Sobre el correcto uso de las acusaciones constitucionales
La acusación constitucional constituye un proceso de naturaleza jurídico-político, estatuido en el ordenamiento jurídico nacional y que se tramita ante el Congreso Nacional. En virtud de esta, se pretende hacer efectiva la responsabilidad de altos funcionarios públicos por haber incurrido en alguna infracción constitucional y que pueda determinar su destitución o inhabilitación para el ejercicio del cargo u otra función pública.
Bajo este contexto surge la siguiente pregunta: ¿Cómo ha operado este mecanismo de control durante nuestra historia republicana? Durante la vigencia de la Constitución Política de 1833, se interpusieron 10 acusaciones constitucionales contra altos funcionarios públicos, ello significa que durante ese período se formularon 0,2 acusaciones en promedio por año, y de ellas, el 60% fueron acogidas.
A su turno, durante la vigencia de la Constitución Política de 1925, se interpusieron 85 acusaciones contra altos personeros públicos, del total de acusaciones, el 22% fueron finalmente acogidas.
Por último, durante la vigencia de la actual Carta de 1980, se han formulado 49 acusaciones, lo que se traduce que en promedio se han interpuesto 1,6 acusaciones por cada año del período. Sin embargo, solo el 8% de estas se acogieron.
El período reciente de nuestra historia evidencia que este mecanismo de control jurídico político ha sido utilizado activamente a los efectos de perseguir la responsabilidad correspondiente, no obstante, exhibe un bajísimo nivel de aceptación definitiva.
Cabe indicar que los mecanismos de control jurídico administrativos, jurisdiccionales y políticos, se hayan íntimamente imbricados con la idea del Estado de Derecho. En tal contexto, la correcta utilización de estos puede afectar dicho principio esencial de nuestra institucionalidad, por lo que el uso de las herramientas de control comporta una alta responsabilidad para quienes se encuentran legitimados por la Constitución para ejercerlos.
A un par de meses de iniciado el nuevo gobierno ya se han manifestado intenciones de interponer una acusación constitucional contra la ministra del Interior. Ahora bien, puede que tenga el mérito jurídico suficiente, cuestión que se podrá comprobar cuando se materialice el libelo ante la Cámara de Diputados. Según lo expuesto, parece prudente actuar con el mayor celo y sentido común en el uso de este mecanismo.
Finalmente, cabe destacar que nuestra historia da cuenta de un uso excesivo de este medio de control, sin que con ocasión a su ejercicio se haya podido comprobar la responsabilidad respectiva. En tal orden, y más allá de los compromisos partidistas, debe privilegiarse el ejercicio del poder que apunte directamente a materializar el mandato constitucional, ese en cuya virtud todo funcionario público debe estar al servicio de las personas y debe materializar con su actuar las tareas necesarias para la promoción del bien común.
Carlos Salinas, académico Escuela de Derecho UDLA
Todos los niños pueden dominar las matemáticas
¿Sería sorpresa si dijéramos que los padres somos los principales responsables de que los niños crean que las matemáticas son difíciles? Uno de los errores más comunes, frente a las dificultades de los pequeños en esta materia, es decirles que también "éramos malos en matemáticas". Diversos estudios indican que esto se acaba convirtiendo en una profecía autocumplida, también llamado Síndrome de Pigmalión, y que los hijos creen que están, de alguna manera, predispuestos genéticamente a fracasar. Asimismo, decirles que es compleja, aburrida, o que jamás la van a entender, que con sacarse un azul es suficiente para pasar, les hunde la autoestima y los categoriza entre los que son hábiles y los que no. ¡Todos los niños pueden dominar las matemáticas! Eso lo vemos cada día en nuestros miles de alumnos, que están repartidos por 100 países del mundo.
Es importantísimo que los padres de los escolares de hoy, de niños pequeños y más grandes, comprendan que las matemáticas serán clave para la calidad profesional futura de sus hijos. Las carreras, como las conocemos hoy, están evolucionando y van a tener, como base, la ciencia, la tecnología, las matemáticas y la ingeniería. Lo que nosotros vivimos o la forma en la que nos enseñaron no es relevante, las dificultades que enfrentamos, las trancas heredadas, también de nuestros padres y profesores, no tienen por qué definir nada. No los condenemos a ser menos de lo que pueden ser. Si dominan las matemáticas, llegarán más lejos.
Javier Arroyo, co fundador Smartick
Delincuencia
El aumento de la delincuencia y la poca capacidad para controlarla han ido creando un nuevo fenómeno social: el cerrojo. Instintivamente, nos estamos encerrando en nuestros hogares como una forma de proteger nuestro patrimonio y nuestras familias. Estamos fortificando nuestras casas con muros y rejas y dotándolas de sofisticados sistemas de alarmas. Esta situación nos ha transformado en verdaderos ermitaños y desconocidos para nuestros propios vecinos. La delincuencia es como una enfermedad grave, se cura con operaciones y no con píldoras.
Jorge Valenzuela Araya