Sin "fecha exacta" para instalar su Gobierno, talibanes enfrentan protestas y derrumbe económico
AFGANISTÁN. Aún no logran encausar su violenta victoria y combate a los últimos rebeldes en el Panjshir, mientras mujeres exigen participación política y libertad.
Redacción/Efe
Los talibanes todavía no saben cómo encausar el poder que conquistaron con violencia en Afganistán y avisaron que no hay "fecha exacta" para el anuncio de su nuevo Gobierno. Mientras la economía nacional se derrumba, los insurgentes aún no logran apoderarse de la última región afgana que sigue en manos rebeldes y, por segunda jornada consecutiva, se registraron protestas de mujeres en el país.
"Que el Emirato Islámico (como autodenominan los talibanes a Afganistán) anunciará hoy la formación del nuevo Gobierno, es propaganda incorrecta y rumores", dijo el portavoz talibán Bilal Karimi, después de que se esperaba que ayer anunciaran al menos el gabinete ministerial.
"Hasta ahora no se ha decidido una fecha exacta para el anuncio del nuevo Gobierno", enfatizó, aunque aclaró que las consultas sobre la formación del nuevo sistema que regirá Afganistán ya concluyeron.
De todas formas, los preparativos para el anuncio del nuevo Gobierno están en marcha desde hace días, según las redes sociales de los talibanes, que muestran miles de banderas blancas de los islamistas preparadas para la ceremonia.
Las conversaciones de los islamistas con la oposición afgana se centraron en reuniones con los representantes del consejo interino formado de urgencia para ayudar en la transición de poder con los insurgentes. Sin embargo, fuentes anónimas aseguraron que fueron negociaciones superficiales.
Protesta de mujeres
Pese a que aún no hay un anuncio oficial, decenas de afganas protestaron ayer por segundo día consecutivo en reclamo a los talibanes por el respeto a sus derechos humanos y participación en el futuro Gobierno.
La manifestación tuvo lugar en Kabul sólo un día después de una marcha similar en la ciudad occidental de Herat, donde exigieron "educación, trabajo, libertad" en el nuevo Afganistán.
Ante la nueva protesta, Karimi aclaró que "todos los afganos, incluidas las mujeres, gozarán de sus derechos en el futuro Gobierno, pero el nivel de participación de las mujeres en la política es algo que se decidirá y quedará claro una vez que se forme el nuevo Gobierno".
Otro foco de conflicto para los talibanes es la batalla que sostienen desde hace más de una semana con los rebeldes de la norteña provincia de Panjshir, el último bastión en Afganistán contra los islamistas que ha resistido todos los ataques, como sucedió durante el último régimen talibán entre 1996 y 2001.
Situación catastrófica
En este difuso contexto, la economía de Afganistán, dependiente de la ayuda exterior en casi dos décadas de ocupación estadounidense, está al borde del colapso con la suspensión de los fondos internacionales y el requisamiento de dólares y efectivo por parte de los talibanes tras su llegada al poder.
El presidente de Rusia, Vladimir Putin, dijo que la situación en Afganistán "es una catástrofe" tras la salida de las tropas internacionales, al tiempo que aseguró que no quiere una desintegración del país y abogó por que los talibanes mantengan relaciones "civilizadas" con el resto del mundo.
"Ahora la realidad es tal que el movimiento talibán controla casi la totalidad del territorio afgano", dijo Putin.
La comunidad internacional busca la manera de "dialogar" con los talibanes y la Unión Europea impuso como condición el respeto a los derechos humanos y evitar que Afganistán se convierta en refugio de terroristas, mientras evalúa volver a Kabul para seguir evacuando, al igual que Reino Unido.
Pero es China el que más ha avanzado con los talibanes. El director adjunto de la oficina política talibán en Qatar, Abdul Salam Hanafi, dijo que "nunca permitiremos que nadie use Afganistán para amenazar los intereses de China", en una llamada con el viceministro chino de Asuntos Exteriores, Wu Jianghao.