los trabajadores para mejorar su calidad de vida: los colaboradores más felices tienen mayor salud mental, debieran poder ser más productivos y están más comprometidos con el trabajo.
Sin embargo, el objetivo no es lo único que importa, sino cómo lograrlo. Avanzar hacia las 40 horas es una meta desafiante como país, pero la flexibilidad debe ser la forma. Vemos con cautela la sobrerregulación que está presente en las indicaciones, porque, en la práctica, establecer reglas tan específicas para cada rubro puede perjudicar a las organizaciones, pues la realidad de cada una es muy heterogénea.
Creemos que el foco de la transformación del mercado laboral debe estar en marcos de entendimiento sólidos y sustentables, con la flexibilidad necesaria para que cada empresa y colaborador pueda encontrar la mejor combinación. Donde los empresarios deben adelantarse a la regulación y acordar con los trabajadores acuerdos y relaciones laborales modernas, basadas en los objetivos y la confianza. Hoy existen y se seguirán creando y adoptando nuevas formas y jornadas de trabajo, en una economía global donde no podemos perder como país competitividad.
Ramón Rodríguez M. gerente general de Trabajando.com
Estado Regional
Señor director:
Durante mucho tiempo se asociaba el modelo de Estado Unitario al modelo centralista chileno. Sin embargo, resulta importante desmentir este mito para poder dar paso a la discusión seria sobre la descentralización.
Por esto es necesario precisar que pueden existir Estados unitarios descentralizados como lo son países como Dinamarca, Estonia y Suecia; versus países con Estado Unitario centralizado como Grecia, Irlanda y Turquía; o el mismo Chile.
La propuesta de nueva constitución propone un modelo de "Estado Regional", que se define por algunos como un intermedio entre Estado unitario altamente descentralizado y un Estado Federal centralizado. La propuesta comienza ya por una confusión conceptual, de la cual no se puede tener claridad en su forma.
Sin embargo, dentro de los países que se pueden considerar como "Regionales" y que destacan en su implementación; lo son Bolivia y España, ambos países con altos niveles de deuda pública, producto de su alta expansión estatal y alta autonomía financiera de sus entidades territoriales.
Sebastián Millán Calisto, Fundación para El Progreso