La lactancia materna (LM) promueve la salud de los y las lactantes, en sintonía con la reducción de la mortalidad infantil, una menor incidencia de enfermedades infecciosas, mejor desarrollo cognitivo y mejores resultados de salud en general. Tanto así, que la evidencia científica actual invita a promover la lactancia en una madre que vive con VIH, sobre todo en áreas geográficas empobrecidas y con elevadas tasas de desnutrición.
Sin duda, los beneficios de amamantar son numerosos para las y los recién nacidos, en efecto las distintas organizaciones o redes de salud y protección de la infancia promueven la lactancia exclusiva durante al menos cuatro y preferentemente seis primeros meses de vida. Sin embargo, las cifras indican que este importante beneficio nutritivo sólo alcanza al 35% de los niños y niñas, predominando la alimentación suplementaria en el puerperio.
Cada día, aumentan los descubrimientos que respaldan los beneficios de la lactancia materna desde distintas áreas de estudio. En este sentido la Microbiología corrobora que ésta es una fuente continua de bacterias para la criatura. Estudios recientes evidencian que el calostro, secretado por la mama en las primeras horas y la leche materna proporcionan una variedad de relaciones bacterianas, que aportan beneficios para el intestino del bebé. Es bien sabido que la leche materna favorece, no sólo la nutrición infantil, sino también a la nutrición bacteriana, que es indispensable para conformar la microbiota intestinal del lactante. Está demostrado que el ingerir diariamente unos 800 ml de leche, entrega entre 100 mil a 10 millones de bacterias benéficas para el desarrollo del lactante.
Es así como la promoción y el respeto de la lactancia materna presenta importantes desafíos. El apoyo y asesoría a las madres que amamantan deben incorporarse al quehacer profesional de los equipos de salud como a las políticas públicas; procurando que sean herramientas disponibles de forma constante durante el periodo prenatal, resguardando el derecho de las mujeres, los y las bebés a iniciar la lactancia desde el momento del nacimiento y extendiéndolo durante el periodo postnatal de forma segura y consciente.
Erica Castro Inostroza
Matrona especialista en Ginecología; dra. en Microbiología; investigadora Depto. Obstetricia y Puericultura Facultad de Ciencias de la Salud UDA