Ómicron y verano
La pandemia del COVID-19 nos ha mantenido en alerta desde que llegó. Diariamente la cifra de contagios está superando los 5 mil nuevos casos y, en el último tiempo, hemos visto la llegada de esta variante, considerada como una cepa menos dañina, pero una de las más contagiosas del espectro viral. En consecuencia, los casos positivos se han disparado.
Durante el verano, según la experiencia que se ha tenido, los contagios tienden a la baja, por lo que aumentan los viajes durante las vacaciones y se producen descuidos en las medidas de protección.
Si bien durante las estaciones de verano habíamos visto una baja en los contagios, casos como el de Australia, Argentina, Estados Unidos y países europeos como Alemania, Italia, Francia, vienen a alertar a las autoridades de nuestro país para tomar medidas y evitar un alza significativa de infectados. Eso explicaría los cambios de fase en varias comunas del país como medida preventiva ante esta variante.
En este contexto, es fundamental cinco medidas de autocuidado: Usar siempre mascarilla. Si acude a playa o piscina, solo puede quitársela al ingresar al agua y cuando no esté en movimiento y se encuentre a 2 metros o más de distancia de otras personas; Lávese las manos; Mantenga una distancia de al menos un metro; contar con mascarillas de reemplazo en caso de que se humedezcan. Si no hay basureros para botarlas, guárdalas en bolsas plásticas y deséchela cuando vea uno; Evite aglomeraciones.
La nueva cepa Ómicron ya circula comunitariamente en Chile y podría explicar incremento de los casos en el país, por eso se hace el llamado a mantener las medidas de autocuidado y así poder evitar que la cifra siga aumentando.
Patricia Donoso Directora Escuela Enfermería U. Andrés Bello
Importancia de cuidar la salud mental
De acuerdo al estudio "Termómetro de la Salud Mental en Chile" realizado por la ACHS y la UC, durante 2021 un 45,9% de los chilenos presentó cambios en su estado de ánimo, asociados con el estrés. Mayo Clinic explica que existen diversos factores que pueden desencadenar estrés, tales como presión laboral, problemas de pareja, preocupaciones económicas, casarse, cambiar de casa, entre otras.
Cualquier cambio en la vida puede ser un desencadenante de estrés y los efectos del mismo pueden presentarse de diversas maneras: físicos (tales como dolor de cabeza, tensión muscular, fatiga, problemas de sueño), emocionales (como la ansiedad, inquietud, irritabilidad, depresión y falta de motivación) y de comportamiento (consumo excesivo de comida, aislamiento social, sedentarismo, arrebatos de ira).
Existen muchas maneras de manejar el estrés, algunas de ellas son: Practicar ejercicios de relajación; realizar actividad física al menos 30 minutos al día; mantener contacto con familiares y amigos; escuchar música o tocar instrumentos; evitar el exceso de café.
Si a pesar de incorporar estas prácticas y hábitos saludables en el día a día para combatir el estrés, nota que el mismo no disminuye, es importante consultar con un especialista médico, consejero o terapeuta profesional, el cual podrá ayudarlo a identificar sus fuentes de estrés y aprender nuevas herramientas para enfrentarlo y mejorar su calidad de vida.
Dra. Lorena Galeotti Directora Médica de Abbott, compañía de salud
Inflación de Notas
Tras conocerse los resultados de la Prueba de Transición, se habría concluido que los alumnos tuvieron mejores notas durante la enseñanza media que en años anteriores.
Pero especialistas en estas materias tocan la alarma, y bien fuerte, cuando dicen que esto tiene mucha relación con que muchos colegios, que con el fin de "ayudar" a sus alumnos que se licencian, les "inflan las notas", para que estén en mejor posición al postular a las universidades.
No obstante, para los que hemos vivido la transición del colegio a la universidad, y considerando que es relativamente fácil ingresar a las universidades, lo tremendamente difícil que es mantenerse en ella.
El ayudarlos a entrar, derechamente inflándoles las notas de Educación Media, es pan para hoy y mucha hambre para mañana, simplemente es usar el remedio más barato para aminorar la tremenda brecha entre la educación privada y pública, y como siempre lo barato cuesta muchísimo más caro.
Si algunos piensan que inflando las notas de sus alumnos es un buen "empujoncito para la universidad", se equivocan, más bien es un "empujón aleve e irresponsable", que puede transformar el añorado sueño personal y familiar de la universidad en una verdadera pesadilla.
Luis Enrique Soler Milla