"Si empezamos a abrir, la variante delta nos va a superar: no basta con estar vacunados"
COVID-19. La médico salubrista observa un apuro por entrar a "fase 4", pide políticas regionales de cara a las Fiestas Patrias, más restricciones a los no vacunados y explica cómo se puede evitar que un cruce de cepas genere un "súper covid chileno".
El lunes 2 de agosto el Consejo Asesor Covid-19, convocado en marzo del 2020 como apoyo consultivo científico-técnico y multidisciplinario del Ministerio de Salud, emitió una nueva minuta en la que propone un reforzamiento al plan de vacunación con el objetivo de poder tomar el control de la pandemia y, por sobre todo, evitar que la temida variante delta se propague con la velocidad y potencia que ya impera en países como Estados Unidos y Gran Bretaña.
Catterina Ferreccio, médico salubrista de la Universidad de Chile, magíster en Salud Pública de The Johns Hopkins University y jefa del Doctorado en Epidemiología de la Universidad Católica, es integrante de este grupo y expresa su preocupación por los últimos cuatro casos detectados de la variante, pues se trata de transmisión comunitaria. Puede parecer poco, pero hay un detalle: ninguno de ellos había estado fuera del país ni fue contacto de algún viajero. Es decir, se contagiaron en alguna calle o espacio público. Delta anda suelta.
-Usted ha dicho que tal vez debiéramos retroceder en algunos aspectos. ¿A qué se refiere?
-Encuentro que hemos ido muy rápido con las aperturas totales y creo que eso es súper peligroso. Tenemos que ir más lento. Ya tenemos la variante delta en Chile y no queremos tener otra onda epidémica. La gente se está desatando. Es bueno que la autoridad local ponga sumarios y todo, pero también tenemos que prevenir. No sacamos nada con poner sumarios y que la variante comience a circular. Por eso, pienso que habría que revisar los aforos, revisar lo que ha sido el Paso a Paso y no apurarse tanto en hacer entrar a la Fase 4 a las comunas. Hay que esperar a estar seguros de que está estable la tendencia de reducción de casos y que no hay delta, que están todos vacunados. Se debe ser estricto en cada una de esas medidas, porque no había ninguna razón para que no tuviéramos esta epidemia y que no nos llegara la delta.
-¿Y qué debiera hacerse?
-Ahora la cosa es tratar de ir tras todos los casos delta y acordonar alrededor de ellos. Incluso, en el Consejo hemos pensado que hay que vacunar a todos los que estén ahí, y si están con dos dosis, ponerles una de refuerzo, y si están con una, la segunda. Hay que tratar de actualizar la vacuna a todos los que estén en torno a un caso. Ya no se trata de evitar la variante, porque ya llegó, sino que no se expanda como en Inglaterra y Estados Unidos. Para eso tienes que tener a todo el personal de salud disponible y si abrimos todo, no van a poder. Porque ya no han podido. En este momento tenemos un número controlable de casos y eso permite ir a buscar si los casos son delta y si es así tomar medidas más radicales. Este es el momento para ponerse más estricto con las aperturas y así permitir que se pueda controlar este bicho y que no se nos salga de las manos. Porque una vez que se sale de las manos, la atención primaria ya no lo puede controlar.
-Es el momento justo, entonces.
-Exactamente. Hoy estamos en una situación ideal para hacerlo bien. Pero si empezamos a abrir, se nos va a escapar la delta y nos va a superar, porque no basta con estar vacunados. Ya se sabe que todas las vacunas son menos eficaces con esta variante. Eso quiere decir que va a caer gente vacunada incluso con la Pfizer. Ahora, probablemente no van a ser cuadros graves, pero la gente va a enfermarse y va a transmitir a otros y esos harán el cuadro grave. Por eso planteo que ya que se nos pasó a comunitaria, tenemos que hacernos cargo, no seguir igual como cuando no la teníamos comunitaria.
-¿Que se entiende con comunitaria?
-Hasta ahora todos los casos que se habían encontrado eran viajeros, o hijos o de relación muy directa con personas que habían estado afuera del país. Pero estas personas que se detectaron ahora no tienen ningún viajero cerca y no han estado en el aeropuerto y no tienen idea de quién los contagió. Eso es comunitaria. Ese es el problema.
-¿Cree que en zonas como Magallanes, que tiene cifras muy bajas, debiera limitarse el ingreso de foráneos?
-Yo creo que sería una súper buena medida que podría tomar la autoridad regional o nacional: proteger a Magallanes, por ejemplo, o las regiones que son naturalmente aisladas. No necesariamente cerrarlas, pero hacerlo como con las fronteras del país, cuarentena de ingreso o PCR. Sería bueno.
-En el horizonte está el "18". Ante la posibilidad de que autoricen celebraciones públicas, usted ha dicho que "es demasiado peligroso permitir que estas variantes se encuentren en una fonda, intercambien información genética y nos encontremos con un súper covid chileno". ¿Qué debiera hacerse para evitar esto?
-Hay que hacer distinciones por regiones, como la que hablábamos. Con política de hacer PCR y antígenos al ingreso, exigirles vacuna, que estén vacunados o si no, no entran. Si empiezan a poner este tipo de restricciones en Magallanes podrían celebrar el 18, porque es probable que no entre la delta en esas condiciones. Es el momento de, más que una política nacional, hacer políticas regionales, porque es más peligroso Valparaíso y Santiago. No tiene sentido por ejemplo castigar a todos con una misma norma cuando tenemos realidades tan distintas. Lo que digo es que el discurso hay que cambiarlo. Hay que decir que, bueno, llegó la delta, esto es un cambio. Entonces, ¿qué vamos a hacer? No podemos seguir como si no hubiera llegado. La cosa es hacerse cargo. Quiero llamar la atención a esto, más que a cualquier medida. Lo han estado discutiendo en Inglaterra, la posibilidad de que se cruce el virus con la P.1 (la variante brasileña), por ejemplo, y que podría generar una más compleja aún. Puede que no, es más especulativo, pero son cosas que hay que prever, porque si no las consideras, te van a pillar de sorpresa.
-Su llamado, entonces, sería a ser más conservadores con las aperturas.
-Es mucho más barato para el país prevenir ahora que producir cierres cuando ya está la embarrada. Es mucho mejor, porque no tienes que cerrarlo todo, lo puedes hacer más controlado, lo puedes hacer en regiones, se puede hacer en ese contexto por ejemplo el 18 en Magallanes tal vez sí, pero en Valparaíso y la Metropolitana está difícil. Pero a lo mejor se puede inventar una solución intermedia. El tema fundamental es hacernos cargo de que pasó esto y que la vacunación no es suficiente y que hay que poner la dosis de refuerzo.
-Usted ha dicho también que el ideal es vacunar al 100% de la población. Pero, ¿cómo hacerlo, siendo que todavía es voluntario y que hay gente que no quiere inocularse?
-Podrían ser varias estrategias. Una, que a los aviones no suban a no vacunados. Todas las empresas tienen el derecho a exigir cosas, que los restaurantes no te dejen entrar si no estás vacunado. Esa es una de las políticas más eficaces, que se les empiece a hacer muy difícil circular a los no vacunados.
"Ya no se trata de evitar la variante, porque ya llegó, sino que no se expanda como en Inglaterra y Estados Unidos. Para eso tienes que tener a todo el personal de salud disponible y si abrimos todo, no van a poder". "Todas las empresas tienen el derecho a exigir cosas, que los restaurantes no te dejen entrar si no estás vacunado. Esa es una de las políticas más eficaces, que se les empiece a hacer muy difícil circular a los no vacunados".
"Encuentro que hemos ido muy rápido con las aperturas totales y creo que eso es súper peligroso. Tenemos que ir más lento. Ya tenemos la variante delta en Chile y no queremos tener otra onda epidémica. La gente se está desatando".