Científicos descubren bacteria con potencial biotecnológico en el Desierto de Atacama
INVESTIGACIÓN. Su importancia radica en el contexto de la búsqueda de nuevas moléculas para el tratamiento de enfermedades relacionadas con el envejecimiento, diversos tipos de cáncer o la resistencia a los antibióticos, según explicó el Premio Nacional de Ciencias, Dr. Juan Asenjo.
Una colaboración internacional entre científicos chilenos e ingleses permitió el hallazgo de una nueva bacteria en el desierto de Atacama, uno de los ecosistemas más extremos del planeta. Se trata de un microorganismo denominado Streptomyces asenjonii, y cuya exposición a condiciones inhóspitas durante miles de año le permitió desarrollar características antioxidantes y antibacterianas.
Este tipo de bacteria fue encontrada en un ambiente hiperárido, a 2 mil metros de altura, y ha sido aislada para desarrollar investigaciones que permitan indagar sus capacidades para el desarrollo de nuevos fármacos. Esto, como parte del programa continuo de exploración de la biosfera extrema de Atacama que lleva adelante un equipo liderado por el Premio Nacional de Ciencias, Dr. Juan Asenjo, en busca de nuevos productos de origen natural bioactivos.
"En ese contexto hemos centrado nuestra atención en una cepa del Streptomyces asenjonii, que mostró fuertes efectos antibacterianos", explicó Asenjo, quien además es director del Centro Basal de Biotecnología y Bioingeniería (CeBiB) de la Universidad de Chile e integrante de la Academia Chilena de Ciencia.
"Estas nuevas actinobacterias filamentosas presentes en Desierto de Atacama representan un inmenso recurso sin explotar para la búsqueda y el descubrimiento de la nueva generación de antibióticos necesarios para la atención médica", comentó.
El académico enfatiza que los productos naturales se consideran un recurso valioso para el descubrimiento de fármacos debido a la diversidad de sus estructuras químicas, que no pueden compararse con ninguna de las que pueden encontrarse en repositorios de tipo sintético. Sin embargo, su descubrimiento es bastante desafiante debido a la alta tasa de "reaislamiento" de metabolitos conocidos.
"Una de las principales estrategias para abordar este problema es el aislamiento de nuevos metabolitos mediante el cribado de nuevos microorganismos de hábitats desatendidos y poco explorados, en particular la biosfera extrema que incluye biomas desérticos, la Antártida y los organismos simbiontes de insectos", detalló el Dr. Asenjo.
El miembro permanente de la Academia Chilena de Ciencias -entidad que presidió desde 2010 a 2016- valoró que el hallazgo es fruto de una extensa colaboración con investigadores ingleses, entre ellos el científico Allan Bull, de la Universidad de Kent, en el Reino Unido, quienes han explorado el Desierto de Atacama desde 2004, propiciando descubrimientos de interés en los últimos 15 años.
Streptomyces asenjonii
El Desierto de Atacama es considerado el desierto no polar más antiguo y seco de la Tierra. Ha sido árido por 15 millones de años, desde el período Jurásico, pero luego evolucionó a una condición de hiperaridez durante el mioceno. Inicialmente, se consideró que esta sequedad extrema hacía imposible la existencia de vida microbiana, pero estudios posteriores demostraron lo contrario.
"Esto indica que podría proporcionar un inesperado recurso de diversidad microbiológica", precisó el científico nacional. Allí, el grupo de investigación detectó la presencia de un tipo de bacteria perteneciente a la familia de las Streptomyces (que crece en distintos ambientes y tiene una apariencia similar a los hongos), y que fue llamada Streptomyces asenjonii.
"Esta bacteria ha sido expuesta a tremendas cantidades de radiación, resistiendo a altas y bajas temperaturas, altas concentraciones de sal, presencia de óxidos inorgánicos o bajas concentraciones de materia orgánica. Muchas veces, cuando uno las encuentra, ni siquiera están vivas, sino en estado de latencia. Pudo haber estado así por miles de años en este ambiente extremo", afirma el investigador del CeBiB.
La fase de latencia representa un periodo de transición para los microorganismos cuando son transferidos a una nueva condición. En este ciclo se producen las enzimas necesarias para que puedan crecer en un nuevo medio ambiente. Tras un análisis taxonómico, los investigadores determinaron que la bacteria sintetiza 16 metabolitos especializados, que demuestran que su adaptación a condiciones extremas le confieren una diversidad antibacteriana única.
"Debido a sus condiciones únicas y aún sin explorar, la ciencia busca en estos entornos nuevas moléculas anticancerígenas y antibióticos. En el caso de esta molécula, el asenjonii, en particular, tiene una capacidad antioxidante muy importante, algo que podría tener un enorme potencial