Tras el atentado suicida en el aeropuerto de Kabul que al cierre de esta edición contabilizaba al menos 170 muertos, Europa realizó sus últimos vuelos de evacuación desde Afganistán durante la última jornada, mientras Estados Unidos alertaba nuevas "amenazas creíbles" de ataques contra su misión.
Pese a que Reino Unido había dicho que continuaría con los traslados aéreos desde suelo afgano incluso después de la fecha limite, el 31 de agosto, se sumó al resto de Europa que decidió retirarse del puente aéreo tras el atentado y junto a Suecia, España y Noruega finalizaron ayer sus labores de evacuación.
Francia, sin embargo, decidió extender la operación "hasta el último segundo" posible, aunque casi una decena de países finalizó la retirada horas después del ataque, incluyendo a Alemania, que evacuó a 600 soldados.
Reino Unido "está en las fases finales de su misión de evacuación en Afganistán y ya no se llamará a más personas al aeropuerto para salir", dijo el ministro británico de Defensa, Ben Wallace, cuando se despachaban los últimos vuelos ayer.
"Siento gran pesar porque no todos pudieron ser evacuados durante este proceso", reconoció Wallace.
Reino Unido logró evacuar al menos 14.000 personas entre ciudadanos británicos y afganos, pero el ministro reconoció que hasta 150 ingleses, y entre 800 a 1.000 afganos, no pudieron ser trasladados.
La decisión de finalizar la evacuación y no extenderla hasta el 31 de agosto, cuando se retira Estados Unidos, se dio en el contexto de que tres británicos, dos adultos y un menor, fueron identificados entre las víctimas fatales del ataque suicida, aunque el ministro dijo que el brutal atentado no incidió en el plazo de evacuación.
"La amenaza aumentará conforme nos acerquemos a la retirada" definitiva de Estados Unidos, dijo Wallace.
La amenaza persiste
En ese sentido, el Pentágono declaró que todavía cree que hay "amenazas terroristas creíbles" contra su misión en Afganistán, que se centra en el aeropuerto de Kabul, para culminar la evacuación y retirada de sus fuerzas para el próximo 31 de agosto, tras el atentado en Kabul con 13 soldados muertos.
El presidente estadounidense, Joe Biden, fue informado en una reunión con su equipo de seguridad nacional que los últimos días de los militares de EE.UU. en Afganistán podrían ser los "más peligrosos hasta la fecha".
La Casa Blanca explicó que una de las razones de ese peligro creciente no es solo la amenaza de la rama de EstadoIslámico en Afganistán, por lo que el Pentágono comenzó a retirar materiales y personal para cumplir con la fecha límite acordada.
El presidente fue avisado de que "otro ataque es posible" en Kabul y se tomaron "las máximas medidas de protección" para proteger a las tropas.
Sin embargo, Bilal Karimi, un portavoz de los talibanes, dijo que las fuerzas especiales talibanes "Victorious Force" ya están tomando el control de la parte militar del Hamid Karzai. "Algunas zonas del aeropuerto militar fueron evacuadas por las tropas extranjeras y nuestras fuerzas tomaron el control", reportó.
Hasta la última jornada, 5.000 soldados estadounidenses seguían resguardando el terminal aéreo.
Un suicida solitario
El Pentágono finalmente concluyó que hubo una única explosión fuera del aeropuerto Kabul el jueves y no dos como informó horas después del atentado, que ya suma al menos 170 muertos y más de 150 heridos.
Ayer, más de 10 cuerpos seguían en el suelo cerca del Hospital Wazir Akbar Khan en Kabul, que recibió por lo menos 145 cadáveres tras el atentado.
En este contexto, el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) dijo que se está preparando ante un posible éxodo de afganos de forma terrestre tras la retirada de EE.UU. en tres días.
"Estamos viendo distintas posibilidades y preparando un plan de contingencia con distintos escenarios de salida de refugiados, y entre ellos el peor sería el de un flujo de 500.000 personas", aseguró ACNUR.
La masacre es el primer "fracaso" de los talibanes
La masacre en el aeropuerto de Kabul es considerado el primer "fracaso" de los talibanes desde que se tomaron el poder, dado que se habían comprometido a evitar el terrorismo. El Estado Islámico de Khorasan (ISIS-K), que se atribuyó el atentado suicida, es más radical y considera a los talibanes "apóstatas" por negociar con Occidente. Por su parte, el grupo talibán insistió en que formarán un Gobierno "inclusivo" donde incluirán a líderes de todas las etnias y tribus de Afganistán, y habrá un "Emir al Muminín", que significa comendador de los creyentes, para "dirigir el Emirato Islámico de Afganistán".
12.500 personas fueron evacuadas por EE.UU. y aliados durante el jueves, cuando ocurrió el atentado.
3 días faltan para que Estados Unidos retire a sus tropas por completo desde Afganistán.