La sostenibilidad es entendida ampliamente como el desarrollo que satisface las necesidades del presente sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras para satisfacer sus propias necesidades. En este sentido, las organizaciones se encuentran con la oportunidad de configurar estrategias organizacionales que se alineen con los principios de sostenibilidad los cuales pueden ser orientados a través de los objetivos de desarrollo sostenible (ODS). Si bien, las acciones particulares para avanzar en el logro de los ODS dependen de cada organización, las preguntas sobre la forma en que los individuos generan ideas para solucionar los problemas económicos, ambientales y sociales, son más importantes que nunca y deben comenzar con cambios significativos en el pensamiento.
El pensamiento creativo es definido como un tipo de pensamiento que permite el desarrollo de ideas originales y útiles, donde su uso dependerá del contexto donde opere el individuo. Lamentablemente, existe poca evidencia que vincule el desarrollo del pensamiento creativo con temas de sostenibilidad, en general la literatura indica que estos temas son tratados de forma independientes. De esta forma una pregunta que guía la inquietud es ¿cómo el pensamiento creativo puede ayudar a la sostenibilidad de las organizaciones?
Los programas de entrenamiento del pensamiento creativo han demostrado favorecer el desarrollo de la habilidad creativa en el individuo, aumentando su fluidez, es decir en la capacidad de generar ideas, en su originalidad, esto quiere decir en la concepción única de la idea y en su elaboración esto es en la forma de complementar la idea inicial.
Así, dado que el desarrollo del pensamiento creativo depende del contexto, la hipótesis que planteo es que el entrenamiento del pensamiento creativo aumentaría las oportunidades para desarrollar ideas que apunten a soluciones en el dominio especifico de la sostenibilidad.
Luego, las consecuencias de estas hipótesis se pueden discutir en primer lugar en términos de la contribución de una nuevas formas de pensar y actuar en las organizaciones, en otras palabras una cultura creativa sostenible, en segundo lugar que el pensamiento creativo puede facilitar la conciencia de las relaciones entre las personas y el entorno, y por último en tercer lugar estimular el desarrollo de la colaboración estratégica de la cadena de valor, la eco-innovación y el desarrollo de la economía circular y regenerativa.
Carlos Galleguillos Cortés
PhD Management Science y profesor del Departamento de Industria y Negocios de la Universidad de Atacama