Estado de excepción y "nueva normalidad"
El país lleva, a la fecha, más de un año en Estado de Catástrofe, el cual ha tenido escasos o nulos resultados en lograr su objetivo y, por el contrario, ha perjudicado la salud mental y el empleo de los chilenos. En efecto, ha quedado demostrado, por medio de la experiencia comparada, que tanto las cuarentenas como las otras medidas no sirven, sin mencionar que varias de estas son abiertamente inconstitucionales.
En efecto, ha quedado demostrado, por medio de la experiencia comparada, que tanto las cuarentenas como las otras medidas no sirven, sin mencionar que varias de estas son abiertamente inconstitucionales.
Prueba de lo anterior son países tales como Suecia y, para muchos en este hemisferio, desconocida, Bielorrusia, donde no ha habido ningún tipo de restricción. Otro ejemplo lo encontramos en los Estados Unidos, donde muchos de los gobernadores de los estados republicanos han levantado todas las prohibiciones, tales como el uso obligatorio de mascarillas o el "distanciamiento social", bajando notablemente la cantidad de contagiados. Por el contrario, los estados gobernados por demócratas, que son los que han mantenido todas estas medidas, son los que poseen los más altos niveles de contagios.
Similar situación a la de Estados Unidos sucede en Brasil, donde es más fácil culpar a Bolsonaro que analizar las medidas que han tomado los respectivos gobernadores.
Considerando lo expuesto, es necesario recordar que, por expreso mandato constitucional, los estados de excepción, en general, y el Estado de Catástrofe, en particular, tienen como objetivo lograr un pronto restablecimiento de la normalidad. Sin embargo, nuestras autoridades están obsesionadas, de manera contumaz, en instaurar una permanente "nueva normalidad".
Camilo Cammás Brangier, abogado
Ministerio de Seguridad Pública
Durante abril conocimos la propuesta de crear un Ministerio de Seguridad Pública que promete la fundación de una policía especializada, la que iría en beneficio de la ciudadanía, sobre todo por los niveles de violencia que enfrentamos y que se reflejan en portonazos y encerronas.
Los municipios cuentan con presupuestos acotados en materia de seguridad y no podemos depender solo de eso para obtener la protección que necesitamos.
Algunas comunas tienen mejores condiciones que les permiten invertir en modernizarse a través de tecnologías inteligentes de radiocomunicación y centros de control convergentes , lo que se refleja en una respuesta más eficiente a la hora de atender una emergencia. Municipios en la región Metropolitana como Las Condes y Lo Barnechea, invirtieron en centros de control integrados (espacio que permite incorporar una gran cantidad de información de radio, videovigilancia, redes sociales, etc. a través de tecnologías que permiten transformar toda esa información en inteligencia para la eficiente toma de decisiones por parte de los decisores y funcionarios encargados de mitigar esos incidentes) lo que coincide con una mejora de un 66% en el tiempo de respuesta en una emergencia, como localizar vehículos robados y a los malhechores.
Sin embargo, se requiere una política a nivel de Estado, por eso la creación de un moderno y tecnológicamente equipado ministerio de Seguridad Pública sería una medida equitativa y eficiente en el acceso a la seguridad en todo Chile, que involucre a la seguridad privada y ciudadana.
Luis Pérez, presidente de grupo Hytera para Latinoamérica Sur
Mujeres, discapacidad y participación laboral
Cada primero de mayo, cuando conmemoramos el Día Internacional del Trabajador, surgen con más fuerza movimientos reivindicativos sobre derechos y mejores condiciones laborales para los distintos grupos que componen nuestra sociedad. Si analizamos este escenario desde un enfoque de género, aunque se han conseguido importantes avances, la participación femenina en el mercado laboral aún enfrenta diversos obstáculos, los que se acrecientan aún más si hablamos de discapacidad y vulnerabilidad social.
Si bien la discriminación se expresa en todos los ámbitos de la vida laboral, las características que asume cuando existe discapacidad y además si se genera en estratos socioeconómicos bajos, son mucho más complejas. En Chile casi un 17% de la población presenta alguna discapacidad, siendo un 64% de estos casos mujeres. Los hombres ocupan más puestos laborales, con un 66% versus un 34% de participación femenina. Estas cifran sitúan a la mujer en situación de discapacidad y en edad de trabajar como un grupo aún más vulnerable.
Debido a lo anterior, necesitamos trabajar fuertemente en un cambio cultural que rompa nuestros propios sesgos acerca de lo que las mujeres pueden o no realizar, sobre todo las que presentan una condición de discapacidad. Si no avanzamos en este punto, se seguirán usando excusas para obstaculizar la inclusión laboral.
Marcela Varas, U. de Las Américas