Lava del volcán en isla La Palma arrasó una montaña y llegó al mar formando una cascada de fuego
CANARIAS. El coloso mostró características de erupción efusiva y el brillante río rojo cortó anoche la carretera de la costa, incomunicando a varias zonas.
Redacción/Efe
La lava del volcán de la isla española La Palma ayer comenzó a avanzar de forma más fluida en un segundo flujo y adquirió características eruptivas de tipo hawaianas, se ensanchó y superó una montaña que era su principal obstáculo para llegar a la costa, precipitándose como una cascada desde unos 100 metros de altura hacia el mar.
Anoche la lava encontró su último camino para llegar al mar: la montaña de Todoque. Sin embargo, su menor densidad le permitió fluir y logró rebasar el monte por un costado.
Así, continuó su camino y atravesó la conocida como carretera de la costa, situada junto a la Montaña de Todoque, de unos 320 metros de altura. Solo hay un kilómetro entre la carretera y el mar, por lo que en dos horas la lava logró llegar a la costa, avanzando 300 metros por hora, según los reportes del Instituto Volcanológico de Canarias (Involcan).
La lava alcanzó el mar por Playa Nueva y se precipitó por un acantilado de unos 100 metros de altura, dejando un intenso panorama con estruendosos rugidos desde el interior del macizo, que salpicaba brillante lava roja anaranjada.
Dramático avance
El equipo científico que sigue la erupción aseguró que, desde que despertó de sus casi 12 horas de descanso el lunes, el nuevo volcán de la Cumbre Vieja emite lava un a ritmo desconocido a los días previos.
La lava es ahora mucho más fluida, muestra tintes de una erupción de tipo hawaiana o efusiva, mientras que el cambio se produjo principalmente en una de las bocas de la parte norte del volcán.
Además, su origen es diferente, pues procede de puntos más profundos y calientes del subsuelo, razón por la cual es mucho más ligera y brillante, tal como los flujos de Hawai.
En su descenso, la lava se deslizó rápidamente sobre las dos lenguas anteriores que estaban casi detenidas, una pista de 258 hectáreas de terreno de rocas incandescentes que facilitó su avance, y se robusteció con un frente significativamente ensanchado, atravesando el centro de la población de Todoque, en el municipio de Tazacorte, arrasando con todo a su paso, incluyendo la montaña.
Una isla destrozada
El paso de la lava hacia el mar implicó el corte de la ruta conocida como carretera de la costa, lo que representa un nuevo nivel de complejidad en esta catástrofe, y dejó prácticamente incomunicados los barrios de Puerto Naos, El Remo y La Bombilla, también en Tazacorte.
Mariano Hernández Zapata, presidente del Cabildo de la Palma, había dicho que le preocupaba "sobremanera" que esto ocurriera. "La única vía de acceso a la zona sur, si se corta esa carretera, se complica la situación", advirtió el domingo.
Además, en su avasallador paso, arrasó con una zona de cultivo de plátanos y el contacto de la lava con los plásticos de los invernaderos creó una nube tóxica, que se "diluyó" antes de que el río rojo llegara al mar.
La amenaza a los cultivos es una seria preocupación en la isla, cuyo Producto Interno Bruto (PIB) depende 50% de sus plantaciones bananeras.
La lava a más de 1.000 grado, avanza por una isla ya declarada como Zona Gravemente Afectada por una Emergencia de Protección Civil, según el diario El País. Además, en esta última jornada de erupción del volcán aumentó la emisión de cenizas y la altura de la nube alcanzaba ya los 7.000 metros.
La isla se mantenía ayer bajo una densa bruma cargada de cenizas y en los barrios más cercanos al volcán, como El Paraíso, costaba adivinar si quedaba alguna vivienda, mientras que las edificaciones destruidas son al menos 589.
1.000 grados de temperatura alcanzó la lava del volcán que llegó al mar a 300