Este 4 de septiembre los chilenos deberán acudir a las urnas para dirimir si aprueban o rechazan la propuesta de nueva carta magna que redactó la Convención Constitucional. Entrando ya en la recta final del proceso, los fanatismos de los adherentes del "Apruebo" y del "Rechazo" no han hecho más que desincentivar a quienes aún están indecisos, aunque a diferencia de otros procesos políticos anteriores, no podrán abstenerse, dado que estos comicios tendrán una votación de carácter obligatorio.
Por un lado, no han sido pocos los constituyentes que, amparados en el resultado de 78-22 conque ganó la opción "Apruebo" en el plebiscito de entrada, han cometido una serie de errores no forzados, como la presentación de medidas radicales e inviables, representar más a minorías extremas que a las grandes mayorías que los eligieron y básicamente no entender la relevancia histórica de la tarea encomendada por la ciudadanía, han dinamitado esa brecha, a tal punto que las encuestas han incluso posicionado al "Rechazo" de salida por sobre el "Apruebo". La guinda de la torta, la decisión de no invitar a los expresidentes de la República a la ceremonia de cierre.
Pero los adherentes del "Rechazo" de salida, no se quedaron atrás a la hora de cometer errores no forzados, y es que bajo el amparo de las cifras arrojadas en las encuestas, los partidos políticos que representaron al "Rechazo" de entrada y que fueron duramente derrotados el 25 de octubre, quisieron subirse al "carrito de la victoria" y se pusieron en campaña. Los dirigentes de estos partidos sin quererlo, revivieron la dicotomía del "Si" y el "No" de 1988.
Por si esto fuese poco, y siempre en contexto de campaña, se viralizaron videos con testimonios de personas que habrían salido a las calles en octubre de 2019 y que ahora iban por el "Rechazo". Pero luego se reveló que uno de los principales rostros de ese spot era una actriz pagada. En el fondo, el mensaje apuntaba más que todo a la desinformación y el miedo al cambio, estrategia que ya a la derecha le ha dado malos resultados en los plebiscitos previos.
Es mucho lo que se juega el país en el plebiscito de salida, y los fanatismos del "Apruebo" y el "Rechazo" no hacen más que desincentivar a los indecisos. El problema es que este grupo importante de votantes no podrá eludir la responsabilidad de acudir a las urnas al ser estos comicios con sufragio obligatorio. Por lo mismo, buena falta hace debatir con altura de miras y con información fidedigna en mano (lo plasmado en la Constitución Actual y el borrador de la nueva propuesta), porque este diálogo de sordos se está tornando peligroso y puede dejar muchos heridos si prima la pasión más que la razón el próximo 4 de septiembre.