Directora de 'El Pa(de)ciente': "Se les apretará el corazón y sonreirán también"
ESTRENO. La cinta de Consuelo Fernández muestra la relación entre médicos y pacientes a través de un doctor que enferma gravemente.
Amelia Carvallo
El 5 de mayo se estrena la película "El Pa(de)ciente", basada en el libro homónimo del oftalmólogo chileno Miguel Kottow, quien además es una eminencia en el campo de la bioética y enfrenta el síndrome Guillain Barré.
La directora de la cinta, madre de un nieto de Kottow, es Consuelo Fernández ("Mapa para conversar"), quien reunió a un elenco encabezado por Héctor Noguera para ficcionar al doctor en el personaje de Sergio Graf, Amparo Noguera como su hija mayor y Naldy Hernández como su esposa.
Fernández creyó interesante mostrar el punto de vista de un médico que cuestiona el trato hospitalario hacia un paciente. "En esa poderosa voz percibí puntos ciegos, situaciones que el doctor no era capaz de ver, justificadamente, pero que a mí me ofrecían un tapiz más amplio. Observé una serie de conflictos que se levantan cuando literalmente cae un pater familia, el choque de agendas de todos estos personajes con un auténtico hombre del siglo XX, influyente poderoso y no del todo simpático, que no tiene más atención que para sus pesares", relata.
Rodada en pleno estallido social y terminada antes de la pandemia, la película ahonda en lo familiar. "Me encantan los rollos de familia, tienen tanto humus donde se han gestado", explica Fernández. "Sin embargo, siempre hay miedos, pesadillas que amenazan a una directora que nunca había trabajado con Héctor; y ahí estaba yo dudando: y si me sale con el alcalde de Sucupira, o con el patriarca de Machos, y quién soy yo para corregirlo a él. Pero nada de eso ocurrió, fue extremadamente comprensivo y sensible a la materia con la que estábamos trabajando y así apareció con escalofriante verdad los rasgos de mi doctor enfermo", apunta.
La cineasta dice que "como me escribió un médico por Twitter, esta película la deberían dar en todas las escuelas de medicina de Chile y todo el sistema sanitario que involucra una enfermedad la debiera ver: enfermeras, tens, tecnólogos, es hermoso cuando un oficio es tratado con las herramientas de un relato cinematográfico. Pero, por sobre todo, la invitación es que vayan a las salas de cine con su grupo de seguridad, las familias, vayan abuelos con nietos, padres con hijos, se les apretará el corazón, pero sonreirán también, y que esa experiencia de enfermar que a todos nos toca, pueda llegar a ser un pelo menos amarga cuando ocurra".
Cuerpo e intelecto
Con una banda sonora de Ángela Acuña, donde juega cello y piano, la película encuentra una visualidad de primeros planos que congela las horas de un enfermo grave.
-¿Cuál fue tu reflexión sobre el tema de la enfermedad, el dolor, la vejez y la muerte?
-Mi mayor reflexión es que hay tantas maneras de acercarse a esos cuatro tópicos como humanidades habemos. La aproximación de mi protagonista está marcada por una distante relación con su cuerpo, alguien que siempre privilegió el intelecto por sobre la corporeidad, pero que sin embargo ha dedicado su carrera a su conservación, no a mantenerlo funcionando a toda costa, como dice él, sino a evitar el sufrimiento. Una relación sin pudor con el aparato corpóreo. Aquí nos encontramos ante la circunstancia de que ese cuerpo ignorado se rebela, y ya no responde, de la noche a la mañana, él abandona a su dueño indiferente. Por otra parte, es alguien a quien ni el suicidio, ni mucho menos la eutanasia, le resultan lejanos de sus opciones, y con esos antecedentes nos sorprende lo que nos aferramos a la vida.
Padre e hija
Amparo Noguera cuenta que esta primera incursión cinematográfica con su padre la pone feliz. "Me parece maravillosa la experiencia de trabajar con mi padre, más en un formato que no habíamos trabajado antes. Siempre es un privilegio trabajar con la gente que quiero cerca", dice. "En esta película, particularmente, lo pasamos muy bien. Teníamos escenas que eran situaciones muy graciosas, dentro de una película que toca un tema bastante importante, que es la relación hospitalaria de médicos con pacientes, y todo lo que eso conlleva. A pesar de la densidad del tema y de lo complejo que es, tuvimos espacios de mucha comedia, funcionamos los dos muy bien, enganchamos muy bien, y nos reíamos bastante", recuerda.
Sobre el trabajo actoral, dice que no le sorprende el despliegue de Héctor Noguera: "En cine él adquiere una dimensión muy importante, tiene una emotividad muy fuerte para trabajar, tiene una cara, un rostro que las cámaras aman mucho. Llega a esa profundidad que se tiene que llegar en el cine, que es un exceso de verdad, porque el cine delata de inmediato la sobreactuación, los códigos comunes para actuar. Mi papá logra salir de todo eso".